Chiara estaba esperando a su madre en la sala, la niña también usaba silla de ruedas porque tenía su fémur aún con un fijador.
Alan estaba inquieto y Rous lo notó. Rodó su silla hacia él.
—¿Por qué estás tan inquieto? —Alan estaba serio y miró su reloj de muñeca; después respondió fríamente.
—No estoy inquieto. —Se fue hacia las escaleras y subió al otro piso. Rous se quedó observándolo desde su silla, sabía que algo le estaba molestando.
No habían pasado dos minutos cuando un auto de color gris paró frente a la mansión.
—¡Llegó mami! —Dijo Chiara. Enma la recibió y la mandó a pasar.
Como buena amiga de Alan, Rous se moría de curiosidad por conocer a su antiguo amor y la que aún lo hacía s
En la mañana Alan bajó al comedor a desayunar y saludó a todos. Allí se encontraba Rous, con los demás. Él se acercó a Enma y a Harry y les dio un beso.Por un momento Alan y Rous se miraron a los ojos, él estaba apenado por su mala actitud del día anterior y la esquivó de inmediato.Después de desayunar Rous se dispuso a ir a su habitación; acababa de entrar cuando Alan la alcanzó y le dijo:—¿Siempre irás a la casa de los Escarcella?—Sí, aunque no deseo hacerlo en estas condiciones —Mostró su silla de ruedas—. Es incómodo andar así y con gente desconocida.—Te entiendo. Pero puedes decir que no irás, que te sientes indispuesta.—Ya Enma me advirtió que no permitirá que yo falte a ese almuerzo.—¿Aunque no te agrade ir?&mdash
Alan pasó algunas horas con Paola. Su objetivo era alejar a Rous de sus pensamientos, pero no podía seguir engañándose así mismo. Rous era la mujer que poseía todo lo contrario que él esperaba encontrar en la mujer con la que pensaba pasar toda su vida, una mujer con unos estándares apegados a las costumbres de su familia, —la de Chicago—, porque por parte de sus padres les daba igual como fuera ella, si era una hembra alfa o una omega, o tal vez humana; lo que a ellos les importaba era que su hijo fuera feliz.Paola era una chica jovial y lo hacía reír con sus disparatadas ideas y forma de actuar, alegre y sonriente. Pero Paola en definitiva no era la mujer que él quería para tomar en serio, y ella tampoco se tomaba en serio a ningún tipo con los que salía.Degustaron algunos vinos, pero las cosas no llegaron a más que eso. Alan sencillamente no p
Después de almorzar Alan subió a descansar, cuando entró a la habitación se encontró a su hermana sentada a la orilla de la cama con una sonrisa pícara en su cara.—¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así?—Te vi besándote a Rous. —Alan cruzó los brazos sonrió.—¿Y por qué nos estabas espiando?—No los espiaba, solo fui porque mi mamá me envió a buscarlos, pero no quise interrumpir la romántica escena.—No le vayas a decir nada a nuestros padres. —Marian se puso de pie y se acercó a él.—Algún día se van a enterar.—Rous y yo se lo diremos en el momento indicado.—Sabes, me da mucha alegría que Rous y tú hayan decidido estar juntos.—Gracias Marian. —Alan le puso la mano en el
Jeremith estaba decidido marcharse a la India por varios meses. Después de discutir con Bridget se había ido a la oficina. Al atardecer salió con Michael de la empresa y ambos se fueron a un bar a beber un par de tragos.—¿De verdad piensas irte a la India por casi la mitad del año?—Es mi última oportunidad, necesito hacer ese viaje antes de convertirme en el Alfa.—Oye pero si te vas por tanto tiempo, cuando regreses bajaras del avión directo al palacio a recibir el cetro.—No exageres, llegaré días antes a prepararme para ese día.—¿Y Bridget como lo tomó?—Se puso como una loca, la hubieras visto, parecía un perro con rabia.—No es para menos.—Me sacó en cara mi boda con Rous —Jeremith suspiró—. Bridget jamás va a superar que yo me haya casado con ella.<
MESES DESPUÉSAlan les contó a sus padres acerca de la relación que tenía con Rous. Harry y Enma pusieron cara de asombro cuando oyeron lo que su hijo les estaba diciendo.—¿Que se supone que hará tu primo si se entera? —Le dijo Harry a Alan en tono de reproche.—Por supuesto que Jeremith se va a enojar.—Entonces debiste pensar en eso antes de poner tus ojos sobre esa muchacha. —Enma agregó:—Esto es muy peligroso para para Rous y para ti.—Jeremith no debe enterarse de nada.—Algún día lo sabrá. —Dijo Harry molesto.—Eso será después que firmen el divorcio.—¿Y si se entra antes? —Dijo Enma con voz de preocupación. Harry miró a Alan con reproche en la mirada.—No se va a enterar. Además Jeremith no la ama; la echó de s
Una madrugada Rous despertó con un fuerte dolor que estaba sintiendo y llamó a Enma. Cuando la mujer llegó a la habitación Rous estaba jadeando del dolor. Harry llegó después.—¿Qué tiene?—Creo que ya entró en labor de parto.—¡Pero faltan tres semanas!—Se le adelantó. —Le avisaron a Alan y la llevaron a la clínica materna.Jeremith regresó de la India, pero decidió viajar directo a Italia, pues tenía pensado arreglar las cosas con Rous y llevarla de regreso a Chicago; esta vez le daría su lugar como legitima esposa.Bridget y Elisa tenían días organizando una gran fiesta sorpresa de bienvenida para Jeremith, y habían invitado a varios amigos de su círculo social; gente de la altar alcurnia de Chicago que eran miedros de la manada Hochfinster y de otras aledañas.
Jeremith caminó hacia el ascensor, Enma y Harry fueron con él. Mientras esperaban que este llegara y sus puertas se abrieran, Harry les dijo:—Vayan ustedes adelante, yo iré al baño y luego los alcanzo.—Está bien —Dijo Enma con ligereza—. Nos alcanzas arriba.Cuando el ascensor llegó, Jeremith y Enma subieron. Harry esperó que las puertas se cerraran. En cuanto lo hicieron el viejo corrió hacia las escaleras.No supo cómo, pero logró llegar primero que ellos al piso donde se encontraba Rous. De prisa recorrió el pasillo y entró a la habitación de repente y se quedó parado en el umbral de la puerta.Tal y como se lo esperaba, Alan se encontraba sentado junto a Rous en la cama y estaban muy juntos agarrados de la mano.Harry tenía una expresión de horror en su rostro y ellos se preocuparon.—&iex
Rous se encontraba amamantando a la bebé cuando llegó Enma. La mujer se sentó y tenía cara de preocupación. Tanto ella como Rous no emitieron ni una sola palabra mientras Julieth se alimentaba. Después Rous le entregó la niña a la enfermera que la asistía, esta llevó a la pequeña a su cuna y salió de la habitacion.En cuanto se quedaron solas Rous pareció flaquear, en su rostro brotó la angustia que llevaba por dentro.—¿Enma Jeremith me quiere llevar a Chicago. —Enma se levantó y se acercó a ella.—Ya todos lo saben.—No iré con él. ¿Dónde está Alan? —Enma cerró los ojos por un segundo y suspiró.—Alan está con Harry.—Quiero hablar con él.—Es peligroso, Alan no puede acercarse a ti.—Jer