Los días han pasado rápidamente, me gustó mucho Atenas, es una hermosa ciudad donde se mezcla lo antiguo y lo moderno, conocimos la mayor parte de la parte antigua de la ciudad, La Acrópolis y el Partenón, nuestros paseos son mucho mejor que en un grupo de personas que no conocemos, nos llevamos mejor solos e intentamos divertirnos de la misma manera.
Estos días estuve viendo mejor a Izan, eso quiere decir que esa medicacion lo está ayudando, aunque sus dolores de cabeza han vuelto, piensa que no me doy cuenta pero noto su malestar.
Hubiera querido quedarme un poco más, pero hoy nos embarcamos con dirección a las Islas griegas, ya nos está esperando su Yate en la Bahía.
Muy temprano en la mañana me pongo de pie para sacar algo que preparé para el cumpleaños de Izan, la verdad es que no quiero regalarle alguna cosa material, lo mejor que puedo regalarle son momentos, tomo mi vestido Versace, me arreglo lo mejor que puedo para él y espero mi sorpresa m
Después de colocarme el hermoso traje de novia, me miro en el espejo que hay en el cuarto del yate, es maravilloso, no sé cómo hace Izan estás cosas pero es tan sorprendente como lo organiza todo, su entusiasmo es contagioso y mi dicha lo es más, en estos momentos lo tengo todo, hoy me caso con el hombre más maravilloso del mundo y estoy esperando al amor, sé que está dicha será pasajera, pero valdrá cada minuto para ambos.Al descender del barco, quedo embobada y maravillada con la escena, las flores en el sendero, en el altar donde se encuentra el juez de paz que está esperándonos al final del sendero de flores, sé que solo seremos nosotros en este momento pero no quisiera a nadie más a mi lado, soñé siempre casarme y que mejor con mi príncipe azul.Ízan se ve muy guapo con su traje de gala, nunca creí que escapar de mi realidad me iba a llevar directo al amor de mi vida, lo observo mientras me espera al lado del juez de paz y mis pies son de goma, quiero desmaya
Decidimos ir a Creta la isla más grande de las islas Griegas, es un hermoso lugar con agua cristalina, con arena blanca y rosada al rededor de ella, aunque como Santorini está llena de turistas.-¿Crees que sería buena idea bajar? - le pregunto a Izan qué está tomando agua mirando al mar, parece que estuviera pensativo.- Como tú quieras - me mira y sonríe - ¿Porque no nadas un poco? después bajamos a tierra, tengo reservaciones en un hotel...ahora si deseas no lo hacemos pero quisiera conocer la isla.- Ok, me iré a poner mi traje - respondo, después le doy un beso y me dirijo al camerino para sacar mi cola y cambiarme de ropa, intento seguir entusiasmada pero es muy difícil dadas las circunstancias; después de lo que sucedió en Santorini no puedo dejar de pensar que cada minuto que pasa es letal para la vida de Izan y que en cualquier momento me dirá el temido, "estoy ciego" ahí sabré que el final está cerca y todavía no estoy preparada para él,
Aunque estoy en un estado anímico deplorable, desesperada por saber noticias sobre cómo se encuentra Izan; por fin llega a las puertas del hotel el auto que el recepcionista solicitó, entro al taxi ansiosa y muy preocupada, lo único que quiero es llegar al hospital, pedirle disculpas a mi querido marido y saber que todavía lo tengo a mi lado.Miro por la ventana en todo el trayecto intentando entender ¿que pasó, por que me exalté de esa manera y tuve esa actitud con mi querido esposo? pero lo único que logro es sollozar desconsoladamente, no puedo encontrar respuestas, estoy muy triste, para hacerlo.Unos minutos después, que sinceramente no sé cuántos fueron, llegamos al hospital, el taxi se detiene en la puerta de "Emergencias" le pago como si fuera un autómata después desciendo del auto, el imponente edificio de color blanco se presenta en frente mío, ahí tengo un hueco en el estómago, odio estos lugares, desde que visité el último día que vi vivo a mi padre, nu
Cuando Izan termina de vestirse, el médico nos trae unos papeles para que los firme, por lo que puedo leer es un desestimiento de tratamiento, Izan toma los papeles y los firma casi sin leerlos, no me habla, ni tampoco me mira, tiene un rostro de molestia y fastidio, lo noto fácilmente y me hace sentir mal, está molesto conmigo y su silencio me está matando lentamente.Después de firmar los papeles, me toma de la mano y me saca lo más rápido que puede del hospital, en la puerta llama un taxi, cuando se detiene en frente de nosotros me mete a la parte de atrás y después se acomoda en el asiento del copiloto.Mientras el taxi avanza, miro por la ventana, esto es desesperante, mi ansiedad me está volviendo loca, si pudiera golpearme la cabeza con el vidrio lo hago ¡Joder! Nunca debí comportarme como lo hice, desearía hablar con Izan, pero es como si hubiera puesto una barrera e
- ¿Hablando de cosas importantes? - Pregunto mirando a Ízan acomodada en su pecho - ¿Algún otro objeto simbólico del que tenga que saber ?- Si hablas de objetos que tengan algún tipo de sentimiento, pues... - piensa unos minutos después se pone de pie y saca de su bolsillo de su pantalón una esclava de plata - la esclava de mi tío, pero esto nunca me perteneció, o bueno es lo que siempre pensé, para mí siempre le pertenecerá a él.- ¿Porque piensas eso? - pregunto mientras Ízan vuelve a la cama con la esclava en la mano.- El día antes de que escapemos de Yugoslavia, mi tío fue asesinado en frente de nosotros...- Si, me lo contaste.- Cuando ví como le disparaban - comenta mientras yo tomo la esclava en la mano y la observo con atención, es hermosa, de plata pura - observé todo en cámara lenta, ví como caía y como la esclava se rompía y salía de su muñeca, corrí arriesgándome a ser disparado para recuperarla, hubiera querido ay
En estas fechas tan solo intenté escapar a ese lugar donde me olvido de la realidad y del poco tiempo que nos queda, la verdad que es muy difícil olvidar pero algunas veces hay que obligar al cerebro a que lo haga por lo menos unos momentos.Estas semanas antes de Navidad, nos pasamos de tienda en tienda, paseando por Budapest comprando el árbol, muchos adornos navideños y un pesebre.En la noche nos dedicamos a arreglar nuestra casa hasta sentirnos satisfechos con el trabajo, la casa se ve llena de vida, con millones de luces y colores que alegran a la vista, me fascina, está perfecta.- Estoy pensando que regalarte - comento abrazandolo - ¿Tienes alguna idea?- Ninguna - responde negando con la cabeza- ¿Que puedes regalarle a un moribundo?- ¡¿Puedes dejar por lo menos por estas fechas ese tu humor negro?! - pregunto mirándolo con el ceño fruncido, estoy intentando negarlo pero Izan no me deja que lo haga, es un poco frustrante.- Está bien, no
Pues... cómo llegó la Navidad, una semana después llegó el Año Nuevo, esta noche es 31 de diciembre, así que ahora, nos dedicamos a preparar una celebración solo para dos, dentro de nuestra casa, Ízan no está con ganas de salir, y es comprensible, además con la única persona que desearía pasar esta fecha es solo con él, tampoco quiero salir, deseo quedarme a su lado todo el tiempo posible, sé que ya estamos en números rojos y cada hora, minuto o segundo a su lado es importante.Toda el día nos dedicamos a hacer compras, es divertido darme cuenta que Izan no compró nunca cosas en supermercados como lo hacía yo, me hace gracia verlo tan sorprendido mientras caminamos por la tienda.-¿En serio, no hiciste compras nunca? - pregunto acarreando el carrito por los pasillos del supermercado.-No, tenía una persona
- ¡Por favor! Dime que me puedes ver - suplico desesperada al escuchar sus palabras- ¡que es uno de tus ataques!, ¡que va a pasar! - repito al borde de un ataque.- No creo que pase esta vez, Franchesca...mi vista se nubló totalmente - responde con la voz temblorosa.Pongo mis manos en sus ojos, aprieto con fuerza y desesperada empiezo a rezar, hace tiempo que no lo hacía, creo que me peleé con Dios el día que se llevó a mis padres pero en estos momentos lo necesito, necesito que me escuché, Izan debe verme, unos segundos después suelto mis manos con esperanza que me diga que me puede ver, aunque sea borroso pero él tiene una mirada extraña, algo que nunca vi en él.- ¿Me vez? - pregunto esperanzada sin perder mi ansiedad- ¿Ya pasó?- No, - responde intentando sonreír pero niega con la cabeza con tristeza - no puedo ver nada, estoy ciego, el