Querid@s Lectores, gracias por leerme hasta aquí. espero sigan disfrutando de esta historia.
Lentamente Xavier se levantó de la cama, se dio una ducha luego se fue a seguir con lo que su esposa estaba haciendo antes de que él llegara y que por su culpa no terminó. Se dispuso a hacer la cena, quiso dejarla descansar una hora y luego la despertaría para cenar juntos.—Ten— Le dijo Xavier entregándole una tarjeta. Sofía miró la tarjeta y luego a él.—Sea lo que sea, sabes que no lo necesito— Sofía era dueña de la misma cantidad de acciones de la compañía que sus padres y hermano, por lo que lo último que necesitaría de su esposo es dinero.Xavier la atrajo a sus brazos —Lo sé princesa, Pero es mi deber cubrir nuestros gastos y nuestra boda, tú ya pagas este departamento, además fuiste tú quien dijo que estabas sin empleo, cuando tengas uno, retomamos el tema, si quieres— Le dio un beso fugaz —¿De acuerdo? ——Está bien— Aceptó ella y él sonrió —Espero no tenga límites— dijo Sofía levantando la tarjeta —A partir de ahora empezaré a gastar tus millones— Ambos rieron.***Habían pas
Xavier despertó, miró a la mujer en sus brazos que dormía plácidamente, aunque no tuviera nada que hacer ella siempre se levantaba enérgicamente, pero en los últimos días parecía que ni un terremoto podría despertarla. Xavier sonrió al verla tan tranquila, confiada y segura. Se prometió que siempre iba a darle esa seguridad para poder despertar cada mañana contemplando su bello rostro y su cuerpo sin duda.Se deslizó cuidadosamente para no despertarla, pero a penas y se movió. Hizo su rutina de ejercicios, luego se duchó, para finalmente preparase para ir a la oficina.Fue hasta la cama y su esposa seguía durmiendo, sus cabellos dorados esparcidos por la almohada, su piel suave y clara, sus labios ligeramente rosados la hacía ver como una diosa de la seducción que lo invitaba a pecar, pero ella era su esposa todo con ella le era permitido, y se sentía tan afortunado de ser el único en disfrutar de esa hermosa imagen. Se sentó en la cama para cubrirla con las sábanas. —Princesa— la l
—¿Y? — preguntó Antonella. Sofía le extendió la primera imagen de su bebé. Su amiga abrió la boca como si no hubiera estado segura hace un rato. Se lanzó a abrazarla. Y felicitarla.—Te dije que estabas jod…—Oye— Sofía le dio una palmadita en su brazo y su amiga se soltó a reír. Luego Teresa también la abrazó.—¿Y ahora qué sigue? — Preguntó Antonella.—Retomar el plan que teníamos.—Bueno, yo aprovecho que estoy aquí para recoger unos resultados— dijo Teresa —vayan ustedes——No, está bien la acompañamos y luego vamos todas juntas— propuso Sofía.—Cariño, no es necesario, solo son exámenes de rutina, no quiero que se retrasen por mi culpa.—No se hable más, la acompañaremos— Afirmó Sofía.—Así es madre— dijo Irina, dejándole claro que no había discusión.—Está bien hijas, vamos— Teresa sonrió.—Creo que después de salir de aquí, debemos llevar a la futura mamá a comer algo— Dijo Antonella.—Estoy de acuerdo— Afirmó Irina.—¿Cómo piensas darle la noticia a Xavier? — preguntó Antonella
Ya habían pasado varios minutos y eso hacía que Sofía estuviera igual o más nerviosa que antes, esperaba que todo fuera bien con el embarazo de Teresa, ella era una mujer muy valiosa y valiente. Pudo criar sola a una niña y se enfrentó a una enfermedad y logró salir adelante también, y no había duda que ese bebé sería un hermoso regalo para ella y su esposo.Ambos bebés al igual que los gemelos de su hermano estarían en una edad parecida y ya se los podía imaginar corriendo por toda la casa y el jardín, una sonrisa se le escapó de los labios ante ese pensamiento, al parecer eso estaba ayudando a calmarse.La sonrisa de Teresa la contagió apenas salió del consultorio y eso significaba que gracias a Dios todo estaba bien con ella y su hijo. Las dos mujeres se unieron en un sincero abrazo. Luego decidieron ir a celebrar entre ellas con un almuerzo. Ninguna tenía dudas que los hermanos Brugos estarían muy felices con la noticia. Sofía tuvo que tomar unos segundos antes de contestar la lla
Sofía llamó por teléfono varias veces a Xavier, pero no obtuvo respuesta, rogaba porque él estuviera en casa, dio gracias al cielo cuando vio su auto en el estacionamiento del edifico de su departamento. Apenas Manuela estacionó, Sofía salió corriendo del coche. —Señora espere— En un par de segundos Manuela estuvo detrás de ella —Más despacio señora, puede caerse— Le advirtió su guardaespaldas.Lo primero que hizo fue ir al despacho a buscarlo mientras lo llamaba, luego la cocina, el gimnasio, las habitaciones hasta el cuarto de lavado, y nada, Xavier no estaba por ningún lado. Se quedó parada en medio de la sala y entonces recordó —¡La azotea! ——Aquí estás— Sofía caminó hacia él y lo abrazó por la espalda, Ella podría estar molesta con él y de seguro le reclamaría después por dejarla y no esperar por ella y asumir cosas sin antes hablarlo, pero no sabría decir si ella hubiera hecho lo mismo en su lugar, de lo único que estaba segura ahora es de que lo necesitaba cerca, necesitaba ac
—Ayer planeamos una cena para todos en la villa, ella quería darte una sorpresa y tú simplemente te fuiste. Ella estaba muy triste anoche por que no quisiste hablar con ella y ni siquiera escucharla— Antonella tomó un respiro —Cuando conocí a Sofía era apenas una chica de 16 años venía de una escuela en la que ella era la más popular, y de pronto se vio rodeada de personas desconocidas y mayores que ella y al principio por esa razón quise protegerla, pero después se convirtió en una hermana para mí. Cuando ocurrió lo de aquella noche me sentí culpable y también sentía mucho su problema psicológico después de eso, ella había levantado un muro para no dejar entrar a nadie— Antonella dio un paso al frente y continuó. —Fue hasta que tu llegaste y derribaste esos muros, Xavier, ella no sería capaz de dejarse tocar por nadie más que no seas tú—Xavier cerró sus ojos y escondió su rostro en sus manos. —debemos encontrarla— musitó Antonella —Ella está dolida por que no confiaste en ella— Xavi
Xavier ayudó a Sofía a entrar al Auto luego entró él. Después de decirle a Maurizio que los llevara a su departamento atrajo a Sofía a su cuerpo para abrazarla, pero ella se separó de él lo más lejos que pudo —Aun no he dicho que te perdono— dijo mientras se cruzaba de piernas y brazos —Maurizio llévame a casa de mis padres— ordenó ella. Maurizio no tenía dudas de quien mandaba por eso no se molestó ni en mirar a su jefe.Xavier sabía que se había equivocado en su actitud tan infantil, y es por eso que estaba dispuesto a arrastrarse ante ella por el resto de su vida, pero no a mantenerse alejado. Entonces él se acercó a ella, tomó su mano y le dio un beso en el dorso.—Haré lo que sea para que me perdones, pero no me pidas estar lejos de ti— Suavemente la atrajo hacia él pegándola a su pecho, dejó la palma de su mano sobre el vientre de Sofía y eso le recordó que debía decirle sobre su embarazo. Había temido tanto que en la entrevista le preguntaran si su matrimonio era porque quizás
Unos minutos después Sofía apareció, se cambió el vestido por algo más cómodo y fresco, su blusa de tirantes dejaba al descubierto su ombligo, su short de franela no tapaba ni la mitad de su muslo. Xavier levantó un poco su cuerpo apoyándose en su brazo para verla y hasta ahora pudo notar que se había cortado un poco su cabello, no importaba que llevara puesto o como peinara su cabello, ella simplemente era hermosa de cualquier forma.Xavier miró como ella le puso seguro a la puerta, luego caminó hacia él y su deseo por ella incrementaba con cada segundo que pasaba. —Deja de mirarme así— Xavier sonrió, extrañaba ver ese color rojizo en sus mejillas.Sofía apoyó una rodilla en la cama mientras Xavier se sentaba, él notó que Sofía estaba escondiendo algo detrás de su espalda. —¿Qué traes ahí pequeña? — preguntó él con curiosidad. En lugar de contestar Sofía se lanzó a él colocándose a horcadas sobre él, rodeó su cuello y lo besó como si no hubiera un mañana, él, atrapándola correspondió