De regreso en la villa, Xavier aún no podía calmarse. En su mente, solo había imágenes de los momentos que acababa de pasar con Sonia. Todavía podía sentir la suave sensación en sus manos. Si no fuera por el sonido del mensaje de WhatsApp hacía un momento, él y Sonia probablemente... Todo fue culpa
—¡Abuelo!En la habitación del hospital, Teresa estaba tan preocupada que golpeó el pie en el suelo, pero sus mejillas se ponían cada vez más rojas. ¿Cómo podría ayudar a un extraño antes que a su propia nieta? —Jaja, estoy de buen humor, así que solo estaba bromeando —le dijo Rubén sonriendo mient
—Por favor, les suplico, salven a mi madre. Haré lo que sea necesario para conseguir el dinero, ¡por favor, realicen la cirugía para mi madre! —la voz angustiada continuaba resonando en la habitación.Triana tenía los ojos hinchados y rojos, suplicando constantemente a los médicos frente a ella. Su
—¿Triana? Xavier no dudó en llamar por el nombre de ella. Toda la habitación quedó en silencio.Teresa sintió un repentino interés. No esperaba encontrarse con Triana, la exesposa de Xavier, aquí. Había escuchado algunos rumores sobre lo que pasó entre ellos, pero nunca esperó encontrársela aquí.T
—Guapo, ¿esa mujer que acabamos de ver es tu exesposa?Teresa miró curiosamente a Xavier mientras caminaban hacia la salida del hospital.—Sí —respondió Xavier con calma, afirmando con la cabeza.—No esperaba eso. Después de cómo te trató tu exesposa en el pasado, todavía eliges ayudarla —comentó Te
[Estoy disponible], respondió Xavier de inmediato al mensaje.Pronto, Héctor lo llamó.—Doctora Torres, necesito responder esta llamada —dijo Xavier, tomando una profunda respiración.—Entiendo —lo afirmó Teresa al ver la expresión repentinamente seria de Xavier.Él presionó el botón para contestar
—Xavier, ¿estás bien?Dentro del automóvil, Teresa miraba a Xavier, cuyas emociones estaban en alza, y le preguntaba preocupada.—Estoy bien —respondió Xavier, tomando una profunda respiración.—¿Conoces al señor Minguez?Teresa no pudo evitar preguntarle. Viendo el estado actual de Xavier, no parec
Dentro de la villa, las copas se chocaban entre sí. Todos levantaron sus copas para brindar por el octogésimo cumpleaños del señor Alejandro.—¡Señor, le deseamos una larga vida y una felicidad eterna!—¡Jaja, gracias!Alejandro estaba radiante de alegría. Miró el asiento vacío a su lado y preguntó