Xavier ayudó a Sofía a entrar al Auto luego entró él. Después de decirle a Maurizio que los llevara a su departamento atrajo a Sofía a su cuerpo para abrazarla, pero ella se separó de él lo más lejos que pudo —Aun no he dicho que te perdono— dijo mientras se cruzaba de piernas y brazos —Maurizio llévame a casa de mis padres— ordenó ella. Maurizio no tenía dudas de quien mandaba por eso no se molestó ni en mirar a su jefe.Xavier sabía que se había equivocado en su actitud tan infantil, y es por eso que estaba dispuesto a arrastrarse ante ella por el resto de su vida, pero no a mantenerse alejado. Entonces él se acercó a ella, tomó su mano y le dio un beso en el dorso.—Haré lo que sea para que me perdones, pero no me pidas estar lejos de ti— Suavemente la atrajo hacia él pegándola a su pecho, dejó la palma de su mano sobre el vientre de Sofía y eso le recordó que debía decirle sobre su embarazo. Había temido tanto que en la entrevista le preguntaran si su matrimonio era porque quizás
Unos minutos después Sofía apareció, se cambió el vestido por algo más cómodo y fresco, su blusa de tirantes dejaba al descubierto su ombligo, su short de franela no tapaba ni la mitad de su muslo. Xavier levantó un poco su cuerpo apoyándose en su brazo para verla y hasta ahora pudo notar que se había cortado un poco su cabello, no importaba que llevara puesto o como peinara su cabello, ella simplemente era hermosa de cualquier forma.Xavier miró como ella le puso seguro a la puerta, luego caminó hacia él y su deseo por ella incrementaba con cada segundo que pasaba. —Deja de mirarme así— Xavier sonrió, extrañaba ver ese color rojizo en sus mejillas.Sofía apoyó una rodilla en la cama mientras Xavier se sentaba, él notó que Sofía estaba escondiendo algo detrás de su espalda. —¿Qué traes ahí pequeña? — preguntó él con curiosidad. En lugar de contestar Sofía se lanzó a él colocándose a horcadas sobre él, rodeó su cuello y lo besó como si no hubiera un mañana, él, atrapándola correspondió
—Está todo listo— Anunció Laura entrando a la habitación donde estaba Sofía con sus padres y ella asintió. La semana que faltaba había transcurrido con tranquilidad. Laura había organizado la boda sin ningún contratiempo y Sofía estaba inmensamente agradecida con ella.—Cariño...— Aurora intentaba decir algo, ver a su hija tan hermosa y feliz en ese vestido de novia, ella era muy feliz también por ver a sus dos hijos estar junto a la persona que amaban.—Gracias mamá— musitó Sofía, le dio un abrazo, ella sabía todo lo que su madre quería decir.—Mi princesa, estamos muy feliz por ti, pero sabes que siempre estaremos ahí para ti y nuestro hogar siempre será el tuyo también— dijo su padre.—Lo sé papá, yo también siempre estaré ahí, no crean que se libraran de mí tan fácil— bromeó ella. los tres rieron. En realidad, Sofía y Xavier habían tomado una decisión que aún no se lo decía a sus padres, lo hará cuando regresen a casa.—¿Lista? — Preguntó Gino, ofreciéndole su brazo.Llegaron al l
—Sí, esa noche vi el anillo en el bolsillo de tu pantalón, te confieso que me puse muy nerviosa, pero estaba segura de mi respuesta y de lo que quería, pasar el resto de mi vida contigo— dijo ella haciendo que él se inclinara para besarlo.Xavier no quería recordar ese día en el hospital. Al principio creyó que Sofía había aceptado solo por su padre. Fue antes de que tuvieran su primera vez que ella le dijo que su respuesta sería la misma si Xavier se lo hubiera propuesto, entonces su inseguridad desapareció.—Supongo que no soy bueno escondiendo cosas— dijo él.—No, no lo eres— afirmó ella.—Entonces, ¿sabes lo que quiero hacer justo ahora? — Sofía vio el brillo de deseo en sus ojos mientras recorrían todo su cuerpo y un frío recorrió también su espalda descubierta, estaba segura que no había sido por el viento.—Si no lo haces ya, juro que lo haré yo…— No terminó la frase porque Xavier atrapó sus labios, los lamió y los mordisqueó suavemente, mientras sus manos traviesas recorrían l
Maurizio quería preguntarle, la miró y ella tenía los ojos cerrados, entonces se limitó a acariciar su espalda, talvez mañana ella pueda decirle.—¿Repetimos? — La voz de Antonella lo sacó de sus pensamientos, bajó la mirada y ella lo estaba observando.—¿Estuvo bien? — Se atrevió a preguntar.No sabía de donde venía toda esa inseguridad, pero ella estaba dispuesta a hacerle ver lo increíble que era, solo necesitaba confiar en él mismo. —Eso me encantó— dijo ella estirándose un poco para besarlo —Esta vez te quiero arriba—***Berlín, Alemania.—Que hermosa boda. ¿Son tus amigos?El chico que observaba la pantalla de su celular, se giró hacia la dueña de la voz que le hablaba —No, pero yo debí estar en su lugar— contestó, antes de tomar de su cerveza.—Oh— Contestó la chica que se había sentado hace unos minutos a su lado en la barra. —Y a mí me hubiera gustado estar en lugar de ella—El joven la miró sorprendido y frunció el ceño —Mucho gusto— la mujer le extendió la mano —Me llamo V
Meses Después.Sofía despertó por un fuerte dolor, miró la hora y eran las cinco de la mañana, el nacimiento de su hija era dentro de unos días, pero los dolores que sentía le hicieron saber que pasaría antes de lo previsto.Teresa había dado a luz a su bebé hace una semana, era un hermoso niño que era la viva imagen de ella, cabello oscuro y piel blanca, y posiblemente sus ojos serían marrones, a diferencia de su primera hija, Irina era igual a su padre.Otro fuerte dolor la hizo gritar el nombre de su esposo. Xavier se sobre saltó un poco desorientado, cuando miró a Sofía sentada en la cama se levantó de inmediato.—Princesa.—¡Es hora! — dijo ella. Xavier se paralizó. —¡Xavier! — volvió a gritar ella.—Sí, sí, es hora— repitió él— dio una vuelta en el mismo lugar sin saber qué hacer.—Cariño, ven— le dijo Sofía, él se inclinó con una rodilla en el piso y Sofía tomó su rostro —Ya vamos a tener a nuestra bebé, necesito que te concentres ¿Sí? —Él asintió como un niño —toma la maleta q
Manuela detuvo el auto frente a ella. Subió al auto luego de despedirse de sus amigas. Sofía sonreía frente a la pantalla de su celular, su esposo le había enviado una imagen de su pequeña, dormida en su cama. Era increíble lo rápido que el tiempo había pasado. Su vida no era como se la imaginó que sería hace cinco años cuando la dañaron física y psicológicamente. Era mucho mejor, tenía más de lo que había deseado tener.Guardó su teléfono en su bolso mientras escuchaba a Manuela contarle sobre cómo se había desecho de un periodista que quería colarse en la cena privada que habían tenido. Soltó una carcajada al imaginarse la cara del pobre hombre cuando Manuela lo tomó del cuello de su camisa. Llevó sus manos a su rostro para limpiar las lágrimas que salían de sus ojos de tanto reírse.Estaban a pocos metros de una intersección el semáforo estaba en verde por lo que Manuela siguió su camino unos segundos después solo pudo ver unos focos de otro vehículo muy cerca del lado de Manuela.
—Sofía tienes amnesia— El doctor miró a Aurora y ella entendió, se acercó a su hija para tomar su mano.—Cariño, todo lo que dijiste, tu edad, la fecha y el auto que te regaló tu padre… eso fue hace casi cinco años.—¿Qué? imposible lo recuerdo como si fue ayer.—Lo sé, siempre has tenido muy buena memoria— Sofía podría dudar de otra persona incluso del doctor frente a ella. pero jamás de su madre. Y ahora que la observaba mejor su mamá se miraba un poco diferente a como la recordaba incluso su cabello era un poco más corto.—¿Entonces, eso quiere decir que ya me gradué, madre? — Aurora sonrió y asintió.—Sí, cariño. Y también fuiste parte del diseño de nuestro último hotel, diseñaste tu propia casa y la empresa que construiste con Antonella— Sofía se llevó las manos a su boca para ocultar su asombro. Al parecer Aurora no se dio cuenta que eso era demasiada información para ella. debía ir más despacio.—¿Es en serio madre? — Xavier, sonrió al ver su entusiasmo y ese brillo en sus ojos