C98

Jeremith llegó a la habitación, con una mirada Antonia comprendió que él quería estar a solas con su esposa y se marchó. Él se acercó a Rous y el dio un beso.

—¿Te gustaron las flores?

—Están muy hermosas.

—Como tú. —Besó su mano, Rous lo miró con extrañeza.

—¿Por qué me miras así?

—Nunca te había visto tan… empalagoso. —Jeremith se carcajeó.

—¿Cómo hice para conquistarte entonces?

—Creo que no hiciste nada, solo éramos amigos.

—¿Entonces cómo es que terminamos juntos?

—un día dijiste que éramos novios, después me pediste matrimonio.

—Ya veo, tu solo me seguiste el ritmo.

—Confiaba en ti. —Lo dijo en un tono seco.

—Quie

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