—Sonia, ¿qué opinas de este plato? ¿Quieres probarlo?Xavier levantó el menú, señalando un plato, preguntándoselo a Sonia.Al mirar el precio, Sonia se sorprendió muchísimo. ¡Ese plato costaba nada menos que mil!—Mejor olvídalo, Xavier, es demasiado costoso—dijo Sonia en voz muy baja, pensando que
—De acuerdo, entendido —afirmó Xavier sonriendo ampliamente al camarero y luego miró a Triana.Triana notó la mirada de Xavier y frunció el ceño, molesta: —¿Quieres asustarme con un camarero? Xavier, ¿es eso todo lo que tienes?—¿No lo has visto? Esta señorita ha estado haciendo ruido desde que entr
Carlos y su esposa sintieron un vuelco total en el corazón. ¡El gerente Martínez había llegado muy rápido!Triana mostró sorpresa en sus ojos. No esperaba que el gerente Martínez llegara tan pronto para ocuparse del asunto. Uriel acababa de hacer la llamada, el gerente Martínez ya estaba apresuradam
Debido a la ira, el gerente Martínez utilizó directamente la palabra «largarse». ¿Esos dos tipos querían causarle problemas? Aunque otros no lo sabían, como gerente de ese restaurante, ¡él sabía claramente que el señor Chiva era gran amigo del señor Héctor! ¡Ofender al señor Chiva era equivalente a
La comida terminó en un ambiente bastante agradable. Durante el proceso, los padres de Sonia preguntaron a Xavier si conocía al gerente Martínez. Xavier les respondió que ayer fue el gerente Uriarte el que le ayudó a reservar el lugar, y el gerente Uriarte seguramente lo habría mencionado a propósi
—Señorita Serrano, ¿está esperando a alguien? —le preguntó Uriel con una expresión servicial, mostrando una gran diferencia con la actitud sombría de hace un momento.—¡Hola, señorita Serrano! —exclamó también rápidamente Triana al acercarse amablemente para saludar.Los ojos de Beatriz se oscurecie
—Xavier, hoy agradezco tu cálida hospitalidad. Otro día ven a casa, ¡yo te haré algo delicioso! —dijo Sofía con una sonrisa en la entrada del edificio.—Está bien, tía —dijo Xavier sonriendo.—Por cierto, ¿quieres venir a casa un rato?Sofía lo invitó con entusiasmo.—No, señora, tengo algo que hace
—Señorita Serrano, ¿hay algo más que necesita de mí?Junto a la carretera, Xavier miraba a Beatriz con total indiferencia. Ante el tono frío y desconocido de Xavier, Beatriz parecía un poco apagada. Con una sonrisa muy amarga en sus labios, dijo: —Xavier, ¿es necesario que me trates tan extraño?—Se