Mantener a Florence entretenida, hasta la hora de la cena, fue como si nada para Colton. Kate se había sentado en la sala, mirando con ojos de adoración. No había mentido cuando dijo que tenía un don con los niños. Leyó sus historias con voces divertidas, que la hacían chillar de risa; jugaba con los camiones y muñecas y pelotas, que empujaba en su dirección, sin siquiera un gruñido. Cuando Kate había calentado la mezcla de pollo y arroz, que Paloma había preparado, Colton recogió a Florence y la apoyó contra su rodilla. Los dedos arrugados le metían tanta comida en la boca, como sus pequeñas manos la dejaban. Ella hizo caso omiso de la cuchara, alejándola cuando Colton trataba de alimentarla; contenta con el lío que estaba creando. Arroz en el suelo, una pila de granos blancos creciendo en los vaqueros oscuros de Colton. Mientras ella tosía, él levantó la taza a su boca, ayudándola a tomar un sorbo. Derramando por su barbilla mientras insistía en comer con la boca llena de agua, got
La calidez de los labios de Colton, sobre los de ella, hizo que las rodillas de Kate se debilitaran. Sus brazos fuertes se deslizaron alrededor de su cintura, manteniéndola firme y presionando contra su fornido pecho. Un brazo la mantenía segura alrededor de sus caderas, el otro moviéndose hacia la parte posterior de su cuello, su pulgar rozando los suaves vellos. Kate gimió, la boca de Colton tragando el gemido mientras su lengua acariciaba la de ella. La fría sensación del piercing de su lengua, la hizo humedecerse de anticipación. Dejó escapar un suspiro, cuando se separaron; un calor floreciendo en su pecho mientras sus ojos recorrían su rostro y bajaban hasta sus bustos. Él gimió ante la vista de sus pezones endurecidos, asomando a través del delgado material de su sostén. No era un sostén que la hiciera lucir bien; en silencio se regañó a sí misma por no llevar algo más bonito. Las manos de Colton tocaron sus suaves nalgas, sus palmas amasaron la carne mientras la levantaba c
Con su boca cubriendo la suya, Colton se empujó hacia ella, tragando los gemidos que bailaban en su garganta. Sus piernas se estremecieron debajo de él, mientras se deslizaba hacia fuera y se empujaba una vez más. Su espalda arqueada, la piel aterciopelada que cubría sus pechos presionando contra los planos duros de su pecho. Colton gruñó, las caderas se levantaban con cada empuje apasionado, lo que lo hacía palpitar dentro de ella. La sensación era abrumadora y Kate no sabía cuánto tiempo más podía aguantar, antes de venirse de nuevo. Sentado de rodillas, Colton agarró sus piernas, asegurándolas alrededor de su cintura, mientras se hundía en ella empedernidamente. Sus dientes mordieron su labio inferior, con los ojos rodando hacia atrás. "Mierda", murmuró, saliendo de ella y sujetando su mano alrededor de la base de su pene. Kate observó con confusión, antes de que los dedos de Colton se sumergieran en ella; su pulgar trazando círculos alrededor de su parte sensible. Ella lloró, c
Colton se tiró en su cama, halando de las sábanas arrugadas y arrojándolas sobre su cuerpo. Su cabello seguía húmedo de la ducha, su torso todavía con gotas de agua. No sabía por qué se había ido. La vista de Kate escondida entre las almohadas, desnuda y enrojecida, se asomaba en su mente. Apenas pasaban las nueve, pero lo único que quería era dormir; olvidar lo bien que se sentía en sus brazos, su aliento cálido y labios suaves contra su pecho. Ya no sabía quién era. Echando de menos a una maldita mujer. La verdad era que, después de pasar la noche con ella, mientras estaba borracha, él había sentido cosas que no había experimentado en... bueno, nunca. Viendo como su pecho subía y bajaba con la respiración, la pequeña separación de sus labios, su nariz contra su pecho; lo había disfrutado más de lo que quería admitir. Normalmente pasar la noche con una mujer, era un medio para un fin. Dormía lo más lejos posible de ellas, usando una almohada para bloquear sus brazos y piernas er
El aroma del café recién hecho flotaba por el apartamento, despertando a Kate del profundo sueño en el que estaba. La huella de Colton quedó en sus sábanas y el olor de su colonia se mezcló con el café, perforando sus sentidos asueñados. Bostezando perezosamente, Kate extendió sus músculos adoloridos, viendo a la hermosa figura caminar a su cuarto. Sosteniendo una taza humeante con sus dedos decorados, Colton sonrió. "Buenos días". Sentada, Kate se frotó los ojos antes de aceptar agradecida la taza y tomar un sorbo. "No me imaginé que fueras un madrugador". "¿No has aprendido nada? Estoy lleno de sorpresas". Colton sonrió, presionando un dulce beso contra sus cálidos labios. "Lo estás", murmuró contra su boca, sonriendo mientras exhalaba suavemente. Sus labios estaban hinchados desde anoche, enrojecidos y tiernos; pero la picadura no era nada comparado con la sensación que estalló en ella mientras la besaba. "¿Tienes planes para hoy?". Disfrutando de otro gran sorbo de café
Trazando círculos constantes alrededor de su clítoris hinchado, Kate se sintió lentamente llegando a su clímax. Fue agonizantemente lento, y la voz de Colton raspó en su oído para que estuviera quieta. Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba sacudiendo las caderas con fuerza, para encontrarse con sus dedos, queriendo desesperadamente más. Un gemido escapó de su boca, Colton actuó rápidamente para tragarlo. "Tienes que estar callada", susurró riendo, pero Kate pudo oír el hambre en su voz. Sus dedos se deslizaban a través de sus pliegues resbaladizos, atormentándola, retirándose cada vez que estaba por venirse. Kate giró la cara, la irritación ardiendo sobre su piel. "Basta". Sus ojos negros la miraban fijamente, el deseo comiéndolo mientras sonreía. Sin embargo, hizo lo que le dijeron; dos de sus dedos giraban en espiral alrededor de su clítoris en círculos lentos y deliberados. Las piernas de Kate comenzaron a tensarse, la bota de Colton enganchándose sobre ellas para man
Kate despertó con un quejido, su cuello rígido por su incómoda posición. Ella miró hacia sus piernas desnudas, envueltas juntas; el semen que había derramado en ella, ahora estaba pegajoso entre sus muslos. Había hecho trazos hasta su cadera, por el movimiento de su sueño. Los ojos de Colton estaban cerrados, su pecho se elevaba y caía en un ritmo suave y melódico. Parecía tan pacífico, tan diferente al Colton que había conocido en el pasado. Las cejas gruesas resaltaban los ojos redondos de color carbón, escondidos bajo largas pestañas, y Kate pudo ver pequeñas cicatrices curadas que indicaban que, en algún momento, había tenido un piercing de cejas. Su piel bronceada se tensó contra su mandíbula afilada, salpicada de barba negra. Ella no sabía cómo era posible, pero se veía aún mejor de cerca. "Es aterrador ver a la gente dormir", murmuró él mientras sus ojos luchaban por abrirse, parpadeando suavemente, unas cuantas veces, para adaptarse a la luz del día que fluía a través de la
Retorciendo las manos en su regazo, Kate metió el teléfono entre el hombro y la oreja y soltó un respiro temblorosamente. La última persona con la que quería hablar, ahora, era Preston Abbot. Su arrogancia engreída respiraba a través del teléfono y ella se arrepintió de llamarlo, inmediatamente. "Bueno Kate, soy un hombre muy ocupado. ¿Hay alguna razón para tu llamada o quieres que nos pongamos al día?”. Lamiéndose los labios nerviosamente, le costó hablar. Ella había estado esperando hablar con Alison, la madre de Preston, pero sabía que era una posibilidad que él o su padre estuvieran en el otro extremo de la línea. Respirando hondo, se estabilizó; llenando sus pulmones con un trago de aire. "S-sí, en realidad. Me preguntaba... ¿Has oído algo de Harry?”. Preston se burló, como si se ofendiera, antes de que su voz se enfriara. "Sabes que no. No me asocio con escoria criminal". "¿Así que no ha sido liberado?". "Estoy seguro de que habría llamado a nuestro padre, si ese fuera