Terminé de trabajar muy tarde, Sean trabajó un par de horas conmigo, pero después de su medicina lo obligue a ir a descansar con el pretexto de que tenía que seguir las indicaciones del médico, en realidad, tenía que terminar el trabajo de Beauxx y enviarlo, me sentí fatal cuando llegue a la cama, recordé lo que había pasado y lo más decepcionante es que no tenía tiempo ni siquiera para sentirme mal, me levantaba y salía por obligación, la comida me empezó a saber mal, estaba demasiado cansada para ver a Johan, le había prometido que el domingo lo llevaría al parque, le pedí a Elda que organizará la salida, hablé con Johan y le mentí acerca de que tenía trabajo, pero en el momento que se fueron fui a mi habitación a meterme en la cama, levanté la blusa tocando el tatuaje. –¿Qué haces? –Me gusta, lo voy a besar todos los días. –Entonces, me hago más. –Con o sin ellos te voy a besar.Lo extraña mucho, mi pecho aún dolía solo al pensar en su nombre, apenas había pasado una semana, no
Con el nuevo sistema en la empresa Ford me dio un poco más de espacio y podía llegar a casa a la hora de la cena, tenía un día específico para pasar en cada empresa, los asistentes habían tomado en cuenta mi rutina programando reuniones los días que llegaba, salía de un lugar a otro solo por alguna emergencia y Madeleine programaba las condenadas salidas familiares los domingos, me comprometía a salir, al final era divertido, Johan se la pasaba bien y la idea del perro no fue tan mala, lo hacía muy feliz. –No hemos hablado de los regalos de Johan –cuestionó Sean. Diciembre llegó con la fiesta de Navidad, Johan anda pidiendo todo lo que se encuentra en el camino.–Yo ya le he comprado algunas cosas y te aseguro que le van a gustar –sonreí. –Creo que mis regalos serán mejores que los tuyos está vez. –No lo creo. –No estés tan segura, O’Neill –sonrió –. Ahora está conmigo más tiempo que contigo. Sonreí al escucharlo decir mi apellido, es la primera vez que lo hace en años, a pesar
La cena de Navidad llegó, le dimos unos días a los trabajadores para que disfrutarán las fiestas con su familia, Dewey y Madeleine vinieron está mañana y hemos estado ocupados preparando la comida para la cena.–¿Quién come pescado en navidad? –dudó Sean.–Es más común de lo que crees.–Ni lo intentes –respondí –. Cuando se trata de comida, Sean no se atreve a probar algo nuevo.–No es cierto –bufó.–Edimburgo –le recordé.–¡Eran tripas de animales!–En Alemania hay un platillo que sirven las entrañas…–Mejor no sigas. –Sean interrumpió a Dewey sujetándose el estómago.Fue extraño que hiciera eso, así que le pedí a Madeleine un momento para ir a verlo, pero cuando llegue a la sala ya estaba jugando con Johan con su nuevo videojuego, algo que había aprendido, regrese a la cocina para continuar con la cena. –¿Qué pasó?–Nada, solo creí que se sentía mal –respondí. –¿Sigue enfermo? ¿Es grave lo que tiene?–No, de hecho ya está muy bien –comenté –. Incluso estaba pensando en volver a la
La última noche de Diciembre llegó y está vez todos habían viajado, Madeleine tenía un concierto con la orquesta, Dewey se fue de viaje con su novia al igual que Jorge y su novio, hasta Richard había salido del país, por la mañana fuimos a ver a mi madre que seguía encantada porque Sean llegó con nosotros y espantada porque llevamos a Voldi, esa fue mi idea. –¡Puedes amarrar a ese animal! –me ordenó –. Seguramente tú lo escogiste. –Sean se lo regalo, yo no tuve nada que ver –levanté las manos. –Debería estar en su casa, atado, ¿por qué lo trajeron? –Ya sabes como es Johan con los animales. –Va arruinar mis flores. Ayudé a colocar la mesa para almorzar juntos, mamá pegó un grito cuando Voldi entró a la casa con sus patas llenas de tierra. –¡Saquen a ese animal de aquí!–Le daremos de comer a Voldi, mi vida –tomé a Johan de la mano para salir al patio, tuvimos que sujetarlo a un árbol para que no siguiera haciendo travesuras, ya sabía que algo así pasaría y le traje sus cosas. –
–¡¿Cómo llegó eso ahí?! –¡Maggie! ¿Es cierto? –Yo… Es que… Bueno, sí –titubeé –. Es cierto, es lo que ha pasado estos meses, pero todo era confidencial y recibió el tratamiento, solo faltan algunos exámenes –intente explicar, casi me caigo del susto cuando escuché mi teléfono y la tablet sonar. –¡No respondas! –me detuvo Jorge –. Llama al jefe de seguridad y a Sean mientras yo voy a contactar al jefe de los medios para que se encargue de esto. –No puedo quedarme aquí, debo ir a la empresa y ¡Johan! ¡Está en la escuela! –Maggie. –Jorge me sostuvo por los hombros. –No puedes ir a la empresa, debe ser un caos, primero controlemos a los medios, llama al jefe de seguridad que se encargue, envía un auto por Johan y tú también te irás con seguridad, ¿de acuerdo?–Si, gracias, Jorge.Tenía razón, nada gano con alterarme, por suerte nadie sabe que esta empresa también es mía, apague el teléfono y la tablet, usé el teléfono de la empresa para comunicarme a la casa, Sean mencionó que estab
Los medios fueron el menor de nuestros problemas, descubrimos que Richard se había llevado la mayor parte de nuestros activos, la empresa se encontraba en una crisis aún más grande que la anterior, los clientes pidieron sus informes financieros que apenas si cubrían el capital invertido, eso más el anuncio de los medios acerca de la enfermedad de Sean todo estaba empeorando, una investigación policiaca empezó para saber el paradero de Richard, pero no sabíamos el tiempo que duraría, después de casi una semana de reuniones con los socios mayoritarios acordamos que la mejor solución era una conferencia de prensa para aclarar las dudas de la situación. –Lo lamento mucho, Maggie –mencionó Sean –. Todo esto es mi culpa, lamento mucho, todo lo que está pasando es mi culpa. –No es tu culpa, nadie sabía que esto pasaría. –Pero si hubiéramos investigado a todos desde la primera vez, seguramente esa fue su prueba. –Nunca hubiéramos sospechado de Richard –confesé –. Podían ser todos menos él
Sentí un fuerte dolor de cabeza y la boca seca, me moví de mi lugar y sentí algo en mi mano, creo que son cables. –¡Maggie! –escuché una voz conocida.–Agua –murmuré. Al abrir los ojos me di cuenta que es Dewey quien está en la habitación de un hospital, él me alcanzó un vaso de agua, me lo tomé todo. –¿Cómo te sientes? –preguntó. –¿Qué pasó?–Te desmayaste, cuando venía entrando al hospital para verte, te revisaron y te dieron está habitación, pero te dieron unos medicamentos y llevas varias horas dormida. –Sean, el médico dijo que Sean estaba bien. –Así es –respondió –. Ya lo fui a ver, tiene un brazo enyesado y algunos moretones por el accidente. –No –moví mi cabeza, la máquina empezó a sonar más fuerte.–Maggie, tranquilízate. –El médico dijo que Sean no tenía cáncer. –Tal vez ya se curó –aseguró. –¡No! –La máquina sonó más fuerte cuando me levanté y quería arrancarme los cables. –No hagas eso, Maggie. –¡Tengo que hablar con él! ¡Tengo que verlo y que me expliqué! –Ma
Sean arruinó mi vida, podía darle el mérito de todo, pero yo también tenía la culpa, nunca debí acceder a nada, nunca debí confiar en lo que me decía, ahora entiendo la razón por la Richard actuaba de esa forma, insistiendo que debía estar con él, una parte de mí cree que todo fue plan de Richard, así de tonta soy. No recuerdo nada de lo que pasó en los siguientes días, debió ser por los tranquilizantes, son horribles, te mantienen en calma, pero no sientes nada, estás consciente de tu alrededor, pero no puedes expresarte, estás muerto en vida. Sólo sé que Madeleine, es mi contacto de emergencia, mi única decisión sabía, me sacó de ahí, pero recibí medicamento los siguientes días al igual que la revisión de mi psiquiatra, me costaba entender lo que había pasado estos meses, pero con la terapia lo comprendí, porque de eso se trata la vida, de comprender la situación en la que te encuentras. –Mami, ¿vienes a comer conmigo? Johan había abierto la puerta despacio para verme, sabía que