RominaEl detalle para Luciano me tenía en una nube, solo con eso sabía que se había ganado muchos puntos.Condujo por las calles con música mientras me preguntaba cosas y yo a él, estaba intentando relajarme en esta loca cita.Si, loca. Esto es una completa locura.No debería salir con Jacob, pero si me gusta y disfruto el tiempo a su lado.— ¿Estás bien? — me pregunta Jacob saliendo de mi letargo — te quedaste callada de repente.—Estoy bien, algo nerviosa— confesé sin medir las consecuencias.No quería mentir, no a él.—La verdad es que yo también lo estoy — fue su turno de confesar algo — ¿eso es algo bueno o malo?— No tengo idea — solté una risita y el sonrío a cambio.—Ya llegamos, Mina — el diminutivo que usó para mi nombre calentó mi estómago con una mezcla de sentimientos.— ¿Dónde estamos? — pregunté y lo vi abrir la puerta de su carro.—Es un pequeño restaurante que me gusta venir, espero que a ti también — salió de su carro y cuando abrí la puerta él ya estaba allí extend
Romina Quiero tomar el riesgo invitarlo a ir a casa, pero ¿aceptará? — Ya llegamos — me avisa estacionándose frente a mi edificio — sana y salva como prometí — dice alegre. — ¿Quieres subir? — pregunté casi que con los ojos cerrados — puedo invitarte algo de tomar. — Me parece perfecto — me sonrió y se bajó del auto para ayudarme a bajar a mí. Listo, ya está. Me arriesgue. Subimos en total silencio, yo por mis nervios y él no sé, aun así, me seguía y lo sabía no solo por el ruido de sus zapatos sino por que de vez en cuando volteaba ver si seguía detrás de mí. Tenía un miedo de que esto fuera solo un sueño y me estaba imaginando todo esto. Su sonrisa cada vez que giraba a verlo me tranquilizaba y también me pellizque un par de veces para ver si soñaba. Quizás sea buena idea que tomemos algo para relajarnos y contarle que lo conozco desde hace cinco años atrás esa noche en la discoteca. —Otra vez estas pensativa — señala cuando estamos por llegar a mi piso. —Hago mucho es
Carlota Sabía que sería mala idea aceptar venir a bailar, para empezar por el lugar al que eligieron y por... bueno no se me ocurre más nada, pero no hace falta más. La estruendosa música y las luces hacen que mi cuerpo se relaje, aunque mi mirada busca lo que definitivamente no se me ha perdido. — Es la honda este lugar — grita Ximena por encima del ruido. —Es bueno — respondí casi distraída. No sé quién me mandó a venir, debería poner una excusa y estar en mi casa no es muy tarde para poder ver a Enola Holmes. —¿Qué quieren beber? — pregunta Enmanuel poniendo sus brazos en nuestros hombros con camarería. —Yo quiero un Martini — suelta Ximena encantada de tener al joven castaño cerca. —Una cuba libre — decrete pidiendo algo diferente a lo que normalmente tomo, pero no estoy con mis amigas — es más te acompaño a buscar los tragos. —No te preocupes, West me acompaña — tararea el hombre. Los dos chicos se van a la barra para buscar la bebida de todas, el grupo se dis
Romina Luego de que Jacob se fue me fui a dormir y no me atreví a tocarme por más necesitada que esté, nunca alcanzó el clímax cuando me toco y no entiendo porque, terminó aún más frustrada así que lo dejó estar, prefiero ver un poco mis redes sociales que las he abandonado estás semanas de trabajo. La semana que viene se supone que debemos viajar y solo falta el pasaporte de Luciano, como solo tiene mi apellido es una tarea sencilla. Recuesto mi cabeza en la almohada y comienzo a moverme para todos lados sin encontrar una posición cómoda para dormir, luego de mucho moverme creo encontrar una buena cuando abrazo a la almohada y suena el timbre de mi casa. Resoplo molesta y me quité la sábana de encima, me levante descalza y el frío suelo me recibió lo que me gano un escalofrío en el cuerpo, era muy tarde casi la una de la mañana y mi corazón latía rápidamente dentro de mi caja torácica. —¿Quién es? — pregunté a dos metros de la puerta, cuando estuve cerca me asomé por la mirilla
Romina Estoy sentada en una sala de espera pensando en el sueño tan vivido que tuve con Jacob, aun me atacan ciertos escalofríos cada vez que recuerdo como pasaba su lengua por miel. Estoy enferma. Nada justifica esto. Estuve esperando al menos 10 minutos hasta que la dichosa doctora se dignó en aparecer llamando a los familiares de CC, me levanté como un resorte y noté que el rubio también. —Me dicen que usted es la representante legal de Carlota Cox — pregunta viéndome a mi—. Señor Solheim, pensé que se había ido — habla está vez viendo al rubio a mi lado. —No me iré hasta verla — decrete solemne. —Si la señorita no tiene problemas —se encoge de hombros. —¿Conoce a Carlota? —indague curiosa puesto que nunca lo había visto. Carlota se enrollaba de vez en cuando con algunos tipos, pero ella decía que el cuerpo debía liberar el estrés y que según el sexo estaba en el top 1 luego de la meditación. —La conozco, yo la conseguí... —carraspea y vacila un poco antes de h
Mónica Estaba profundamente dormida cuando escucho mi celular y pienso ignorarlo olímpicamente, pero la mano que rodea mi pecho desnudo se aprieta y gimo inconscientemente. —Responde, bella puede ser urgente — su voz sale ronca por el sueño, pero a mi cuerpo no puede importarle menos el celular sonando, para calentarse no se necesita más que unas cuantas palabras del nigeriano que está a mi espalda. Tomé la llamada justo antes de que entrara a buzón y vi que era Romina, ya de por sí es bastante extraño que llame a estas horas. Cuando Romina me dice porque me llama sin anestesia me levanté asustada, la sábana se me enredó en las piernas cayendo estrepitosamente. — ¡Maldición, Romina! — me quejé cuando recupere mi celular, menos mal tenía alfombra en mi cuerpo y amortiguo el golpe de mi teléfono. —¿Estás bien, bella? — me pregunta asomándose por el borde de la cama con una sonrisa de dientes blancos perfectos. Una vez les aseguré que estaba bien le dije a Romina que ya iba
Romina —Les invito a comer — añade Jacob luego de teclear algo en su celular para mejorar nuestros ánimos. —No nos deberíamos de mover de aquí — alegue queriendo alejarme de su toque invasivo a mi espacio vital. No quería estar cerca de él porque no me puedo sacar el sueño de mi mente, siento demasiada vergüenza como para tenerlo al lado y hacer como que nada pasó, por Dios hasta tuve un orgasmo en mi sueño, se sentía demasiado real como para ignorar los deseos, no solo de mi cuerpo sino también de mi mente. —Solo será a una cafetería con café decente — y con eso me ganó, solo eso basto que dijera para que mi cuerpo anhelara un buen café — es a una cuadra, regresamos cualquier emergencia. — Me parece bien —acepta el acompañante de Mon — ¿y a ti, bella? —Sí, muero de hambre y quiero un té — añade Mon con los ojos brillantes viendo a Makim. —Vamos, no quiero que CC nos eche de menos — agregue comenzando a caminar sin esperar a nadie, mientras más rápido fuera mejor para mí. Ja
Luciano Nunca he viajado tan lejos y estoy muy emocionado porque mamá dice que nos iremos a Alemania por trabajo, así que hice que Lola me ayudara a buscar todo sobre Alemania, aprendí muchas cosas que quiero enseñarle a mamá todo lo que vi en las redes sociales para luego ir a visitarlas nosotros mismos. La tía Mónica nos acompañará, aunque sé que no todo el tiempo podrá ir con nosotros. —¡Lola! —escucho la voz de mi madre que llega algo alterada y salgo a ver que sucede. Mi mami es lo más lindo que tengo y soy muy afortunado, pero me da tristeza a veces no saber nada de mi papá es un tema que no se habla en casa, a mamá le hace mucho daño hablar de él y aprendí a extrañarlo en silencio, hace una semana me encontré en mi cama una caja grande, con un papel muy lindo, era un regalo y se me hizo extraño porque no era mi cumpleaños, mami me hace desayunos especiales ese día e intenta pasar todo el día conmigo, pero el regalo me hizo pensar en que tal vez era de mi papá. HACE UNA