Era el resultado de una ejecución rápida y una sola técnica para quitar la vida.Los ojos de Valeria se agitaron instintivamente. Se cuestionó a sí misma, no podría haberlo hecho ella misma. Después de todo, ¡el oponente también era un experto! Lograr un resultado letal con un solo golpe no era difí
Beatriz, ¿qué estaba tramando exactamente?Xavier frunció el ceño.—Xavier, ¿estás ocupado? Si estás ocupado, olvídalo, voy por mi cuenta —dijo Sonia muy decepcionada.—No… solo me parece un poco extraño —respondió Xavier.—Sí, también me parece extraño. ¿Cómo es que la señorita Serrano de repente m
Cuarenta minutos después, en el hotel César.Sonia llegó al estacionamiento del hotel.—Hemos llegado, Xavier.Sonia le recordó suavemente.La mirada de Xavier parpadeó ligeramente, ¿tan rápido ya habían llegado?—Xavier, ¿estás bien?Viendo que Xavier parecía algo preocupado durante todo el viaje,
—Xavier, justo ahora la señorita Serrano me dijo que la espere aquí, y que ella está bajando ahora mismo —después de colgar el teléfono, Sonia miró a Xavier y le dijo.—Hmm. Xavier afirmó, inconscientemente inhalando muy profundo. Sonia pensó que Xavier estaba algo nervioso, después de todo, estab
¡Era la señorita Serrano!Los corazones de todos latieron más rápido. Sonia apretó nerviosamente las manos. Después de un breve susto, Uriel y Triana mostraron expresiones de gran alegría.¡La señorita Serrano salió personalmente para conocerlos después de enterarse de que estaban esperándola en el
—¿Eh?Triana se quedó totalmente boquiabierta. Miró de reojo a Beatriz con incredulidad y dijo: —Señorita Serrano, ¿usted... se ha equivocado de persona?—¿Estás cuestionándome?Beatriz tenía una expresión helada, y un aire de frialdad la rodeaba mientras hablaba: —Además, ¿quién les dio permiso par
—¡¿Cómo es posible?! Triana miró con rabia las espaldas de Sonia y Xavier mientras apretaba los dientes con disgusto.—Triana, ¿qué demonios está pasando? Claramente, eras la que tenía el favor de la señorita Serrano, ¿cómo terminó siendo para Sonia? —preguntó Uriel, con la ira acumulada sin poder
En la suite presidencial 2106 del hotel César.La habitación tenía unos espaciosos sesenta metros cuadrados, con una enorme ventana que proporcionaba una gran cantidad de luz al interior.—Por favor, siéntense donde quieran —invitó amablemente Carmen.—De acuerdo, secretaria González —dijo Sonia, mo