Después de unos días en Berlín y de congelarme como paleta helada, preferimos volver a Irlanda lo más pronto posible,  esta vez ya no puedo salir de allá hasta que nazca Rubalí ya estoy por cumplir los siete meses y ya no puedo subir a un avión.

Estos días fueron fantásticos,  estamos viviendo una Luna de Miel eterna, dando vueltas por todo lado,   tomados de la mano, nos gusta salir a tomar helados en frente del mar y sentarnos a ver jugar a los niños, es la etapa más feliz de mi vida.

Mi madre lo quiere mucho y mi padre está feliz de que sea su yerno, se sientan a ver el fútbol con mi hermano Ian todas las tardes de sábado y domingo, Ian a estado más ausente que de costumbre desde que se consiguió una noviecita parece que está muy enamorado de ella.

Hemos hablado del matrimonio, esta bien, lo acepto, estoy emocionada con la idea de casarme. Nunca pensé en casarme, ni me pasaba por la mente y ahora estoy acá a un mes de da