Juan Pablo estaba tomado, pero no lo suficiente como para no reconocerla, él correspondió el beso vibrante que Rebeca le dio y muy apesar que ella no le provocaba nada, absolutamente nada.Deseaba engañar así como él había sido engañado, quería herir a la mujer que ama por traicionar su confianza y destruir su corazón. Rebeca le susurró al oído: - Vamos a un lugar más privado. Juan Pablo la empujó y tiró de ella, subieron a su camioneta y manejó con alta velocidad hasta la villa, Rebeca temía de la forma en la que conducía pero no dijo ni una sola palabra.Al llegar a la villa la llevó directamente a la habitación y la besó acaloradamente, al punto que él mordió su labio con fuerza y ella gritó de dolor, decidió corresponder a la pasión desbordada de Juan Pablo porque era su momento y debía aprovecharlo.Él la tiró a la cama y no fue complaciente, al contrario fue rudo, sus movimientos salvajes no mostraban pasión sino ira. Rebeca definitivamente no disfrutó el encuentro sexual; Jua
Elizabeth se sentó en su cama y lloró desconsoladamente, se sintió humillada, ultrajada, violentada y sobre todo utilizada para satisfacer sus deseos.Ella gritó con todas sus fuerzas: - ¿Por qué lo hiciste? Los hermosos meses llenos de amor, se disiparon en esos momentos, se duchó y se quedó a dormir en el sillón, su consuelo fueron las estrellas que se reflejaban a través de la ventana. Pasaron las horas y el dolor que sentía en su corazón no desapareció al igual que las lágrimas que salieron durante toda la madrugada.Juan Pablo por otro lado sufría por la traición que aseguraba y sintió que las horas pasaban como una eternidad. Deseaba ir corriendo y pedirle perdón, pero lo pensaba y se maldecía por ser un estúpido.A la mañana siguiente, Elizabeth le solicitó a Susan que se quedara con ella y que no la dejara sola. - Eli ¿Qué está pasando?- No pasa nada solo que deseo que estés aqui, no quiero pelear con Juan Pablo, dijo Elizabeth tratando de tranquilizarla.Elizabeth no querí
Elizabeth esperó afuera un par de minutos, las lágrimas que estaba conteniendo salieron sin parar; corrió hasta la cocina y dejó la bandeja de comida ahí, mientras sollozaba, tomó la prueba de embarazo y la apuñó a su pecho.Cayó de rodillas llorando sin darse cuenta que Dorita estaba casi frente a ella observando que tomó una prueba de embarazo. Se acercó rápidamente a ella: - Sra. ¿Está bien? - mientras le ayudaba a levantarse.Elizabeth sin responder caminó rápido a su habitación, al cerrar la puerta se deslizó en ella y lloró con un dolor profundo en su corazón, el hombre que tanto amaba, estaba con otra mujer. Él ni siquiera fue tras ella para explicarle o excusarse.Juan Pablo se levantó de la cama tan pronto vio salir a Elizabeth e intentó ir tras ella, pero Rebeca lo tomó de su brazo diciéndole: - No puedes hacerlo, te quieres vengar.Su respuesta fue un suspiro profundo. La mañana transcurría y Rebeca se paseaba por toda la casa, conociendo al personal y sintiéndose la nueva
Fernando solicitó una licencia de cinco días a su padre y Director del Hospital el Dr. Zacarías. Condujo desde temprano y se fue directo para la casa nueva, llevaba en su vehículo, su equipo médico y una maquina de alta tecnología para realizar ultras por medio de scan.Tan pronto llegó pidió hablar con Juan Pablo y éste estaba en la piscina aún jugueteando con Rebeca. Fernando al verlo con Rebeca le produjo náuseas, sintió enojo en su interior ya que un par de meses atrás él estaba desesperado por recuperar y rescatar a Elizabeth porque la amaba, luego la embaraza y retoma su relación con esa mujer.- Juan Pablo, hermano acabo de llegar. Juan Pablo se giró y frunciendo el ceño le dijo: - Fer ¿Qué haces aquí?- Vine a verte, no me has llamado. Encogiéndose de hombros. - Juanpi me quedaré unos días, me buscas cuando tengas tiempo para hablar. Fernando rápidamente se alejó y tocó la puerta de la habitación de Elizabeth. - Soy Fernando, abriré.Elizabeth quien estaba sentada en el s
Juan Pablo sentía un enojo incontrolable, ira y mucho resentimiento, pensar que Elizabeth había dormido con otro hombre en esa cama. Sus pensamientos estaban llenas de imágenes de todo lo que él había tocado y hecho con la mujer que amaba.La respuesta de Elizabeth lo hizo apretar los puños y levantándola del cabello le dijo: - ¿Quieres irte ya? ¿Te irás con ese maldito? Dime... Elizabeth ¿Cuánto tiempo pensabas que demoraría en saber tu engaño? Elizabeth con lágrimas en sus ojos lo miró sin saber de que hablaba: - Suéltame.- Contesta maldita sea... ¿Disfrutaste meterlo a tu cama en mi ausencia? La mirada de Juan Pablo estaba llena de odio.- ¿De qué hablas? Eres un estúpido. Ahora resulta que yo te engañé... Yo te vi con tu prometida, la noche anterior estuviste conmigo, por Dios... ¿Por qué tomarte la molestia de retenerme aquí? Ya tienes a tu prometida.Juan Pablo la tomó del cuello y la empujó contra la pared, Elizabeth trataba de alejarlo, pero su formidable cuerpo la acorraló
Pasaron un par de días y Juan Pablo tuvo que viajar a la ciudad, Rebeca decidió quedarse para atormentar a Elizabeth. Rebeca ingresó a la habitación sin tocar, Elizabeth quien se encontraba sentada al pie de la cama, profundamente distraída y sumergida en sus pensamientos.- ¿Cuándo piensas largarte de una maldita vez? La pregunta fuera de control hizo que Elizabeth volteara y la viera a los ojos.- Ya le exigí a tu prometido que me deje ir. La mirada de Elizabeth no era desafiante a ella ya no le importaba con quién estaba o no Juan Pablo. Apesar de amarlo con todas sus fuerzas, ya no tenían cavida los celos, su bebé debía ocupar todas sus emociones.Rebeca sin encontrar palabras para defenderse, decidió dar la vuelta y salir de la habitación. No sin antes dar una bofetada a Elizabeth que le dejó la marca de sus dedos en las mejillas. La respuesta inmediata fue regresar la misma bofetada con tanta fuerza que le sangró el oído. Cuando la mujer iba a llevar su mano a la mejilla, con
Juan Pablo se acercó a Elizabeth y con una mirada llena de odio y asco dijo en voz baja: - Maldito el día que te conocí, me arrepiento tanto de haberte amado. Estoy tan decepcionado de mí por no matarte con mis propias manos, pero no soy tan bajo. Elizabeth respiró profundo intentando que las lágrimas no salieran, le dedicó una mirada de decepción, mientras tomó el impulso necesario para darle una bofetada en el rostro, el golpe fue tan fuerte que él sintió un ardor caluroso sobre su mejilla.Saboreó el gusto de sangre y con su mano tocó la esquina de su labio: - Eres una vulgar prostituta.Elizabeth intentó golpearlo nuevamente pero su intención fue en vano ya que Juan Pablo tomó de su muñeca, haciendo una pequeña llave mientras su brazo lo pasó a su espalda, él colocado atrás de ella, la empujó con fuerza presionando contra la pared. - Suéltame, Suéltame Juan Pablo. Te odio con todo mi ser. Dijo la chica mientras lloraba del dolor en su brazo y en su abdomen, ya que al momento de
Fernando llegó a la casa nueva y cuando preguntó por Juan Pablo, uno de los hombres le dijo que él se encontraba en el despacho y su prometida en la alberca.Se fue directamente a la habitación de Elizabeth, tocó la puerta y al intentar abrir, notó que estaba bajo llave. Buscó a Dorita en la cocina : - Dorita abre la puerta de Elizabeth.- Inmediatamente mi niño, mientras caminaban rápidamente.Elizabeth estaba recostada en la cama, sus oraciones eran especialmente por la vida de su bebé. Fernando ingresó a la habitación y sintió un vuelco en el corazón al verla tan frágil.- ¿Cómo te sientes? su voz sonaba tranquila - Siento dolor, por favor revisa si todo está bien.Fernando la acomodó para la revisión y luego pasó el scan inalámbrico para ver como estaba el bebé, su mirada era penetrante y muy fría. Elizabeth lo observaba con atención para deducir qué pasaba.- Elizabeth, lamento tanto decirte esto... Mientras daba un largo suspiro.- Solo dime que está todo bien.- Tuviste un abo