Cuando Xavier observó aquel dibujo y lo acarició con su mano, sintió la forma de unas letras escritas en la parte de atrás de la página, le dio la vuelta y se encontró con la letra de su padre.«Mi querida Elizabeth, mi ángel. Sé que siempre has cuidado de mí y de nuestros hijos incluso después de haber partido cuando distes a luz a nuestros pequeños, lamento tanto haber sido un mal padre para los gemelos en su primer año de vida, sé que no merezco tu perdón, y tú sin proponértelo me hablaste por medio de las palabras de tu diario. Cometí muchos errores, pero estoy agradecido porque nuestro hijo Santiago tiene una hermosa familia al igual que nuestra niña Rosalie, me aseguraré de que nuestro pequeño Xavier también encuentre el lugar perfecto a lado de alguien tan especial como tú»Mientras Xavier leía esas palabras caminaba por la habitación se apoyó en la pared cuando terminó de leer, el dolor en su pecho que lo había acompañado desde hace varios días volvió, sus piernas se debilitar
Dos golpes en la puerta sonaron cuando estaban a punto de salir, Sofía abrió la puerta —¿Hermana cómo va todo? — Sofía abrió más la puerta para dejar ver a Xavier el aspecto que tenía, era el hombre que todos conocían, de verdad Sofía tenía ese poder sobre él, el padre de Xavier sabía lo que hacía cuando se le ocurrió esa locura de casarlos en ese hospital. Como sea, Andrés se alegró de volverlo a ver. —Xavier— la voz de Irina lo sacó de sus pensamientos. Ella cruzó la puerta y lo abrazó —¿Estas bien? — preguntó ella. —Como nuevo— contestó el. —Idiota, nos tenías preocupados— Dijo Andrés. —También te quiero— contestó Xavier. —Lo siento— se disculpó Xavier y Irina se hizo a un lado y Andrés abrazó a su amigo. —¿Te vas? — preguntó Andrés con el ceño fruncido cuando vio el equipaje en la mano de Xavier. —Iremos a mi departamento— contestó Sofía. —Es buena idea— comentó Irina. Después de conversar un rato más, las dos parejas salieron del edificio se despidieron antes de irse a su
—Xavier, que gusto hijo— Aurora lo abrazó y él depositó su cabeza en su hombro como un niño pequeño que lo haría con su madre mientras ella frotaba su espalda. Xavier se disculpó por encerrarse estos últimos días y por la forma en cómo se dio el matrimonio con su hija. Ellos comprendieron que se le hizo difícil lidiar con su dolor, pero el amor de su familia y de su ahora esposa hace que todo sea más fácil.Y sobre el matrimonio, claramente no era algo que esperaban de esa manera y, no eran nadie para decir cómo debían ser las cosas, ellos mismo habían tenido un matrimonio arreglado por sus padres, no se conocían tan bien y menos habían tenido una relación como la que tenían Xavier y Sofía. Rosalie también había hablado con los padres de Sofía después del funeral de Alberto. Ella trato de explicarle lo que su padre pensaba y su punto en hacer ese matrimonio. Quizás su padre sabía que Xavier no podría lidiar con el dolor y la culpa él solo. Pero no solo, Su padre estaba convencido que
—Me da gusto ver que estas mejor— Amanda trató de ser casual y amable. Mientras tomaba asiento frente al escritorio de Xavier. —Sí, bueno ha sido difícil, pero todo se lo debo a mi esposa ella me ayudó a volver— No estaba de más dejar las cosas más que claras. —¿Esposa? — susurró Amanda, pero pareció que Xavier no la escuchó o talvez ignoró la pregunta. Y fue cuando Amanda notó el anillo en el dedo de Xavier. Ella soltó el nudo en su garganta —Me alegro, de verdad— Xavier agradeció. —No sabía que estaban casados— —Teníamos muchos meses juntos y nos casamos hace muy poco. —Entiendo. Xavier, Se aclaró la garganta y sacando unos documentos de una carpeta, cambió el tema y empezó a hablarle de las observaciones que tenía. —Ok— dijo Xavier —De todas formas, haré que mi asistente te envié los detalles de lo que hablamos. —De acuerdo— Aceptó Amanda. Se colocó de pie porque necesitaba salir de ahí cuanto antes. —Estaré en mi compañía, pero mis asistentes harán un buen trabajo aquí— dijo
Lentamente Xavier se levantó de la cama, se dio una ducha luego se fue a seguir con lo que su esposa estaba haciendo antes de que él llegara y que por su culpa no terminó. Se dispuso a hacer la cena, quiso dejarla descansar una hora y luego la despertaría para cenar juntos.—Ten— Le dijo Xavier entregándole una tarjeta. Sofía miró la tarjeta y luego a él.—Sea lo que sea, sabes que no lo necesito— Sofía era dueña de la misma cantidad de acciones de la compañía que sus padres y hermano, por lo que lo último que necesitaría de su esposo es dinero.Xavier la atrajo a sus brazos —Lo sé princesa, Pero es mi deber cubrir nuestros gastos y nuestra boda, tú ya pagas este departamento, además fuiste tú quien dijo que estabas sin empleo, cuando tengas uno, retomamos el tema, si quieres— Le dio un beso fugaz —¿De acuerdo? ——Está bien— Aceptó ella y él sonrió —Espero no tenga límites— dijo Sofía levantando la tarjeta —A partir de ahora empezaré a gastar tus millones— Ambos rieron.***Habían pas
Xavier despertó, miró a la mujer en sus brazos que dormía plácidamente, aunque no tuviera nada que hacer ella siempre se levantaba enérgicamente, pero en los últimos días parecía que ni un terremoto podría despertarla. Xavier sonrió al verla tan tranquila, confiada y segura. Se prometió que siempre iba a darle esa seguridad para poder despertar cada mañana contemplando su bello rostro y su cuerpo sin duda.Se deslizó cuidadosamente para no despertarla, pero a penas y se movió. Hizo su rutina de ejercicios, luego se duchó, para finalmente preparase para ir a la oficina.Fue hasta la cama y su esposa seguía durmiendo, sus cabellos dorados esparcidos por la almohada, su piel suave y clara, sus labios ligeramente rosados la hacía ver como una diosa de la seducción que lo invitaba a pecar, pero ella era su esposa todo con ella le era permitido, y se sentía tan afortunado de ser el único en disfrutar de esa hermosa imagen. Se sentó en la cama para cubrirla con las sábanas. —Princesa— la l
—¿Y? — preguntó Antonella. Sofía le extendió la primera imagen de su bebé. Su amiga abrió la boca como si no hubiera estado segura hace un rato. Se lanzó a abrazarla. Y felicitarla.—Te dije que estabas jod…—Oye— Sofía le dio una palmadita en su brazo y su amiga se soltó a reír. Luego Teresa también la abrazó.—¿Y ahora qué sigue? — Preguntó Antonella.—Retomar el plan que teníamos.—Bueno, yo aprovecho que estoy aquí para recoger unos resultados— dijo Teresa —vayan ustedes——No, está bien la acompañamos y luego vamos todas juntas— propuso Sofía.—Cariño, no es necesario, solo son exámenes de rutina, no quiero que se retrasen por mi culpa.—No se hable más, la acompañaremos— Afirmó Sofía.—Así es madre— dijo Irina, dejándole claro que no había discusión.—Está bien hijas, vamos— Teresa sonrió.—Creo que después de salir de aquí, debemos llevar a la futura mamá a comer algo— Dijo Antonella.—Estoy de acuerdo— Afirmó Irina.—¿Cómo piensas darle la noticia a Xavier? — preguntó Antonella
Ya habían pasado varios minutos y eso hacía que Sofía estuviera igual o más nerviosa que antes, esperaba que todo fuera bien con el embarazo de Teresa, ella era una mujer muy valiosa y valiente. Pudo criar sola a una niña y se enfrentó a una enfermedad y logró salir adelante también, y no había duda que ese bebé sería un hermoso regalo para ella y su esposo.Ambos bebés al igual que los gemelos de su hermano estarían en una edad parecida y ya se los podía imaginar corriendo por toda la casa y el jardín, una sonrisa se le escapó de los labios ante ese pensamiento, al parecer eso estaba ayudando a calmarse.La sonrisa de Teresa la contagió apenas salió del consultorio y eso significaba que gracias a Dios todo estaba bien con ella y su hijo. Las dos mujeres se unieron en un sincero abrazo. Luego decidieron ir a celebrar entre ellas con un almuerzo. Ninguna tenía dudas que los hermanos Brugos estarían muy felices con la noticia. Sofía tuvo que tomar unos segundos antes de contestar la lla