Pasaron diez días, Juan Pablo estuvo ocupado con mucho trabajo, intentó alejarse de Elizabeth un poco porque él se estaba asfixiando solo con el hecho de pensar que ella deseaba irse.

Durante su estadía en la ciudad, Rebeca decidió visitarlo e insistir para valorar si podría recuperar a Juan Pablo. Este último, después de un largo día de reuniones, se fue a su villa a descansar e intentar dormirse temprano.

Al llegar a su casa, se sorprendió ver a Rebeca con un vestido corto rojo, acentuaba su figura, con un escote demasiado pronunciado.

- ¿Qué haces en mi casa? Preguntó molesto

- Mi amor he venido a verte, ¿sabes qué fecha es hoy? mientras se levantada de forma sensual hacia Juan Pablo

Juan Pablo suspiró y con una mirada desdeñosa le dijo: - No me importa qué celebras tú, sal de mi casa y no te rebajes. Tengo novia y estoy enamorado de ella. Así que no te arrastres y vete.

Rebeca llena de ira y frustración al no lograr doblegarlo como antes le dijo: - ¿Estás seguro qué ella te am