–Les agradezco mucho –me despedí del último proveedor. Todos sonrieron, aceptaron y nunca faltó el que me invitó a una cena hasta que finalmente se despidieron. Cuando subieron al ascensor y las puertas se cerraron me di la vuelta para abrazar a Jorge. –¡Lo logramos! ¡No puedo creerlo!–Lo sé, hermosa –chilló –. Pero ahora tenemos mucho más trabajo, así que no me vuelvas a dar estos sustos por favor. –Perdón, Jorge, es que Sean me llamó de último minuto para pedirme que firmará algo en la empresa de mi papá y tuve que ir allá primero. –Solo Dios sabe cómo te divides para hacer todo, yo me hubiera vuelto loco hace años. –Eso es porque te tengo, no hubiera hecho nada sin tí. –Soy lo mejor que te pudo pasar en la vida, lo sé, no tienes que decirlo. Sonreí por la forma de decirlo, Jorge es un buen amigo desde hace años, lo contraté como vicepresidente de empresas Beauxx, pero me ha dado una gran amistad.–Mejor comencemos que me voy por la tarde a mis ensayos. –Y yo tengo que prep
–¡Dios mío! ¡Lo lamento tanto, Aleks! –me disculpe mil veces cuando subimos a su auto. –No tienes que disculparte, Margareth. Encendió el auto y comenzó a conducir.–No sé cómo apareció en este restaurante, Sean es demasiado delicado respecto a la comida, siempre va a lugares más sofisticados, nunca estaría en un lugar así, lo lamento mucho, de verdad. –Lo conoces bien. –Quisiera que no, pero estuvimos casados. Miré a la ventana avergonzada, esperaba a que me llevará a casa y olvidar todo esto.–¿Tienes algo que hacer ahora? –dudó. –No lo creo. –Aún es temprano y me gustaría llevarte a un lugar. Acepté su propuesta, se desvió por un camino en la carretera, no conocía muy bien el lugar, pero las luces cada vez comenzaban a disminuir, nos estábamos alejando de la ciudad, los árboles comenzaron a verse y de pronto solo las luces del auto, era extraño como no sentía miedo, de alguna forma estaba confiando en Aleks, después de unos minutos logré ver las luces de un edificio, Aleks
–Ojalá no hayas esperado mucho. –Me gusta esperarte –mencionó. No tengo idea si fue cosa mía o enfatizó el esperarte. –¿Supongo que quieres conocer la ciudad? –dudé. –Para ser sincero, ya la conozco –mencionó –. Aunque estoy abierto a nuevas opciones para ir a cenar. –De hecho un amigo me recomendó unos lugares donde sirven buena comida, ¿Quieres ir a uno de esos lugares hoy? –Tú dime y yo conduzco. Sonreí con la seriedad que dijo esas palabras, parecía algo gracioso de su parte aunque su gesto fuera diferente. Después de varios minutos y calles oscuras terminamos en un restaurante chino, cada mesa estaba apartada, parecía que no podías ver quien estaba al lado, era sofisticado y acogedor. Me sentí bien porque nadie pareció reconocerme, ni les importó nuestra vestimenta o el auto de Aleks, nos llevaron a una mesa dejando el menú. –Sé que es algo tarde –hice una mueca –. Pero de verdad espero que te guste la comida china. –La he probado y me ha gustado –mencionó con tranquili
Cuando el concierto terminó y nos despedimos del público que nos dio una gran ovación antes de salir, todos dieron un grito de alegría de lo bien que había salido, estaban emocionados diciendo que fue perfecto, además de abrazarse entre ellos comenzaron a decir que era hora de celebrar y finalmente romper con la sequía que estaban por las presentaciones, todos tenían prohibido emborracharse todo este tiempo, no mencioné nada de lo que hacía Madeleine en casa, era muy buena con el violín y creo que lo tocaba hasta dormida, tampoco hablé de lo que había hecho en mi día aunque todos creían que me mantenía en casa con mi hijo, no me gustaba hablar sobre mi vida, no es que pasará algo interesante. –¿Irás Maggie?–No lo creo –sonreí –. Ya tengo planes. Aleks me dijo que pasaría por mí al terminar, está vez él escogería el lugar a donde iremos. –No seas así, ven con nosotros, será divertido. –Estoy muy segura de que ustedes se divierten. –Si es por el señor Kostov que venga con nosotros
Me sacudí para que Sean me soltará, retrocedí y Aleks se colocó en frente de mí. –¡Maggie!–Señor Ford, le voy a pedir que trate a Margareth con el respeto que merece. –No me venga con respetos de nada Kostov, se nota que está demasiado ebria y usted intenta aprovecharse de ella. –¡Lárgate Sean! No entiendo qué haces aquí.–Gracias al cielo que estoy aquí, así que ahora vendrás conmigo. Intento acercarse, pero Aleks se lo impidió, como un reflejó me sujete a él y parece que entendió que no me quiero ir con Sean. –No se meta en nuestros asuntos, Kostov. –Se nota que usted también ha bebido señor Ford, será mejor que se vaya por su cuenta. –A mi no me va a decir que hacer. Sean se colocó cerca de Aleks, no entendía muy bien qué era lo que estaba pasando porque mi pobre cerebro alcoholizado procesaba lento, entrelacé la mano de Aleks con la mía. –Me quiero ir, por favor.–¿Qué sucede aquí? – preguntó un guardía de seguridad al acercarse a nosotros. –Que este completo desconocid
–Mi cabeza –murmuré al levantarme de la cama. Me di cuenta que está no era mi habitación y definitivamente no era mi casa, al mirar mi cuerpo no era mi ropa, al menos si tenía ropa, intenté recordar lo que había pasado anoche mientras buscaba mi teléfono en mi bolsa que estaba sobre la mesa cerca de la cama. El reloj marcaba las diez de la mañana, tenía ochenta y nueve llamadas perdidas de Sean, y algunos mensajes, me levanté mirando la habitación al fijarme un poco más en los detalles pude deducir que era la habitación de Aleks, un recuerdo vino a mi mente de Sean y él hablando, luego que salí con Aleks del bar. Abrí una puerta que dio hacía un baño, entre y comencé a arreglar mi cabello, lave mi rostro y coloque un poco de maquillaje al menos para no parecer un zombi salido de the walking dead, no podía colocarme mi vestido de nuevo porque estaba roto. ¿Cómo pude estar así anoche? Cuando estuve lista tuve que enfrentar lo inevitable, ver a Aleks. Al salir de la habitación el o
Pase los siguientes dos días metidos en la empresa de maquillaje, recibiendo y enviando los materiales, cada día tenemos más clientes, incluso habíamos recibido una llamada de una empresa en Berlín interesados en nuestros productos, Jorge quería hacer el trato de inmediato, pero eso implica viajar y conocer a nuestro cliente en persona, es un viaje muy largo. El miércoles por la mañana tomamos el vuelo hacía Nueva York, pasé al hotel a dejar a Johan con Elda y luego fui a la sucursal, la reunión con los jefes era hasta mañana temprano, pero preferí llegar antes para verificar y recordar todo sobre las instalaciones, además de presentarme con el personal. La mañana fue agitada, fueron muy amables y hospitalarios, pero prefería hacer todo el trabajo rápido para poder llevar a Johan al Empire State como se lo prometí. A la una de la tarde iba de regreso al hotel cuando recibí una llamada que me sorprendió mucho.–Hola Aleks.–Hola Margareth, ¿cómo estás? –Bien, acabo de salir de la em
Bajamos del bote unos minutos después, caminamos hacía el tobogán donde se encontraba Johan, Aleks entrelazó nuestras manos, ese simple gesto se sentía muy bien. –Gracias por el paseo, lo disfruté mucho.–Sabía que lo harías.Bajo una pequeña roca que estaba al frente, se dió la vuelta y quedamos frente a frente, él miro mis ojos y luego mis labios, se inclinó acortando nuestra distancia, cerré los ojos y en un instante sentí el roce de sus labios, fue un poco difícil atrapar sus labios por la barba que picaba, pero Aleks fue muy tierno y despacio, se separó sonriendo, seguramente ya estaba cambiando de color, me habia encantado el momento, el paisaje y hasta el clima era perfecto.–Será mejor que nos demos prisa.–Si –sonreí caminando junto a él de la mano.Johan estaba emocionado con los juegos y con los otros niños, fuimos a comer en un restaurante cerca del Empire State y al terminar subimos a ver la hermosa vista, la admiración que tenía Johan por el lugar era increíble, sus oj