Una voz débil y mimosa llegó desde el otro lado del video, y un niño con la misma cara que Oscar y con el rostro pálido estaba acostado en la cama del hospital, llamando suavemente a Silvia.El corazón de Silvia se ablandó ante esta tierna imagen.—Juan, te amo.Juan frunció el ceño con gran resenti
Julio sintió un fuerte nudo en la garganta y un destello de extrañeza pasó por sus profundos ojos. No dijo absolutamente nada, y Adrian lo entendió y salió.En el departamento de negocios del grupo Ferrer, se rumoraba que un gran empresario estaba por venir para proporcionar una cantidad masiva de f
Julio había revisado detenidamente los informes médicos de Silvia y sabía que ella había sufrido de depresión grave. También había investigado sobre la enfermedad y sabía que podía causar pérdida de memoria, ¡pero no había leído que alguien pudiera olvidar a otra persona! Después de todo, ¡se conocí
El estado de ánimo de David era indescriptible con palabras, su mente se apresuraba con agilidad a organizar las palabras, tratando de decidir qué decirle a Silvia. ¿Debería disculparse primero? ¿O preguntarle primero dónde había estado todos esos años? ¿O qué más...?Sin embargo, antes de que pudie
El semblante de Natalia lucía algo sombrío. Desde hacía más de cuatro años, David parecía haber cambiado por completo, ignorando todas sus solicitudes. En cuanto a Julio, Natalia no estaba segura, si él la ayudaría.Pero lo que Natalia quería, no había nada que no pudiera obtener.—Haz lo que sea ne
Sus dedos se tensaron de manera poco natural en un instante.Julio percibió su rigidez y envolvió firmemente su pequeña mano con la suya, mientras continuaba con un beso intenso y apasionado.La espalda de Silvia estaba tensa, reprimiendo con fuerza la sensación de resistencia en su interior.Juan y
Después de poner las pastillas en el vino tinto, Silvia se cambió a un provocativo camisón de tirantes semitransparente y se acercó coquetamente a Julio, ofreciéndole una copa de vino.—Por favor.Julio observó cada uno de sus movimientos con gran atención. Tomó la copa, pero en lugar de beber, come
Eduardo vio a Silvia con un delgado camisón, completamente empapada, acurrucada en un rincón, con grandes arañazos rojos en sus manos y piernas.Apagó rápidamente el agua, tomó una bata y la cubrió, ocultando su figura entre la tela.—¿Estás bien?Su voz no era muy alta, pero sonaba débil en los oíd