Desde Alemania con Amor
Desde Alemania con Amor
Por: S.PamelaT.Beltrán
A Primera vista

¿Lista para otro comienzo en mi vida?, Soy estudiante de postgrado y por fin conseguí lo que tanto había deseado y luchado por varios años: por fin me voy a Alemania, a estudiar en una de sus mejores Universidades para culminar con mi carrera de diseño y publicidad; después de varios meses de ardua búsqueda después de recibir mi carta de aceptación por fin conseguí un pequeño departamento en el centro de la ciudad que compartiré con Jhosélin, mi mejor amiga y compañera de carrera, estoy muy emocionada, tanto, que no puedo creer mi suerte...

Mientras alisto las últimas cosas dentro de mis maletas escucho la voz de Josh desde abajo de las escaleras.

- ¡Nat, Apúrate, ya tenemos que subir al avión!

- ¡Ya voy, Jhos! - exclamo bajando las escaleras y me encuentro al final de las escaleras a mi amiga, la rubia despampanante que se lleva por delante a cada hombre que posa sus ojos en ella, está loca por llegar a Múnich; ya tiene un novio Alemán que se consiguió, el chico está loco por ella y mi querida amiga está desesperada por ir a pasar sus noches de pasión con él, no ve las horas de llegar allá.

Por mi parte,  soy completamente diferente a ella,  no soy rubia; soy castaña; uso lentes y, no soy una come hombres como lo es Jhoselin. Sí tuve novios; los cuento con la mano derecha y todavía sobran dedos, así que de esos demonios no tengo ningún tipo de conocimiento. Prefiero leer, escuchar  música y diseñar en la computadora, que salir a una discoteca. Jhoselin me nombró aburrida, yo solo digo que soy original y distinta.

Salimos de casa directamente al aeropuerto y llegamos exactamente a hacer el Cheking del avión, creo que me atrasé revisando los pormenores de mi equipaje, por suerte llegamos directamente a colocar todas mis cosas en la báscula para ser pesadas, mientras espero los tickets, me quedo petrificada al ver al hombre de mis sueños caminar a la puerta de embarque de primera clase. Oh. ¡Por Dios, Michael Belleck, el jugador del FC Munich, el hombre que me vuelve loca, está en primera clase de mi avión!

- ¿...Nat... no es Michael, ese jugador de ese famoso equipo de fútbol? - pregunta Jhosélin mirando donde yo todavía sigo observando ambobada.

-... Sí, Jhos, es él - respondo con la garganta seca, todavía alucinando, mi amor platónico, con el cuerpo esculpido por los mismos dioses, el cabello castaño oscuro, ojos verdes hermosos, una barbilla cuadrada y una frente amplia y sexy. ¡Si es que eso existe, él lo tiene!

Pasa por nuestro lado por unos segundos sin voltear, tiene un garbo para caminar que derrite completa, que espectáculo de hombre. Ese Alemán perfecto que en todos mis sueños está presente, hasta en los más morbosos. ¡Dios! suspiro vencida después de unos minutos en mi ilusión. ¿qué se fijaría en una nerd de lentes? él sale con famosas actrices y deportistas y además de todo creo que sigue casado, tan solo es un sueño y nada más.

Vuelvo a la realidad y prosigo con mi vida mientras terminamos con el cheking, cuando por fin terminamos, nos dirigimos a seguridad, nos revisan hasta el mínimo, por fin después de tanto lío entramos y nos acomodamos en los asientos de la sala de espera;  mientras esperamos para abordar llamo a mi hermano Ian.

-Hola Nat, ¿ya estás en el avión? - pregunta ni bien contesta el teléfono.

- No,  Ian, estoy en transbordo, - respondo con entusiasmo- te cuento que Michael Belleck, está en primera clase.

-Wow hermanita, le pides un autógrafo para mí si te cruzas nuevamente con él,  bueno, ya te encargué,  que quiero un autógrafo de todos los jugadores del FC Munich...

-Sí, ya sé...aunque no sé cómo lo haré - respondo lanzando otro suspiro-  ¡Sabes bastante bien que si le hablo me desmayo!, ¡Ian! sabes que soy muy tímida y peor con él que me fascina...

-...Pero hermanita es Michael Belleck, no es cualquiera. es él capitán del Munich, el mejor, de los mejores...

-...Y el más hermoso de los hombres de toda esta tierra - respondo pestañeando ilusionada.

-Ahh, eso tú lo sabes mejor que yo, siempre lo viste de esa manera, si me acuerdo con todos los recortes de revistas y periódicos que tenías de él, enpapelabas tu cuarto con su foto - comenta burlón- creo que eras un poco obsesiva.

-¡... Muy gracioso, Ian! - exclamo con el ceño fruncido - Es que es un dios Bávaro...

-Ya, bueno...lo que sea, dale, consígueme su autógrafo ahora que lo tienes tan cerca...- responde mientras escucho que nos están llamando a abordar.

-... Ian, ya subo al avión. Hablamos después, dile a papá y a mamá que los llamaré al tocar tierra. 

-Ok, Nat, buen viaje...

-¡...Apúrate, malcriada! 

-Sí, si, ya voy Jhosh- respondo guardando el celular en mi bolsillo después de colgar, me pongo de pie y camino al lado de mi amiga por un largo pasillo hasta entrar al avión;  al pasar por la zona de primera clase, observo a Michael de lejos, sentado tomando algo, muy tranquilo y relajado observando por la ventana.

¡Por Dios!, mis piernas son de gelatina. Estaría deseosa de saltar a sus piernas y decirle que es el hombre de mis sueños, pero mis nervios pueden más y  lo único que hago es caer al pasillo como sapo aplastado, ¡Qué oso, por Dios! Hasta detuve a todos los pasajeros que estaban tras mío,  así que en estos momentos soy el hazme reír de todo el avión, desearía ser una avestruz y meter mi cabeza a un hueco y morir.

-¿Está bien? - escucho decir y lo único que logró es observar unos hermosos ojos verdes enigmáticos que me quitan el sueño desde hace tiempo, están mirándome fijamente. Me siento rápidamente y me  coloco  los lentes que, por cierto, los tengo chuecos. 

-¡...Sí! - respondo atragantandamo las palabras y ahora es el momento que se me sale lo tartamuda - Graa...gra... gracias...

Me toma de la mano y me levanta con un brazo sin dejar de mirarme y sin perder esa hermosa sonrísa del rostro.

-Nat ¿qué te pasó? - escucho desde atrás, es Josh que vuelve tras sus pasos - deja de besar el piso cada vez que puedes...

-Nada, Jhos - respondo sonrojada, se acerca, me mira burlona y yo estoy mucho más avergonzada todavía - tan solo, me caí - aseguro nerviosa.

-Oh vamos, ya encontré nuestros asientos... - comenta mientras Michael me ayuda a incorporarme sin tomar atención a Jhoselin.

-Gracias, otra vez - respondo nerviosa y avergonzada es lo único que puedo responder es eso.

-De nada, ¿Nat...? - pregunta dudoso -  ¿Ese es tu nombre, verdad?

-Sí - respondo más roja todavía, lo único que deseo es escapar, así que doy vuelta y me alejo de primera clase lo más rápido que mis piernas me lo permiten.

Llegó a clase turista y me acomodo al lado de mi amiga en esos estrechos e incómodos asientos de la sección pero sinceramente a mí me importa muy poco, estoy en otro mundo totalmente fuera de sí hasta que Jhos me saca de mis pensamientos.

-¡El gran Michael Belleck, te ayudó a levantarte, que pasote, amiga! - exclama con entusiasmo.

-Hay por Dios, que oso pasé, ¿Cómo me voy a caer en frente de él? - pregunto avergonzada mientras me tomo la cabeza y me tapó con mis manos la cara, que mortificación- ¡ay qué oso, que oso, que oso...!

-Ya, tranquila - responde dándome golpesitos en mi mano intentando tranquilizarme - ya pasó.

-¡Qué oso, m****a, qué oso! - sigo repitiendo y ya no se de que color estoy, creo que estoy roja o hasta azul, ¡Ay, no sé qué color más voy a tomar!

En eso, la azafata de primera clase de acerca a nosotras con una sonrísa en los labios y me mira directamente con atención después pregunta.

-¿Señorita, me indicaron que se cayó y vine a preguntar, el señor Belleck me mandó, quiere saber cómo se encuentra?. - miro a Jhos que está igual de sorprendida que yo al escuchar su pregunta, después la vuelvo a mirar todavía confundida por la pregunta,  abriendo mucho los ojos, un momento me quedo en silencio y después logro responder.

-Sí, estoy bien, gra... gracias... - respondo acomodando mis lentes.

La azafata asiente con la cabeza sin perder la sonrisa y  se retira,  mientras yo vuelvo a meter la cabeza entre las manos, pero qué bochorno ¡Por Dios! mientras Jhosélin se carcajea por todo el drama que hago. 

-Eres la Reina del Drama amiga, deja ya eso, más bien siéntete feliz que ayudó a ponerte de pie, te habló y hasta mandó a la azafata a preguntar por ti.

-Sí, y yo la idiota número uno, que lo único que hizo fue tartamudear y sonrojarse en frente de él.

-Ya, tranquila, amiga - comenta entornando los ojos - eres un caso - empieza a sonreír burlona.

- ¡Para ya ! - exclamo, volviéndome a tapar con la almohada, esto es el perfecto trágame tierra de toda mi vida.

La verdad es que mi vuelo entero me lo pasé pensando en el oso que me sucedió, la primera vez que estoy cerca del hombre de mis sueños y me estrello en el piso de una manera olímpica, definitivamente, para mí, esto de los hombres es un caso perdido.

Llegamos al medio día a Münich, después de horas y horas de viaje, bajamos del avión; nos dirigimos a la sala de desembarque para recoger nuestras maletas. 

-¿Ya más tranquila, amiga? - pregunta Jhos mientras esperamos las maletas.

-Sí,- respondo soltando un suspiro de frustración -  ya metí la pata ¿Qué puedo hacer? Pero qué tonta que soy, Jhos - exclamo casi a gritos.

-Pero velo por el lado positivo...

-¿... Lado positivo? - pregunto con el ceño fruncido - ¿Hay algún lado positivo de todo esto?

-Sí, te tocó, te ayudó y se preocupó por tí...no todo es malo.

-El brazo, - recalco - me tocó el brazo y me vio toda hecha un desastre, sí quisiera que ese hombre me toque seria todo el cuerpo, le diría que me haga suya enterita, no un brazo y para ayudarme a ponerme de pie después de mis estrepitosas caidas que tengo de costumbre - mientras sigo con mi monólogo observo como Jhoselin pasa de sonreír a ponerse pálida como un papel, su mirada es un poema, no le entiendo qué tiene - ¿Qué? - pregunto molesta por la cara de mi amiga - Es en serio, Jhoselin, tu sabes que a Michael Belleck lo tengo en mis sueños más morbosos...

-...Disculpe...- la voz ronca de un hombre  me detiene en seco, ¡mierda! otra vez roja y casi por desmayarme de la metida de pata que acabo de hablar, doy vuelta muy lentamente más avergonzada todavía, Michael Belleck está trás mío, intento pensar que hacer, arreglo el mechón de mi cabello,  lo miro asustada hasta podría decir descompuesta, debo estar de un color verdoso, porque así me siento, no puedo sostener la mirada por mucho tiempo debo bajar la mirada, estoy avergonzada, ¿Tal vez me escuchó decir todas esas tonterías? - ¿se encuentra bien de su caída? 

-Sí, gracias - respondo con un hilo voz, estoy por desmayarme, ahorita voy a estrellarme en el concreto  pero está vez de pura vergüenza  ¿habrá escuchado, todas las tonteras que dije? 

-Bueno, un gusto Nat...me alegro que estés mejor - sonríe hermosamente mientras habla.

-...Natasha - recalcó, arreglando mis lentes, sí escuchó todo lo que hablé por lo menos que sepa mi nombre completo para burlarse de mi de mejor manera después.

-...Natasha - responde  mientras me da la mano, después me suelta y recoge su maleta, todavía sonriendo, nos da la espalda y camina como un perfecto modelo hasta la puerta.

Estoy muda, no puedo articular palabra, tengo mi cuerpo petrificado, doy vuelta para mirar a Jhos muy lentamente como si fuera un zombie.

-No pude avisarte,  Nat, - responde con voz ronca- él escuchó todo lo que dijiste, estaba tras tuyo desde que comenzaste con tu declaración de  amor eterno y deseos de esas tus hormonas alocadas -responde intentando no burlarse pero tiene cara de Joker ¡Ay, trágame tierra! me escuchó, en serio qué vergüenza, soy una idiota, idiota al cuadrado, después se acerca para abrazarme - ya tranquila, ya pasó, vamos, toma tu maleta, ponte la chamarra que está lloviendo.

Tomo la chamarra como una autómata, mi cabeza está una maraña, sigo a Jhos hasta la puerta, todavía siento mi cuerpo temblar, esto es un desastre.

El cielo está nublado y llueve a cántaros, ¡que recibimiento más lindo me dio Münich! (Sarcasmo) Metí la pata al cuadrado y el tiempo es una m****a, ¡viva, ya sé cómo me irá en este país!

 Mi madre me diría que soy negativa, mi padre me diría que soy una exagerada e Ian me diría que me estoy portando muy sarcástica y sí, soy todo eso y más.

¡Viva yo!

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