Jeremith estaba decidido marcharse a la India por varios meses. Después de discutir con Bridget se había ido a la oficina. Al atardecer salió con Michael de la empresa y ambos se fueron a un bar a beber un par de tragos.
—¿De verdad piensas irte a la India por casi la mitad del año?
—Es mi última oportunidad, necesito hacer ese viaje antes de convertirme en el Alfa.
—Oye pero si te vas por tanto tiempo, cuando regreses bajaras del avión directo al palacio a recibir el cetro.
—No exageres, llegaré días antes a prepararme para ese día.
—¿Y Bridget como lo tomó?
—Se puso como una loca, la hubieras visto, parecía un perro con rabia.
—No es para menos.
—Me sacó en cara mi boda con Rous —Jeremith suspiró—. Bridget jamás va a superar que yo me haya casado con ella.<
MESES DESPUÉSAlan les contó a sus padres acerca de la relación que tenía con Rous. Harry y Enma pusieron cara de asombro cuando oyeron lo que su hijo les estaba diciendo.—¿Que se supone que hará tu primo si se entera? —Le dijo Harry a Alan en tono de reproche.—Por supuesto que Jeremith se va a enojar.—Entonces debiste pensar en eso antes de poner tus ojos sobre esa muchacha. —Enma agregó:—Esto es muy peligroso para para Rous y para ti.—Jeremith no debe enterarse de nada.—Algún día lo sabrá. —Dijo Harry molesto.—Eso será después que firmen el divorcio.—¿Y si se entra antes? —Dijo Enma con voz de preocupación. Harry miró a Alan con reproche en la mirada.—No se va a enterar. Además Jeremith no la ama; la echó de s
Una madrugada Rous despertó con un fuerte dolor que estaba sintiendo y llamó a Enma. Cuando la mujer llegó a la habitación Rous estaba jadeando del dolor. Harry llegó después.—¿Qué tiene?—Creo que ya entró en labor de parto.—¡Pero faltan tres semanas!—Se le adelantó. —Le avisaron a Alan y la llevaron a la clínica materna.Jeremith regresó de la India, pero decidió viajar directo a Italia, pues tenía pensado arreglar las cosas con Rous y llevarla de regreso a Chicago; esta vez le daría su lugar como legitima esposa.Bridget y Elisa tenían días organizando una gran fiesta sorpresa de bienvenida para Jeremith, y habían invitado a varios amigos de su círculo social; gente de la altar alcurnia de Chicago que eran miedros de la manada Hochfinster y de otras aledañas.
Jeremith caminó hacia el ascensor, Enma y Harry fueron con él. Mientras esperaban que este llegara y sus puertas se abrieran, Harry les dijo:—Vayan ustedes adelante, yo iré al baño y luego los alcanzo.—Está bien —Dijo Enma con ligereza—. Nos alcanzas arriba.Cuando el ascensor llegó, Jeremith y Enma subieron. Harry esperó que las puertas se cerraran. En cuanto lo hicieron el viejo corrió hacia las escaleras.No supo cómo, pero logró llegar primero que ellos al piso donde se encontraba Rous. De prisa recorrió el pasillo y entró a la habitación de repente y se quedó parado en el umbral de la puerta.Tal y como se lo esperaba, Alan se encontraba sentado junto a Rous en la cama y estaban muy juntos agarrados de la mano.Harry tenía una expresión de horror en su rostro y ellos se preocuparon.—&iex
Rous se encontraba amamantando a la bebé cuando llegó Enma. La mujer se sentó y tenía cara de preocupación. Tanto ella como Rous no emitieron ni una sola palabra mientras Julieth se alimentaba. Después Rous le entregó la niña a la enfermera que la asistía, esta llevó a la pequeña a su cuna y salió de la habitacion.En cuanto se quedaron solas Rous pareció flaquear, en su rostro brotó la angustia que llevaba por dentro.—¿Enma Jeremith me quiere llevar a Chicago. —Enma se levantó y se acercó a ella.—Ya todos lo saben.—No iré con él. ¿Dónde está Alan? —Enma cerró los ojos por un segundo y suspiró.—Alan está con Harry.—Quiero hablar con él.—Es peligroso, Alan no puede acercarse a ti.—Jer
Alguien llamó a la puerta.—Adelante.Dijo Jeremith. Era Alan quien entró la habitación con cara de póker. Rous al percatarse sintió que un escalofrió recorrió todo su cuerpo y volteó su rostro hacia otra parte, pues sentía que si lo miraba a los ojos, Jeremith los iba a descubrir.Alan los observó, Jeremith estaba sentado junto a ella cargando a la bebé, no pudo evitar sentir celos, tampoco supo si creer o no lo que Enma le había dicho:‹‹Rous consideró bien las cosas y decidió reconciliarse con Jeremith››Alan deseaba verla a los ojos y descubrir lo que había en su mirada, pero ella lo evitaba.Jeremith se puso de pie y con orgullo le enseñó a la bebé.—¿Ya conociste a mi hija? —Alan con el semblante serio le dijo:—S&iacut
Marian acompañó a su madre hasta su habitación.—¿Mamá qué te sucede? ¿Por qué le pegaste a Rous?—¿No te das cuenta de lo que ella nos pude provocar? Si todo se descubre tu hermano puede ir a la cárcel o morir; no olvides que Jeremith es igual a tu abuelo, un ser impiadoso y capaz de hacer cualquier cosa.—Pero Rous está sufriendo.—Le pedí encarecidamente en la clínica que se apartara y no le causara problemas a Alan, y mira lo que hizo, se atrevió a pedirle a Jeremith que la trajera aquí.—Sí, pero debes intentar comprenderla, ella ama a mi hermano.—No puedo comprenderla cuando lo está poniendo en peligro. No veo la hora de que se vayan.Jeremith llegó de la calle justo para almorzar con la familia; Alan no había llegado y tampoco contestó el c
Enma se quería morir cunado Harry le dijo que Jeremith le había avisado que regresaría a pasar la noche en la mansión. —Esto es inaudito, los dioses nos abandonaron y se va a formar un caos. —Confiemos en que Rous se encierre en su habitación y no salga hasta mañana. —Rous… por favor, está ciega por Alan, ¿acaso no viste como tiene la mirada? Se le ve que está desesperada por él. —Debemos vigilarla toda la noche. —Y a Alan también. Rous suspiró en silencio cuando el auto se estacionó frente a la mansión de los padres de Alan. Enma y Harry los recibieron. —Rous debe estar muy exhausta. —Dijo Enma—. Ven y te acompaño a tu habitación. Enma la escoltó. En cuanto llegaron le dijo: —Rous, te rugo que no vayas a causarle problemas a mi hijo esta noche, Alan está dormido y quiero que siga así. —Rous no le contestó nada. —Rous por favor. —La agarró de los brazos y la sacudió, pero ella parecía no importarle
Alan no durmió en resto de la noche, ahora no solo sufría porque Jeremith se llevaría a Rous, sino que también lo hacía por los términos en que ellos habían quedado por su culpa. Él por alejarla y así evitar que Rous se delatara delante de su esposo, le hirió el corazón, y odiaba haberlo hecho. Al otro día Rous le dijo a Jeremith que quería que Antonia fuera su dama de compañía, como él solo deseaba contentarla aceptó sin ningún problema; pero Antonia viajaría a Chicago días después. Rous regresó a su habitación, Antonia estaba atendiendo a la niña. —¿Qué dijo el Alfa señora? —Rous respondió con una sonrisa: —Dijo que si podías ir conmigo. —¿Me alegra mucho! Así podré conocer Estados Unidos y estaré cerca de usted. —Si Antonia —Dijo sonriendo, pero de inmediato se apagó su sonrisa—. Así al menos no estaré tan sola en esa mansión que no es otra cosa que el inferno para mí. —Antonia cabizbaja agregó: —No se ponga así señora, a lo