La mirada de Carmen tembló al instante.Contrariamente a lo esperado, la escena de la cabeza de Xavier explotando no se materializó. En cambio, el hombre se retorcía de dolor mientras se agachaba frente a Xavier.El sudor frío caía continuamente por su frente.Xavier mantuvo una expresión impasible
Sin previo aviso, Carmen lo mordió con fuerza, y Xavier, sin estar preparado, sintió un dolor agudo en su hombro, haciendo que todos sus músculos se tensaran instantáneamente.—¡Oye, secretaria González, ¿qué estás haciendo?! Vine a salvarte, ¿por qué me muerdes?Xavier gritó con rabia entre dientes
Xavier sintió un fuerte hormigueo en el cuero cabelludo. Ese problema era mucho más grande que el anterior. ¡Valeria ahora estaba claramente bajo el efecto por completo del veneno!—Xavier, ¿qué debemos hacer a continuación?Carmen miró de reojo a Valeria, con una apariencia encantadora, con la cara
En el hotel Cienplazas.Xavier ya no tenía tiempo para regresar, así que llevó rápidamente a Valeria al hotel más cercano y le pidió al señor Héctor que trajera agujas de acupuntura.En ese momento, Valeria ya estaba ardiendo en deseo. Si no se desintoxicaba pronto, sus vasos sanguíneos podrían esta
—Capitana Zumbado, estás haciendo esto a propósito para torturarme, ¿verdad?Xavier rápidamente se limpió la sangre nasal, con una expresión de sufrimiento bastante difícil de describir. Sin embargo, en ese momento, los movimientos seductores de Valeria se volvían cada vez más intensos.El corazón d
—¡Atchús!Xavier, quien estaba tomando una ducha en la villa, estornudó de repente, sintiendo un fuerte escalofrío en la espalda.—¿Qué está pasando?Xavier se desconcertó por completo. Se concentró rápidamente, tratando de sentir la situación a su alrededor, pero no detectó ninguna presencia amenaz
—¿En Capironda?La mirada de Xavier se movió al instante. Ahora, el alcance se redujo considerablemente.—Sí, señor.—¿Hay alguna otra pista? —le preguntó Xavier.—No hay más, señor. Por ahora, solo tenemos esto.—Bien, lo entiendo. Ve y transmite esta información directamente a Beatriz. Creo que d
En el mismo momento en Capironda.En la oficina del vicepresidente de un rascacielos de hasta cien metros de altura.Una mujer de mediana edad estaba apoyada firmemente en un sillón frente a la amplia ventana de la oficina, tomando una llamada telefónica cifrada.—¿Cómo? ¿El intento de asesinato fal