Este capítulo contiene escenas de sexo explicitas…
John
Luego de colocar las bolas dentro del coño de Anastasia, me quedo admirando su culo regordete. Me encanta tenerla en esta posición.
—Levántate, camina hasta la puerta y regresa. —Le digo.
Hace lo que le pido y noto como al principio le cuesta un poco. Se detiene por un momento y respira profundo.
— ¿Y? ¿Qué tal las sientes?
Llega hasta mí y me sonríe.
—Es… es excitante. Los leves movimientos que hacen logran que mi coño pida más… me gusta.
—Sabía que te gustaría. ¿Te arriesgas a probar otras cosas?
—Sí…
Voy y busco algo que será apropiado para la ocasión. Saco un látigo y unas muñequeras con tiras para atarlas a otras
JohnHemos ideado un plan para que Vigo no sepa que Anastasia pasó estos días conmigo. La historia será muy simple. Le haremos creer que ella estuvo retenida por Vigo, perteneciente al clan de la trata y el tráfico de blancas. Claramente antes de que Vigo intente algo en contra de Vigo le diremos que este no tenía idea de que se trataba de su esposa.Personalmente me encargué de que Vigo me siga en este plan, es una de las personas a las que puedo considerar mi amigo en este mundo, así que aceptó sin rechistar.Este mundo no es nada fácil y si queremos que él se crea toda la historia debemos actuar muy bien. Antes de salir de casa, decido llamarlo para que esté al tanto de nuestra presencia.—Vigo…—Jonathan, ¿a qué debo tu llamada?—Me enteré de que perdiste a tu esposa, ¿cómo
JohnCuando entramos al despacho logro ver un maletín grande donde supongo tiene el dinero que me dará.—Muy bien, Jonathan lo prometido es deuda. Aquí está el dinero que te ofrecí por traer de vuelta a mi esposa.Abre el maletín y logró ver todo el dinero.—Es un placer hacer negocios contigo, Vigo. ¿Todo está allí?—Por supuesto, lo supervisé yo mismo.Asiento.— ¿Me dirás quién la tenía?—Vigo.Soltó un suspiro.—Imaginé que había sido él.—Bueno, sabes que no fue exactamente él. Tiene muchos hombres que toman mujeres de esa forma y las llevan a la bodega, muchas veces Vigo no se da cuenta quienes son estas mujeres.—Sí, sé cómo se maneja esto…—No sabes l
AnastasiaLuego de terminar de vestirme, bajé a la cocina para que Martha me preparara algo de comida, pero en vez de encontrarla a ella, estaba Vigo en su lugar y para mi sorpresa era él quien servía los platos.—Cariño, qué bueno que has bajado. He preparado una rica comida para los dos. —Dice sonriendo.No sabía qué responder, estaba en shock. Me quedé plantada sin poder moverme, ¿y si quería envenenarme? ¿Será que descubrió lo que realmente pasó y ahora busca deshacerse de mí?, pienso.—No te quedes allí, ven vamos a comer. —Automáticamente comencé a andar en su dirección y tomé asiento.— ¿Tú preparaste todo esto? —Pregunto.—Claro, preciosa quise darte la bienvenida luego de los días tan horrendos que tuviste que
JohnHan pasado 3 días desde que dejé a Anastasia con Vigo. Ese día me sentía demasiado frustrado no supe nada de ella y tampoco quise llamarla porque no sabía en la situación que se encontraría. Para mi sorpresa, cuando por fin recibo noticias, me dice que está bien, pero que no puede hablar porque Vigo ha pasado esos días pegados a ella. A decir verdad, su comentario me desconcertó mucho, pero decido no prestarle tanta atención a pesar de que lastimosamente no hemos podido hablar muy bien y eso me tiene de mal humor. No pude contarle que debía salir del país y no estaría disponible por si le llegaba a pasarle algo.Me centré en localizar a Massimo y por fin di con su paradero. En estos momentos estoy en Estados Unidos, según mis fuentes, se ha estado alojando en una cabaña para evitar frecuentar con el mundo exterior y
AnastasiaEstos días he observado un gran cambio en Vigo. Ha vuelto a ser aquella persona de la que me enamoré y eso me tiene un poco confundida. Desde mi regreso, él no ha ido a trabajar a su oficina, ahora paso muy poco tiempo sola y eso no me ha permitido hablar con Jonathan. Hace poco le envié un mensaje donde le comentaba que estaba bien, pero que no podía recibir sus llamadas porque Vigo había pasado esos días pegados a mí.Me gustaría saber de él, he estado un poco intranquila por ese trabajo que tenía pendiente.— ¿Amor? —Interrumpe mis pensamientos Vigo.—Dime.— ¿Qué te parece si esta noche cenamos en un restaurante? —La verdad esta nueva faceta me tiene un poco desconcertada y aún no me acostumbro, igual trato de no hacerlo molestar porque no sabré cómo reaccionará.
AnastasiaEl cambio que ha tenido Vigo ha causado una extraña sensación en mi cuerpo queno sabría cómo describirla. Tanto así que cuando me besó creo que me gustó su beso.—Bueno, es hora de irnos. —Posa su mano en la parte baja de mi espalda y salimos de la casa.Una vez en el auto, él me toma de la mano y no deja de mirarme con ese brillo en los ojos que no veía hace mucho tiempo.— ¿Pasa algo? —Pregunto. Su mirada me tiene inquieta, está haciendo que me ponga nerviosa.—Nada malo, es solo que no puedo dejar de mirarte, te ves increíblemente hermosa. Creo que me estoy arrepintiendo de sacarte de la casa, todos los hombres del lugar quedarán hipnotizados por tu belleza.Sonrío.—No seas exagerado, Vigo.— ¿Exagerado? ¿Es que acaso no me cr
JohnMe siento desesperado por saber de Anastasia. Es increíble como en poco tiempo logró meterse en cada parte de mi piel, tanto, que siento que no puedo estar un segundo más sin ella. Me encuentro en mi despecho revisando la información que me enviaron sobre los padres de Anastasia, ya di con su paradero y dejé a cargo a una persona de confianza para que los vigile en todo momento.Según esta información, eran una pareja muy activa, viajaban a todos lados, pero siempre volvían a su hogar. Hasta que llegado a un punto dejaron de hacerlo. Después de mudarse, se convirtieron en personas ermitañas, únicamente son vistos en la calle cuando es necesario y puedo imaginar el por qué. De seguro Vigo tiene algo que ver con esto, no solo dañó la felicidad de Anastasia sino también la de su familia.Estoy sumergido en mis pensamientos cuando de pronto
JohnSigo esperando que Sofía me dé el nombre del puto restaurante y sigue sin hablar. Cuando ya he perdido la paciencia, decido decirle lo que su silencio me ha obligado a hacer. En ese momento la escucho soltar una bocanada de aire y articular:—Sensation. Es allí donde le reservé. — ¿Hora?—La reservación es a las 8:00 pm.—Muy bien Sofía, buena chica. No quiero que le digas nada de esto a Vigo. De lo contrario tendría que ensuciarme las manos contigo y no deseo eso. ¿Entendido?—S… sí señor. Cuelgo e inmediatamente llamo al lugar para hacer una reservación. Al indicarle mi nombre a la persona que está atendiéndome, no hubo inconveniente.¡Es increíble! El idiota de Vigo la llevará a este lugar de seguro con la