Cuando amanecía y los rayos del astro rey se filtraban por una pesada cortina con la que habían tapado la única ventana de la habitación, el Capitán Surrey llegó acompañado de una Cazadora con expresión adusta.
Sonia había salido hacía una hora aproximadamente, a realizar sus tareas de guardia. Con seguridad la llamaban para hacer limpiezas de los alrededores, era la única miembro de la Élite que podía caminar y a la Novena le venía bien una soldado entrenada.
Surrey la saludó con sequedad y procedió a cambiarle los vendajes sin muchas ceremonias.
Selene asintió y se recostó sobre lo que ella pensó que era una cama, la cual descubrió con la claridad de un nuevo día que era un montículo de paja bien armado, en donde echaron algunas bolsas de dormir para que se sintiera suave y pudiera estar cómoda. Agradeció por s
—Eres la mujer más hermosa que…—Si, ese ser de mierda me marcó —lo interrumpió sin poder contener el dolor que la envolvía—. Cortó mi cara de esta espantosa manera, ¿tienes acaso idea de cómo se siente hacerte la cabeza de que te verás así por el resto de tu vida? ¿Qué sabes de tener que caminar en medio de la gente con esta cosa horrible, sabiendo que te mirarán y susurrarán por lo bajo?—Eso no quita que seas una mujer herm…—¡No sigas! —cuando se dió cuenta, se había incorporado de la cama y enfrentaba a aquél hombre que quería y ahora odiaba a la vez. Sabía que él no tenía nada que ver, pe
Navy se apartó un poco sin soltarla, subió una de sus manos hasta el rostro de ella y, con la delicadeza propia de un padre que acaricia a su hija, examinó las heridas. Apoyando con suavidad las yemas de sus dedos en ellas, recorrió con lentitud el largo de la marca.—Déjame verte —dijo mientras se acercaba para observar mejor.La hizo sentir incómoda, pero sabía que no tenía por qué. Si había alguien que quisiera que la tocara, ése era Navy. Se tragó toda vergüenza, no formaría parte de ella cuando estuviera con él.Continuó palpándola con sus dedos. Cruzaron por su frente hacia su párpado, luego su mejilla hasta los labios, pasó por su mentón hasta parte del cuello y
—Bien, Sans —clavó su mirada en él—, respondiendo tu pregunta: sí. Como bien dije, es el labor de equipo el que nos rescató a cada uno de nosotros, no solo de la Élite, sino de la Novena del Este, tus compañeros y usted incluido —la chica rubia miró a Sans con una mirada acusadora, sin decir nada.“—Por otro lado —señaló a la pelirroja a su lado—, también tienes razón: Sonia y Selene, así como Neguen que aún se está recuperando, son especialistas. Cada uno de ellos se pueden enfrentar a cualquier Infectado y lo abatirán de veinte formas diferentes, son talentosos y son mi fuerza, mi familia, mis hermanos y hermanas, en su estilo y su forma con sus potenciales y sus defectos —miró a su interlocutor con una firmeza aplastante, un extraño
—¿La puedo ayudar? —comenzó Selene tratando de regular su tono.Cass apartó la vista, se quitó el pañuelo de la cabeza y se pasó la mano por el cabello revolviéndolo, dejó escapar un suspiro.—Cuando se dirija hacia mí, su primera palabra debe de ser «Capitán», y su última palabra debe de ser «Señora», Cazadora —le reprendió con tono desdeñoso.—¿La puedo ayudar? —repitió ella, simulando un tono despreocupado y con educaciónCass levantó la vista, le dedicó una mirada asesina que le produjo un satisfactorio placer, la estaba molestando.
—¡Te juro que lo voy a matar! ¡Cuando todo esto termine, lo voy a matar! —jadeó Selene con el rostro colorado como un tomate.—¿Ah sí? ¿Y qué le dirás llegado el momento? «¡Hola Capitán! ¡Sé que usted es mi autoridad y está cumpliendo una de sus funciones, pero déjeme decirle que es un mal nacido por hacerme correr durante horas!» —ironizó Neguen, esforzándose para controlar su respiración.—¡Lo golpearé, Neguen! ¡Lo golpearé aunque me tenga que comer una semana de ejercicios! —se quejó la pelirroja.—¡Silencio! ¡Si nos llega a ver hablando otra vez, alargará el castigo un día más! —susurró Sonia con voz apremi
—Navy, dejémonos de tonterías —comenzó Marión con un tono burlón ni bien cruzó el umbral de la puerta en ruinas—. Sabes que cuando lleguemos a La Colonia me devolverán mi rango y con ello, mi autoridad para castigar a todo aquél que se haya atrevido a molestarme —dejó escapar un bostezo—. Dejémonos de estas pantomimas y apelaré a su sentido de la razón: usted me ayudará a hacer entrar en razón a sus compañeros y yo recordaré el gran favor que me hizo, le diré a mis superiores que le den una gran compensación por toda su ayuda en este motín en el que usted fue parte.—¿Qué? —respondió Navy apenas separando los labios. Neguen pudo ver cómo la furia incrementaba en el rostro de su Capitán.
—¿Dejarlo morir es confiar en él? —ironizó ella produciendo un sonido de arrastre al mover el recipiente a la esquina opuesta del cuarto—. No comprendo. O sea, sí confío en él y creo que todos en esta habitación en ruinas confiamos en él —se escuchó un ruido metálico cuando ella se desabrochó el cinturón y lo dejó caer—. Lo que no entiendo es su punto de dejarlo solo, cuando más nos necesita.—Yo lo entiendo —puntualizó el Moreno desabrochando la camisa empapada de sudor y la arrojaba a un lado—. Solo pide que en el caso de que surja la situación de peligro potencial para todos, quiere que lo dejemos a él recibir el disparo y nosotros salvarnos. Uno por todo el equipo, no quiere sacrificar a nadie más que él en el caso que la si
Salieron por detrás de él hacia uno de los huecos de los muros de las ruinas del convento, en dirección a una de las arboledas del Norte. Cass levantó su mano y emprendieron la marcha.—Y aquí vamos de nuevo, a la marcha —susurró Selene a Sonia y él, mientras Navy se ubicaba en el punto medio entre la primera línea y ellos, a un par de metros de distancia.—¿Tenías muchas ganas de irte? —quiso saber Sonia.—Un poco la verdad —confesó ella—, me estaba ahogando de tanto tiempo sin moverme. Tardé mucho en recuperarme para ser sincera, temo que mis habilidades hayan perdido su eficacia.—No lo creo. El cuerpo tiene memoria muscular —se&nti