Al final Erik nos mandó una camioneta a recogernos, una muy fina, que tenía un conductor ya conocido para mí y champaña. El auto se detiene en la misma finca que pisé hace unos días. Sharon baja con una sonrisa y yo espero unos minutos adentro. Suspiro y luego salgo.
Hombres diferentes están ahora armados por todo el lugar, la música está extremadamente alta, el lugar está muy bien iluminado y hay más autos que ese día. Con cuidado de no caerme debido a los altos tacones empiezo a caminar detrás de Sharon hacia la entrada. El hombre en la entrada detiene a Sharon y ésta indignada dice que somos unas invitadas especiales. Él pide disculpas y nos dejan pasar.
Aquí adentro es otro mundo, es una fiesta muy distinta a la del otro día. Ahora hay más chicas bailando en tarimas y hay poca gente en comparación con la fi
Acabo de llegar a mi casa, queriendo encontrar un grato recibimiento, pero me encuentro a Margaret votando humo por las orejas y un poco ebria.—¡¿Dónde carajos estabas?! —grita en cuanto termino de cerrar la puerta, tras de mí.—Le dije que iría a quedarme a dormir donde una amiga —contesto.—¡Mentirosa! ¿Crees que no te vi con ese hombre en el cementerio? Seguro estabas con él.—No miento, estaba...—¡Cállate! Y haz la cena.Se mete a su habitación, tambaleando un poco y cierra la puerta de un gran azote. Respiro profundo y me encamino hacia la pequeña cocina. Abro el refrigerador y encuentro que está vacío, sólo tien
Hace una semana no voy a la escuela, no contesto los llamados de las chicas, ni los de Erik y la he pasado con Tania ya que ella conoce más del tema que yo. Compré la mejor ropa con el dinero que me dio Erik y aprendí a maquillarme y a combinar las prendas para verme bien "caliente". Frase célebre de Tania.—¿Segura que quieres hacer esto? —me pregunta antes de subirnos a su auto.—Segura. Me cansé de que las chicas se rían porque me veo mal.Le mentí a Tania respecto a mi repentino cambio, ella cree que lo hago por las burlas, aunque también es por eso, pero más que todo para callarle la boca a Erik y a Bridgit.—Est&aacut
Dejo la bebida a un lado y me levanto de la silla, paso por el lado de Erik, pero él no se da cuenta debido a que está embobado viendo bailar a una chica que ni sé cuando llegó. Abro la puerta corrediza y entro a la casa. Todo está en silencio.Miro a todas partes y no veo a Chris así que decido volver, pero una voz me interrumpe y me hace dar un pequeño brinco en mi sitio.—¿Busca algo? —pregunta una chica del servicio.—Ah... La cocina, tengo sed —miento y ella niega con la cabeza.—Nos pudo haber llamado, pero si gusta puede buscarla usted —contesta señalando una puerta devai ven.
Despierto apenas sale el sol, lo cual es sorprendente ya que me acosté tarde. Entro a la ducha y me doy un baño de aproximadamente veinte minutos y salgo envuelta en una toalla.Abro mi pequeño armario que está un poco apretado debido a la nueva ropa y luego de un vistazo decido colocarme unos jeans ajustados, una blusa sin manga ceñida al cuerpo y sobre ésta, una chaqueta en cuero, color marrón. Ato los cordones de mis botas y por último amarro mi cabello en una coleta alta. Estoy lista. Hoy empieza mi labor. Matar a "El ruso". Tomo mis llaves.Salgo de mi habitación, encontrándome a Margaret tirando eructos en el sillón. Paso de largo, ignorándola.—¡Hey, niña! &iques
Entramos a la primera habitación que llega a nuestro campo de visión. Erik me lanza a la cama sin cuidado y se quita su camisa. Me le quedo viendo, pero no es una mirada de deseo o algo por el estilo. Es algo más allá. Me siento diferente. Soy otra persona. Jamás me vi en esta situación y no sé si es lo correcto. Estoy aquí para vengar a mis padres, para sentir paz, pero qué me garantiza que no lo es o qué lo es. Qué me garantiza que mataré al ruso o qué él me matará. Exacto, nada.No tengo todas las respuestas y mucho menos las del futuro así que viviré el aquí y el ahora, ya que francamente es lo único que importa.—¿Por qué me ves así? —pregunta.No respondo. Me levanto, apoyándome con mis rodillas en la cama y me saco el dinero del sostén y se lo lanzo a la cara. Él sonr&iac
Chris no ha emitido ni una sola palabra. Está allí parado, mirándome, pero es sólo eso. Solo me mira y me está asustando.—¿Vienes de dónde Erik? —pregunta.—Sabes que sí —Chris alza las cejas en señal de asombro.—¡Vaya! Definitivamente ya no eres aquella chica que pisó la casa de Erik por primera vez. Llena de nervios y tan inocente.
Llego a mi casa y antes de estacionarme veo a Sharon, Brooke y Bridgit, justo en la entrada. Bajo del auto y me acerco a ellas.—¿Qué hacen aquí? —pregunto mientras me cruzo de brazos.Bridgit observa el lugar y hace un gesto de desagrado. ¡Perra!—Agradece que te venimos a visitar a este lugar de mierda —comenta. Sharon suspira y Brooke rueda los ojos.Bridgit es el tipo de persona que es tan frustrante que te saca de tus casillas. Es engreída, egoísta y manipuladora y por eso la detesto. Me odia y no le he hecho absolutamente nada y estoy empezando a hartarme de ella.—¿Sabes algo? Nadie necesita de tu maldita compañía. Eres tan fastidiosa y sosa que todos te odian —le doy una mirada de superioridad.Ella levanta una ceja y da un paso al frente. Sharon la detiene.—¡Basta! —exclama—, no vinimos aquí para e
Ella es distinta. Ella es explosiva. Ella es sexi. Ella es Kimberly.Desde que la vi, no supe qué hacer. Me sentí como un estúpido adolescente, deseándola con tanta intensidad, que me enojaba. Me hizo romper paradigmas y reglas que había establecido en mi vida. Con sólo una mirada hizo maravillas en mi parte íntima. Me sentí diferente y excitado. Cómo jamás me había sentido.Es como una diosa sin siquiera saberlo y sin esforzarse es tan erótica que me dan ganas de hacerle maravillas. No sé cómo explicarlo que ella me produce; me encanta la manera en la que no se esfuerza para nada y aun así es la más hermosa. No es como las demás.La veo allí, excitada y con la respiración entrecortada y es el puto paraíso.—Y eso que no querías —comento separándome de ella. Me arreglo el pantalón debi