ErosComprendía la culpa de mi mujer. Pero ahora solo debía trabajar; mientras mis plaquetas no sigan bajando, no tenía problema. La observé dormir, hace unos minutos, y por fin cerró los ojos. No le he dicho a mamá, aunque ella ya lo intuye, es imposible engañarla. Aun así, si no pregunta, no diré nada. No por ahora.Angélica se fue hace unos días con Maco y Santos, vino por tres días. Pero tenía responsabilidades con la universidad. Aunque había algo en ella que me tenía pensando, espero no sea… —Pero, y de ser así, ¿quién era yo para juzgarlo? Ahora, más que nunca, debía de hablar con Ernesto. Porque, entre ellos, existe algo más.Siempre me causó admiración cómo desde pequeño se miraban Angélica y él, lo hicieron de manera diferente. Desde su nacimiento, Ernesto la idolatraba. La vez que hablé con mi hermana, me di cuenta del modo en como lo admira, su preocupación para proteger más a Ernesto, su súplica para no decirle sobre las atrocidades cometidas por su padre, imploró para qu
AdaraMañana al fin será nuestra boda por lo civil, mañana seré la esposa de Julián Abdala. Estaba muy contenta, nerviosa, ansiosa, y también un poco temerosa. Nadina me ha visitado a diario con mis sobrinas. Me alegré mucho por su fugaz matrimonio. Julián los acompañó en la notaría. Ellos lo hicieron para formalizar y al registrar a las niñas quedarán bajo matrimonio, pero si se casarán por la iglesia, ese era el evento principal donde asistiremos todos.En cambio, por mi parte no tenía idea de cómo iban los preparativos, mis intervenciones habían sido por internet, dado a lo complicado de mi estado, no quería arriesgar la última oportunidad de ser madre biológica, si llego a perderlo, no habrá otra oportunidad; extirparán los ovarios y las trompas.En la cita con Benjamín nos comentó el milagro gestándose en mi vientre; varias personas solo hablaban de milagros… pero en este caso, cuando el ginecólogo dijo: «un óvulo salió sano de tus ovarios llenos de quistes, aparte de enfermo, pu
PrincesaSi tu madre te entregó esta carta, es porque estarás a horas de ingresar al altar o a un juzgado; es irrelevante el medio por donde cumplas tu deseo de unirte con el hombre que escogiste. En todo caso, espero que sepas escogerlo y sea un ser bueno, respaldado por sus actos; sé que me entiendes y apliques los consejos dados hace unos días. Sabrás escoger. Recuerda: el matrimonio es un acto de compromiso contigo misma y luego con tu pareja. Siempre soñé con caminar a tu lado para entregarte el día de tu matrimonio, aún a sabiendas de que era una utopía, la vida no me lo permitiría. De hecho, cuando me diagnosticaron el cáncer de huesos, ratificaron los días que viviría, tan solo unas pocas semanas, si mucho algunos meses. Pero lo vivido y la llegada de un ángel, me otorgaron tiempo para dejar a dos ángeles en la vida.Te contaré un secreto, hija: cuando me vi al frente de la muerte, comprendí lo vacía y patética que era mi existencia. Cierto, un magnate, el cual se había dedic
JuliánUna vez terminé la reunión con los constructores, le comenté a Marleny de mi retiro al apartamento. No regresaría hasta el lunes dentro de ocho días. No vamos a tener luna de miel por ahora, pero quería estar con ella una semana cuidándola. En plena reunión recibí el mensaje enviado por Blanca.Y eso me dejó muy inquieto, no quería darle más tristezas a Adara. Por eso a los trabajadores les deseé un feliz fin de semana. Al llegar al parqueadero vi una nota sobre el carro; debajo del parabrisas, como si fuera una multa. Sin verla, sabía de quién se trataba. ¡Maldición!Felicidades por tu matrimonio, pero ten presente, pronto serás viudo. —¡Desgraciada loca!Cada día me arrepentía más por haber sido tan cobarde, por no enfrentarla. De haberlo hecho, hubiéramos aclarado este malentendido que vivimos por años. Fui tan ciego por olvidar el conflicto de mis padres en el pasado. Hice lo mismo que él, tampoco le hice caso a Eros cuando rechazaba mi comportamiento hacia ella. Como dij
AdaraMe veía preciosa. Papá había llegado hace como una hora, y Julián fue echado del apartamento por Naty y Nadina para poder arreglarme. Mis sobrinos se encontraban en la mitad de la cama, mientras sus madres me ayudaban con el vestido. Los estilistas se fueron hace una hora. Ver a los tres bebés era hermoso. Emiliano se encontraba en medio de las dos princesas.—Te ves preciosa.—Gracias.No era blanco el vestido, era de color crema ajustado al cuerpo, caía suelto con una abertura a media pierna, cuello alto de encaje y unas delicadas mangas. El cabello era un peinado muy elaborado, pero se veía descomplicado. Una trenza desordenada, parecía de revista; los estilistas se lucieron. Ya estábamos arregladas, lo único que había cambiado eran los zapatos. No podía ponerme las zapatillas punta de aguja. Mi mamá hace un par de días atrás compró unos bajitos, hermosos a juego con el vestido, pero nada de tacón. El vestido arrastrará más de la cuenta. Pero ni modos, primaba la comodidad
AdaraNos fundimos fuerte en un abrazo interminable, me besaba en la frente, era imposible no llorar. Era más alto, desde hace años me sacaba más de una cabeza; ya no era ese delgado y escuálido niño rubio de centelleantes ojos azules. Ahora era grande, fornido e irreverente, leal a su familia, desde la carta recibida por nuestro padre. Cuando cumplió los dieciocho años se le vio un cambio notorio.Se enfocó arduamente en los estudios de su carrera y sacó dos al mismo tiempo: administración en gerencia y la otra era negocios en internaciones. Se convirtió en un joven responsable en sus deberes académicos y laborales, pero un impertinente, sobrado, un tanto arrogante que cree poder contra el mundo. De igual manera, lo amaba con toda mi alma.—Estás aquí.—No, soy mi espíritu. —Le di un pellizco, papá sonrió, Egan hizo un gesto fingido de dolor—. ¿No me estás tocando?—Sabes a qué me refiero. Y muchas gracias. —Sus ojos azules iguales a los míos, herencia de nuestro padre.—Debemos part
AdaraEstaba cansada, quería regresar a nuestro apartamento con Althaia quien se quedaría con nosotros para siempre. Con el acta de matrimonio Patricia lo anexaría, ahora era completar el papeleo, según lo dicho hace algunos minutos. Desde entonces Julián pasea a nuestra bebé, lo veía hablar con mi suegro, padre y Alejo, quien no dejaba de llamar a mi hija tripe A. Euma se acercó. El resto de las chicas se encontraban bailando.—¿Qué necesitas Adara? Te veo impaciente.—Lo estoy, ayúdame a ingresar a la casa, tengo muchas ganas de ir al baño.—Claro.Quitó el seguro de la silla, nos acercamos al interior de la casa. Antes de llegar a la sala se escuchó la voz de Egan y Emmanuel.—Debemos salir ya, así alcanzas a desahogarte hermano, antes de ir a la penitenciaria, yo te llevo.—Sí, eres un verdadero amigo. Ya sabes que las matriarcas de la familia nos han controlado eso. Ni que fuéramos unos culicagados. Ahora se les dio por mandar a nuestras hermanas y primas. —Emmanuel se burló—. So
ErosEstamos a dos semanas de nuestra boda por la iglesia. Nuestras madres se encontraban al borde de la histeria. El estado anímico de Ivette seguía igual. Había sido un dolor de cabeza para mí, el descubrir las razones por las cuales no le subían sus plaquetas, se mantienen muy bajas, al borde de una anemia y con su tendencia sería cuestión de días que desarrolle la leucemia.Ya mis hijas tenían cinco meses, Althaia siete y Adara ingresó a su cuarto mes de embarazo. Nadie lo podía creer, pero su entereza le había ayudado para lograrlo. Era Benjamín quien la visitaba en casa, solo cuando era control de ecografía salía en ambulancia para la clínica.Como también, cuando asistía a la cita inaplazable era la que se realiza con su oncólogo, tenía un control riguroso, y más con lo controlador que era Julián. Pero por su estado debíamos de estar controlándoles el cáncer, no queremos una metástasis de último momento, en eso Julián era un intenso. Aun así, cualquiera lo estaría.Seguía sin v