Me quedo viendo a Gabriel de rodillas en el suelo frente a mí. Mantiene sus ojos cerrados enseñando no sólo su cuello del lado izquierdo sino también su herida, roja y sangrante sobre su hombro, ésta atrae mis ojos a ella aun cuando ni siquiera deseo mirarla.
Rafael suelta mis hombros y soy por fin capaz de moverme. La muñeca aún me duele y a cada momento parece que la lesión se volviera más molesta al punto de que mi piel palpita donde Gabriel puso su mano, recordándome lo poderoso que es y lo frágil que puedo llegar a ser yo.
Miro a Chamuel buscando una explicación de lo que acaba de decir Rafael. No entiendo cómo morder a una persona es sinónimo de dar un perdón. Sin embargo Chamuel apenas me mira pues tiene sus ojos pues
Gabriel, Rafael y Chamuel me ven fijamente con una expresión en el rostro que me hace temblar de expectativa.Todo ha sido tan repentino que verlos así es un gran contraste con el desastre que los tres estaban generando en torno a mí.-¿Se encuentran bien?- me atrevo a preguntar con voz insegura mientras me pongo de pie poniendo algo de distancia con ellos. Tengo la impresión de que si me quedo demasiado tiempo tan cerca de ellos puede que termine haciendo algo que no debería.-Pérdoname por mostrarte un lado de mí cruel hacia mi hermano.- contesta Chamuel cerrando los ojos y ofreciéndome su cuello tal como había hecho Gabriel.Me le quedo viendo con ojos grandes.-Yo en realidad sólo quiero que me muerdas como a Gabriel.- expresa Rafael con el rostro levemente sonrojado a pesar de su tono de piel.Y en ese momento lo co
Siento los brazos de Rafael a mí alrededor brindándome calor y seguridad y desearía no tener que apartarme de él en ningún momento hasta que mi corazón y mi mente se pongan de acuerdo respecto de lo que siento.Pero su calor dura poco cuando me aparta sutilmente sosteniéndome por los hombros, haciendo que lo mire a la cara. Sus ojos verdes parecen resplandecer bajo la luz solar que se filtra entre las hojas del bosque en que estamos y siento mi rostro caliente al ser demasiado consciente de sus manos en mi cuerpo y como hace unos pocos segundos me besaba como si quisiera devorar mi boca y yo la de él.-Luna, mírame.- me dice cuando aparto los ojos de él con vergüenza y toma mi mentón suavemente- No tienes nada de qué avergonzarte. Tod
Los ojos de Chamuel me miran con sorpresa pero una respuesta de parte de él no llega de forma inmediata.Voltea a mirar a Rafael que está tan sorprendido como él y luego ambos fulminan con la mirada a Gabriel, quien a su vez los mira molesto.-Ya no puedo mantener más tiempo esta mentira.- declara Gabriel viéndome a los ojos y mi corazón se encoge ante sus palabras.-¿Por qué le dijiste eso?- arremete Rafael contra él dándole un empujón.-¿Es todo cierto? ¿Gabriel decía la verdad?- les grito soltándome de la mano de Chamuel.-Espera, Luna. Hablemos esto con calma.- dice Chamuel intenta
*Gabriel*Nunca me había dolido tanto como en este momento ver la espalda de la persona que adoraba mientras se alejaba llena de ira por mi causa y la de mis hermanos.Chamuel y Rafael intercambiaron unas palabras en cuanto a las nuevas habilidades que inconscientemente estaba adquiriendo Luna antes de voltear a mirarme exigiendo explicaciones.Todos teníamos diferentes posiciones cuando se trataba del destino de nuestra amada. Sólo nosotros cargábamos con la responsabilidad, dolor y consecuencias que implicaba en cada vida ser los verdugos de la misma persona que amábamos.Esto desde el inicio más que un castigo parecía un retorcido juego sacado de la
Cuando llegamos a la casa de Ángela, nos recibe su mamá tan afectuosa como mi propia amiga.-Luna, preciosa. ¿Cómo has estado? ¡Mira cómo estás de grande! ¿Cuánto tiempo ha pasado ya?- me dice efusiva dándome un caluroso abrazo aquella señora bajita y gordita, quien siempre está en mis recuerdos con una gran sonrisa.-¿Dos semanas?- le respondo sabiendo que sólo me está tomando el pelo.Su risa llena la sala con una atmósfera alegre y Ángela me toma del brazo halándome escaleras arriba.-Mamá ese chiste ya está caducando… Vamos a salir un rato ¿ok?- le dice ella en voz
El sitio que tanto quería visitar Ángela es realmente pintoresco y tiene ese aire de local sacado de Pinterest, con pallets reutilizados como decoración y mesas, y pequeños detalles que hacen del sitio un homenaje al reciclaje como las lámparas sobre cada mesa que consiste en un bombillo dentro de un rayador.No me pasa por el alto el momento en que llegamos y los clientes que están ahí detienen lo que hacen para vernos entrar. Un poco extraño pero teniendo en cuenta la belleza y carisma de mi amiga no puedo negar que no es la primera vez que este tipo de reacción nos recibe en algún lugar público. Puede que Ángela se queje constantemente de su altura pero nadie podría negar la belleza de su rostro y su figura que llama la atención donde quiera que esté. Sus
-No me digas que te los besuqueaste pero no tienes ni su Facebook…- me dice Ángela revisando mi teléfono que está sobre la mesa pero mis ojos están en los hombres que se acaban de levantar mientras nos miran. Hay algo en ellos que no me hace sentir bien. Es ahí cuando veo un aura oscura alrededor de ellos, y los recuerdos de Erika llegan brevemente a mí.Parpadeo varias veces para alejar aquella visión, pero el aura negra que emana de los vestidos de cuero permanece.-Soy yo o se ve una bruma negra alrededor de ellos.- jaloneo a Ángela del brazo sintiendo que el corazón me sube a la garganta. Todo mi cuerpo está en alerta como si estuviera frente a una amenaza.-Nena creo que sí nec
La oscuridad tétrica de aquel recinto que parece no tener esquinas ni final es iluminada en el momento en que tres figuras hacen su entrada. La claridad proveniente de ellos me hace sentir como quien está mirando la luz al final del túnel, figurativa y literalmente cuando noto que aquellas personas son Chamuel, Rafael y Gabriel.-¡Luna! ¿Estás bien?- corre hacia mí Rafael con voz agitada y preocupada agachándose junto a mí y tomando mi rostro con sus grandes manos.Las lágrimas se descontrolan en mis ojos y le muestro a Ángela a quien sigo abrazando. La respiración dificultosa de ella me encoge el pecho a mí y por la escaza luz del agujero por el que llegaron veo que Rafael me mira con gesto preocupado.