AdaraAlgo pasaba, no era tonta, algo encontró Eros en los exámenes realizados. —Porque me percaté de cómo cambió su expresión, aunque luego la ocultó y cuando se miró con Alex, le pidió que no dijera nada. Algo encontraron en mi cuerpo. Y para colmo, hace una hora, Julián ingresó a la habitación, en su rostro vi su preocupación, no podía mentirme. El conocernos desde niños nos daba esa seguridad.—¿Qué pasa, hija?—Nada, mamá. Todo está bien. Sentí su abrazo, y un recuerdo de la conversación con el padre Castro vino a mí.—Entiendo tu enojo con Él, con quien menos tiene la culpa. Pero… tal vez no estás enojada con la madre de Dios. —No quiero saber…—Es un regalo que te tengo, hija, toma. —puso en mi mano un rosario—. Oré con él, para mí ya está bendecido y no por mí. Desde mi punto de vista, los objetos se bendicen cuando oras con ellos, así creas un vínculo con la oración. Te lo regalo. Aunque no lo utilices, pero si te nace orar, sería un alivio para ti. —No creo, pero usted me
JuliánVerla llorar me doblegaba. Si algo no soportaba, y muchas veces esa vulnerabilidad de ella era la que me doblegaba y terminaba cediendo. Pero ahora, cuando sé las razones por las cuales era el motivo de su tristeza, me partía el alma. Y la admiré mucho más al ver cómo lo estaba asimilando de manera rápida y serena.Blanca y David también la estaban llenando de optimismo. Habíamos regresado a la habitación para despedíamos de nuestros amigos, ella debía de estar con mucho reposo. De hecho, le mandaron a estar acostada la mayor parte de los días. Vi a Adara hablar con Nadina, por la expresión de mi prima comprendí que la ponía en contexto.De mi parte no quise decir nada, era mejor que Adara se encuentre más calmada. Alex me dijo que era mejor que dejara de trabajar, o por lo menos hacerlo desde la casa para que no viva el estrés de la compañía. Nada de tacones, ropa ajustada, de parte de nosotros debíamos brindarle la mayor comodidad a nuestro hijo. Mi pigmea se me acercó.—Ya v
NadinaHabían pasado diez días desde el nacimiento de mis hermosas hijas. Ellas me tenían o, más bien, nos tenían felices. Ante todos aparentó una dicha absoluta, pero no era del todo cierto. La situación de Eros, más la de Ivette, ya me habían puesto al tanto de todo lo concerniente. Mi actitud errada le ocasionó desestabilidad a Eros, y en soledad me martirizaba por ello.Eso sin contar que mi pequeña puede llegar a desarrollar la leucemia. Eso no me ha dejado dormir estos días. No me lo perdonaría, en verdad que fui una mala persona y la villana de mi propia historia de amor. Lo real de todo era que ahora amaba aún más y con total locura a mi familia. Subimos al jet, privado de los Katsaros. Blanca lo puso a disposición para nuestro regreso a Colombia. Con respecto al contrato con la galería, hace cuatro días hablé con ellos, para sorpresa mía todos comprendieron, además mis cuadros se habían vendido y esta vez no fue Eros.Mamá no se separó de mí desde que di a luz, ella llevaba
ErosComprendía la culpa de mi mujer. Pero ahora solo debía trabajar; mientras mis plaquetas no sigan bajando, no tenía problema. La observé dormir, hace unos minutos, y por fin cerró los ojos. No le he dicho a mamá, aunque ella ya lo intuye, es imposible engañarla. Aun así, si no pregunta, no diré nada. No por ahora.Angélica se fue hace unos días con Maco y Santos, vino por tres días. Pero tenía responsabilidades con la universidad. Aunque había algo en ella que me tenía pensando, espero no sea… —Pero, y de ser así, ¿quién era yo para juzgarlo? Ahora, más que nunca, debía de hablar con Ernesto. Porque, entre ellos, existe algo más.Siempre me causó admiración cómo desde pequeño se miraban Angélica y él, lo hicieron de manera diferente. Desde su nacimiento, Ernesto la idolatraba. La vez que hablé con mi hermana, me di cuenta del modo en como lo admira, su preocupación para proteger más a Ernesto, su súplica para no decirle sobre las atrocidades cometidas por su padre, imploró para qu
AdaraMañana al fin será nuestra boda por lo civil, mañana seré la esposa de Julián Abdala. Estaba muy contenta, nerviosa, ansiosa, y también un poco temerosa. Nadina me ha visitado a diario con mis sobrinas. Me alegré mucho por su fugaz matrimonio. Julián los acompañó en la notaría. Ellos lo hicieron para formalizar y al registrar a las niñas quedarán bajo matrimonio, pero si se casarán por la iglesia, ese era el evento principal donde asistiremos todos.En cambio, por mi parte no tenía idea de cómo iban los preparativos, mis intervenciones habían sido por internet, dado a lo complicado de mi estado, no quería arriesgar la última oportunidad de ser madre biológica, si llego a perderlo, no habrá otra oportunidad; extirparán los ovarios y las trompas.En la cita con Benjamín nos comentó el milagro gestándose en mi vientre; varias personas solo hablaban de milagros… pero en este caso, cuando el ginecólogo dijo: «un óvulo salió sano de tus ovarios llenos de quistes, aparte de enfermo, pu
PrincesaSi tu madre te entregó esta carta, es porque estarás a horas de ingresar al altar o a un juzgado; es irrelevante el medio por donde cumplas tu deseo de unirte con el hombre que escogiste. En todo caso, espero que sepas escogerlo y sea un ser bueno, respaldado por sus actos; sé que me entiendes y apliques los consejos dados hace unos días. Sabrás escoger. Recuerda: el matrimonio es un acto de compromiso contigo misma y luego con tu pareja. Siempre soñé con caminar a tu lado para entregarte el día de tu matrimonio, aún a sabiendas de que era una utopía, la vida no me lo permitiría. De hecho, cuando me diagnosticaron el cáncer de huesos, ratificaron los días que viviría, tan solo unas pocas semanas, si mucho algunos meses. Pero lo vivido y la llegada de un ángel, me otorgaron tiempo para dejar a dos ángeles en la vida.Te contaré un secreto, hija: cuando me vi al frente de la muerte, comprendí lo vacía y patética que era mi existencia. Cierto, un magnate, el cual se había dedic
JuliánUna vez terminé la reunión con los constructores, le comenté a Marleny de mi retiro al apartamento. No regresaría hasta el lunes dentro de ocho días. No vamos a tener luna de miel por ahora, pero quería estar con ella una semana cuidándola. En plena reunión recibí el mensaje enviado por Blanca.Y eso me dejó muy inquieto, no quería darle más tristezas a Adara. Por eso a los trabajadores les deseé un feliz fin de semana. Al llegar al parqueadero vi una nota sobre el carro; debajo del parabrisas, como si fuera una multa. Sin verla, sabía de quién se trataba. ¡Maldición!Felicidades por tu matrimonio, pero ten presente, pronto serás viudo. —¡Desgraciada loca!Cada día me arrepentía más por haber sido tan cobarde, por no enfrentarla. De haberlo hecho, hubiéramos aclarado este malentendido que vivimos por años. Fui tan ciego por olvidar el conflicto de mis padres en el pasado. Hice lo mismo que él, tampoco le hice caso a Eros cuando rechazaba mi comportamiento hacia ella. Como dij
AdaraMe veía preciosa. Papá había llegado hace como una hora, y Julián fue echado del apartamento por Naty y Nadina para poder arreglarme. Mis sobrinos se encontraban en la mitad de la cama, mientras sus madres me ayudaban con el vestido. Los estilistas se fueron hace una hora. Ver a los tres bebés era hermoso. Emiliano se encontraba en medio de las dos princesas.—Te ves preciosa.—Gracias.No era blanco el vestido, era de color crema ajustado al cuerpo, caía suelto con una abertura a media pierna, cuello alto de encaje y unas delicadas mangas. El cabello era un peinado muy elaborado, pero se veía descomplicado. Una trenza desordenada, parecía de revista; los estilistas se lucieron. Ya estábamos arregladas, lo único que había cambiado eran los zapatos. No podía ponerme las zapatillas punta de aguja. Mi mamá hace un par de días atrás compró unos bajitos, hermosos a juego con el vestido, pero nada de tacón. El vestido arrastrará más de la cuenta. Pero ni modos, primaba la comodidad