Dejo la bebida a un lado y me levanto de la silla, paso por el lado de Erik, pero él no se da cuenta debido a que está embobado viendo bailar a una chica que ni sé cuando llegó. Abro la puerta corrediza y entro a la casa. Todo está en silencio.
Miro a todas partes y no veo a Chris así que decido volver, pero una voz me interrumpe y me hace dar un pequeño brinco en mi sitio.
—¿Busca algo? —pregunta una chica del servicio.
—Ah... La cocina, tengo sed —miento y ella niega con la cabeza.
—Nos pudo haber llamado, pero si gusta puede buscarla usted —contesta señalando una puerta de vai ven.
Despierto apenas sale el sol, lo cual es sorprendente ya que me acosté tarde. Entro a la ducha y me doy un baño de aproximadamente veinte minutos y salgo envuelta en una toalla.Abro mi pequeño armario que está un poco apretado debido a la nueva ropa y luego de un vistazo decido colocarme unos jeans ajustados, una blusa sin manga ceñida al cuerpo y sobre ésta, una chaqueta en cuero, color marrón. Ato los cordones de mis botas y por último amarro mi cabello en una coleta alta. Estoy lista. Hoy empieza mi labor. Matar a "El ruso". Tomo mis llaves.Salgo de mi habitación, encontrándome a Margaret tirando eructos en el sillón. Paso de largo, ignorándola.—¡Hey, niña! &iques
Entramos a la primera habitación que llega a nuestro campo de visión. Erik me lanza a la cama sin cuidado y se quita su camisa. Me le quedo viendo, pero no es una mirada de deseo o algo por el estilo. Es algo más allá. Me siento diferente. Soy otra persona. Jamás me vi en esta situación y no sé si es lo correcto. Estoy aquí para vengar a mis padres, para sentir paz, pero qué me garantiza que no lo es o qué lo es. Qué me garantiza que mataré al ruso o qué él me matará. Exacto, nada.No tengo todas las respuestas y mucho menos las del futuro así que viviré el aquí y el ahora, ya que francamente es lo único que importa.—¿Por qué me ves así? —pregunta.No respondo. Me levanto, apoyándome con mis rodillas en la cama y me saco el dinero del sostén y se lo lanzo a la cara. Él sonr&iac
Chris no ha emitido ni una sola palabra. Está allí parado, mirándome, pero es sólo eso. Solo me mira y me está asustando.—¿Vienes de dónde Erik? —pregunta.—Sabes que sí —Chris alza las cejas en señal de asombro.—¡Vaya! Definitivamente ya no eres aquella chica que pisó la casa de Erik por primera vez. Llena de nervios y tan inocente.
Llego a mi casa y antes de estacionarme veo a Sharon, Brooke y Bridgit, justo en la entrada. Bajo del auto y me acerco a ellas.—¿Qué hacen aquí? —pregunto mientras me cruzo de brazos.Bridgit observa el lugar y hace un gesto de desagrado. ¡Perra!—Agradece que te venimos a visitar a este lugar de mierda —comenta. Sharon suspira y Brooke rueda los ojos.Bridgit es el tipo de persona que es tan frustrante que te saca de tus casillas. Es engreída, egoísta y manipuladora y por eso la detesto. Me odia y no le he hecho absolutamente nada y estoy empezando a hartarme de ella.—¿Sabes algo? Nadie necesita de tu maldita compañía. Eres tan fastidiosa y sosa que todos te odian —le doy una mirada de superioridad.Ella levanta una ceja y da un paso al frente. Sharon la detiene.—¡Basta! —exclama—, no vinimos aquí para e
Ella es distinta. Ella es explosiva. Ella es sexi. Ella es Kimberly.Desde que la vi, no supe qué hacer. Me sentí como un estúpido adolescente, deseándola con tanta intensidad, que me enojaba. Me hizo romper paradigmas y reglas que había establecido en mi vida. Con sólo una mirada hizo maravillas en mi parte íntima. Me sentí diferente y excitado. Cómo jamás me había sentido.Es como una diosa sin siquiera saberlo y sin esforzarse es tan erótica que me dan ganas de hacerle maravillas. No sé cómo explicarlo que ella me produce; me encanta la manera en la que no se esfuerza para nada y aun así es la más hermosa. No es como las demás.La veo allí, excitada y con la respiración entrecortada y es el puto paraíso.—Y eso que no querías —comento separándome de ella. Me arreglo el pantalón debi
¡La fiesta está impresionante! Hay luces, alcohol y... Drogas.Hay un montón de hombres bebiendo y drogándose y un montón de prostitutas bailando al rededor. De ese montón de gente, mi vista está fijada sólo en una persona; Chris.Me tiene totalmente confundida y no sé qué hacer al respecto. Tengo miedo, miedo de lo que podría llegar a sentir, miedo de Erik, miedo de todo. Lo único que quiero es matar al ruso y huir de aquí. Alejarme de este mundo donde jamás debí llegar. Un mundo que debe tener decepcionado a mis padres. Pero hay una voz, una muy insistente que me dice que me quede. Que mueva muy bien mis cartas, que le saque provecho a esta oportunidad y que consiga todo lo que mi corazón desea.El problema radica en qué ya no me conozco. Ya no tengo mis principios claros. Ya no sé quién soy, pero sobre todo es que mi corazó
Bebo un poco de whisky mientras Erik termina de vestirse. La fiesta aún no acaba y creo que no lo hará.—Tengo que contarte algo —anuncia mientras se acerca. Se posiciona en medio de mis piernas ya que estoy sentada sobre el espaldar del sillón.—¿Qué es?—SobreElruso.Está aquí.Al escuchar ese apodo, la vista se me nubla del enojo. Él es el hombre que arruinó mi vida. Mi arrebató a unos padres maravillosos, que, como todos, cometieron errores. Me hizo presenciar la muerte de los dos e incluso, es el responsable que en mi corazón habite tanto odio y que en estos instantes desee acabar con la vida de él. Es el responsable de vivir con una estúpida alcohólica, que me hace, lo que queda de mi vida, imposible. Es el responsable de mis desgracias.—¿Dónde? —es lo único que d
De manera un poco ruda la volteo boca abajo.—Quiero hacerlo así —gruño en su oído. Ella suspira en respuesta.Le empiezo a besar la piel de su espalda. Es suave y tersa, como la seda. Meto mi mano por el estrecho espacio entre la cama y su vientre y de un jalón la levanto, dejándola apoyada en sus manos y piernas.Paso mis manos por su suave espalda de nuevo, causando que su piel se ponga de gallina. Es tan perfecta. Tan exquisita y fantástica. Posiciono mi miembro y de una embestida la penetro. Ella gime en respuesta.La empiezo a penetrar una y otra vez, una y otra vez. Acaricio sus senos sintiendo cómo saltan.—¡Ah! ¡Chris! —gime.Cuando pronuncia mi nombre siento aún más placer. Es la manera en la que sale de su hermosa boca que me hace imaginar de cuanta cosa. las penetraciones son más fuertes, al igual que sus gemidos. Éstos