En la zona del Horizonte Dorado.
Beatriz observó la postura firme de Xavier mientras se agachaba, sintiéndose secretamente complacida. Nunca pensó que Xavier estaría dispuesto a cargarla.
—¡Era genial!
Sin pensarlo, Beatriz afirmó con la cabeza. Luego, con las manos apoyadas en el cuerpo, se levantó