Las náuseas me doblan, el ácido de mi estómago se sube por mi garganta y al final quiero irme, pero de nueva cuenta Ryan me detiene.
—¿Qué crees que haces? —me pregunta con cierto aire de superioridad que me estresa.
—Me voy, ya no quiero estar aquí —replico intentando soltarme de su fuerte agarre.
—No —dice con seguridad.
—¿Por qué? Tú no me mandas —me remuevo inquieta y él de un tirón me acerca a su cuerpo.
—Eres la futura reina de la mafia, la mujer de Lenin Hoffman, y madre de su hijo, si sientes algo por él, y si
Rojo, tan rojo como la sangre, intenso como su hostilidad, esos ojos que me miran a detalle, hacen tambalear mis barreras, las derrumban y los recuerdos vienen de golpe, sus palabras, su promesa, en mi pecho explotan mil sensaciones que solo reavivan aquel tormentoso momento.—Grece —repito pensando que quizá esté soñando.—El mismo, hermanita —dice lentamente, como si temiera a mi reacción.El punto es que no la hay, y no porque no quiera, sino porque justo en ese momento el sonido de más disparos acercándose, nos devuelven a la realidad, no entiendo qué es lo que pasa, pero al parecer mi crisis de ansiedad ha terminado, y solo consigo buscar a lo lejos con miedo, a Lenin.
Giro y frunzo el ceño al ver que me indica la silla principal y no la de invitados, pero guardo silencio, así como estaban las cosas no sabía cómo iba a reaccionar. Me siento y rápido me remuevo incómoda, Isac se pone frente a mí sin apartar su gélida mirada sobre mí.—Diablo lo mató aquí mismo, esta era su oficina —espeta con brusquedad—. Y ahí mismo en donde estás sentada, murió.Su confesión me golpea tan fuerte que el miedo cala en mis huesos, quiero moverme, salir corriendo, pero al ver como las comisuras de sus labios se elevan en dirección al cielo, cambió de parecer, es como si hubiese leído mi mente.—¿Por qué estoy
Isac se dirige a la puerta y hago lo que me pide, caminamos en el mismo silencio en el que nos balanceamos dentro de la oficina, los corredores están vacíos, la oscuridad de la fortaleza Hoffman parece ser un enorme monstruo que te engulle sin piedad, si de día la propiedad era majestuosa e imponente, de noche pese a estar una parte en ruinas por las explosiones, la oscuridad de la noche con la luz que merma de la luna, la hace ver tenebrosa. Salimos y caminamos hasta una camioneta, me abre la puerta y entro, el rodea una vez que me abrocho el cinturón de seguridad, luego entra y enciende los motores.—¿A dónde me llevas? —pregunto pero no responde.Nos ponemos en marcha, no tengo idea de cuánto tiempo pasa, solo sé que maneja en silencio, mientras observo el paisaje y
Ha pasado una semana en la que Lenin no se ha despegado de mí, todo el tiempo me sigue con la mirada, desayunamos, comemos y cenamos en la alcoba de la nueva fortaleza a la que nos trasladamos el mismo día en el que llegué con Isac, si voy al baño espera afuera, si quiero dormir cuando él no está trabajando, me encierra con llave, me siento como si fuera una esclava, una... traidora que está pensando en el día en el que me tendré que separar de él, rompiendo de ese modo la falsa promesa que le hice, pero las cosas eran mejor así.Haber visto la manera en la que humillan a las personas dentro del núcleo de la dichosa orden, me hicieron temer, no quería que nadie marcara o lastimara de esa manera a Lenin, como líder entendía su postura, y si soy realmente sincera, una parte de mí
La mirada de Isac se oscureció, su rostro ya no se mostraba feliz o animado, sino un tanto como molesto.—Amo a mi hermano, y no quiero verlo humillado, eso no pasará, así que...Los recuerdos de aquella noche me golpean con fuerza, trago grueso, yo tampoco quiero nada que lo pueda lastimar, por lo que asiento en silencio, mordiéndome la lengua para no soltar algún comentario viperino.—¿Entonces cuál es el plan? —inquiero desganada y derrotada.—Lo cierto es que quiero acelerar el proceso, se dice que ahora que la mayoría de las mafias saben que mi padre está muerto, más de la mitad de sus enemigos intentarán acercarse a nosotros, lo
DIABLOMantengo los ojos cerrados mientras dejo que las imágenes de lo ocurrido sigan pasándome como largos y resplandecientes flashes, mi hermana estaba con vida, y estaba bien, lo que me acojona es el hecho de que esté embarazada de Lenin Hoffman, y tener que enterarme por parte de uno de sus hombres no me sienta mejor, de hecho me sienta como patada en las bolas.Respiro hondo, intento mantener la cabeza fría, pero me resulta imposible, la plática que tuve con Lenin me confirmó mi destino, o bueno, al menos el que él tiene para mí, porque yo no iba a morir, jamás, mucho menos ahora que he encontrado la luz de mi vida, la herida a mi costado sigue sangrando, no es profunda, he tenido mucho peores y he salido con vida, así que esta no es la excepci&o
LENINLa reunión de los cinco clanes me tiene preocupado, es mañana y ya siento que debo prepararme para las malas noticias, le doy un último trago a mi vaso y dejo que el calor que invade mi garganta gracias al vodka, me tranquilice, todo está hecho una mierda, los tratos que tenía mi padre con los Yakuza son otro dolor en el culo, en especial porque ahora que saben que Albus está muerto y que el rumor de que lo asesinaron en su propia casa se ha propagado como pólvora, nos comienzan a creer inferiores, cosa que está más lejos que nada.El león dormido siempre es un peligro, pero el alacrán que camina sigiloso por la oscuridad viendo cómo sus enemigos se vanaglorian, es el peor de los venenos que se puede soportar, es por eso que he dej
Frunzo el ceño, odio que piense que dejaré las cosas así, pero lo que más odio es el hecho de que no me tenga fe, estaba claro que aún nos faltaba mucho camino por recorrer, conocernos bien es una de mis prioridades. Tenía un plan, uno que sometería a la orden dejándolos sin opción de aceptarla. Ellos podrían ser un alto rango dentro de la mafia italiana, pero yo seguía siendo el líder, y les enseñaría que a mí se me respeta, debería agradecer a cierta persona por proponerme ese plan.—Yo...—Shhh —coloco un dedo sobre sus labios—. Deja de pensar tanto las cosas Ane, deja que esa cabecita tuya descanse y que sea yo quien me preocupe por los problemas que hay que resolver, tus únicas preocupacione