¡Hola! Perdón, no les había escrito nada acá, bueno, como ya se habrán dado cuenta, nuestro Richard guarda muchas cosas, así que preparen pañuelos. En esta ocasion, espero darles al igual que con la anterior la mejor calidad posible y les guste tanto a ustedes leer, como a mí, cuando la escribo. xD Y no olviden pasarse por mis otras historias, creanme que me ayudan un montón y me animan a seguir escribiendoles más. Bueno, hasta aquí mi reporte xP no olviden que nunca dejo sus comentarios sin leer, tanto en mis redes sociales como Brenda Salazar, como aquí. Besos y continuo la actualización, chaito.
Después de la visita a su padre, Richard comenzó a desarrollar una idea extraña. Había odiado y extrañado a esa terrible mujer desde una edad temprana. Pero a fin de cuentas, se trataba de su madre. El hecho de que siguiera con vida, le llenó de felicidad en algún momento, no obstante, todo se convirtió en horror, odio y desesperación, al recapitular todo lo sucedido con su padre, él y su pequeña hermanita…No supo en qué momento, pero en el móvil de su mano, ya tenía marcado el número de teléfono que había guardado hacía mucho tiempo en lo más recóndito de un cajón.Estaba por colgar, cuando la voz firme pero al mismo tiempo atrayente y elegante se escuchó del otro lado.—¿Diga? Su corazón dio un vuelco como nunca había sentido, y por un segundo sintió algo terriblemente atascado en su garganta, al punto que al querer articular palabra, le causó cierto dolor. —¿Quién es?Preguntó nuevamente la mujer con un tono de voz que ya denotaba algo de irritación. Después de no obtener respu
Los días pasaron y Tobías después de interferir el sistema de seguridad del edificio en dónde vivía Richard debido a su no reconocida preocupación, se sintió más tranquilo al ver que su padre estaba ocupándose de él. No tenía idea de lo que había pasado realmente en sus vidas, y pese a sus investigaciones, no había ninguna huella digital de Dante en línea, como para averiguar a ciencia cierta, sobre su pasado. Después de hablar con varios empleados antiguos de la casa, llegó a la conclusión, de que únicamente Arturo sabía lo más importante. Cosa que no estaba dispuesto a averiguar. No había puesto mucho empeño en buscar información en alguien aparentemente inútil y fracasado. No obstante, la curiosidad tomó el control en cuanto descubrió las enormes y obvias inconsistencias en el informe que el mismísimo Arturo había ingresado al archivo. —Esto parece ser más complicado. —¿Señor? Preguntó su asistente. Ignorandolo deliberadamente, comenzó a buscar en el pasado, pero de Arturo.
—¡Richard! ¡Gracias al cielo! ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien? ¿Cómo…? Estefanía que había intentado comunicarse con él cerca de un mes. Casi tenía un pie en el avión de vuelta a casa cuando Richard respondió. Nunca en todo el tiempo que tenía de conocerlo se había sentido tan preocupada y nerviosa. —¿Se le ofrece algo? Respondió él de manera tajante. Estefanía se quedó sin palabras por un momento, no obstante y recapitulando todo lo pasado esos meses suspiró profundamente. Trató de mantener su paciencia lo mejor posible y hablar civilizadamente.—Richard, sobre lo que salió en los medios…—No tiene de qué preocuparse, eso no es de mi…—¡Cierra la boca y escucha! Ella se encontraba completamente irritada y frustrada con él. Era un completo imbécil cuando se trataba de sobrepensar y sacar conclusiones apresuradas, por lo que tratando de contener su enojo quiso aclarar. Mientras Richard, pillado por sorpresa se quedó en silencio un segundo. —¡No tengo nada que ver con ese zoquete!
¡PAS! —¡¿Cómo es que puedes ser tan estúpida?! Larissa se cubrió la mejilla después de la fuerte bofetada de su padre. —¡No solo nos han negado cualquier trato con los Whitaker, sino que también los Jhonson y Morozov, ni siquiera una llamada quieren atender! Ella se sorprendió al escuchar que incluso los Jhonson los evitaban. «Esa perra traidora»Se dijo a sí misma recordando la actitud de sus "amigos" esa mañana. «Esos malditos traidores, van a pagar caro…»Y, después de sólo unos pocos días, las empresas de su familia ya eran prácticamente historia. —¡Eres una maldita traidora! ¡¿Cómo pudiste hacerme esto?!Larissa gritó furiosa en cuanto Marissa respondió el teléfono después de varios días. Y esta, a diferencia de toda su vida, únicamente escuchó todo en silencio e indiferente. Justo cuando Larissa estaba calmandose y a punto de disculparse superficialmente como siempre, el teléfono fue colgado del otro lado de la línea. —¿Mari? ¡Marissa! ¡Marissa! ¡Aaah! ¡Demonios! Comp
—¡¿Quién demonios te crees?! ¡Mírate! ¿Qué clase de chica llegaría como pollo mojado a casa de alguien? Ash Alguien venga y eche… —¡Mamá! Conrad desde lo alto de la escalera le gritó disgustado a su madre. Deliberadamente ignoró a la mujer y se dirigió a Larissa.—¿Lari? ¿Qué sucedió? ¿Estás bien? La chica al escuchar su sobrenombre de sus labios y ese cálido tono, sintió como en su pecho parecía florecer algo precioso y cosquilleante. «Si, él es el único que se preocupa por mí…»—¡Conrad! Samantha casi lívida de la ira, tomó el brazo de su hijo antes de que pudiera acercarse más a Larissa. —¡Recuerda quién es… tu prometida! Obviamente ambos entendían la implicación de la involuntaria pausa, no lo eran oficialmente, pero por el momento para el mundo, así era. Y, si algún rumor de infidelidad se esparcía, aún sin existir esa relación, la imagen de la familia sería un desastre. Y, era algo sí provocaría casi la demencia de Leonard. Conrad maldijo internamente debido a su impuls
—¿Entonces…? —Por ahora, será mejor que mantengas el perfil bajo, te dejaré quedarte en un lugar muy especial para mí, ¿Estás de acuerdo? Larissa sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas nuevamente, más no obstante, lo último que quería era volverse irritante para él. Se limpió furiosamente las lágrimas y asintió. —Si, está bien. «De cualquier manera mi padre ni siquiera me notará»**********Y después de varios días, Irene hizo una rueda de prensa, para desmentir chismes y demás, justo estaba subiendo las escaleras al palco, cuando alguien se acercó a entregarle un sobre. No tenía intención de verlo en ese momento, pero una foto que sobresalía llamó su atención. Eran fotos de Estefanía haciendo prácticamente todo, desde un café, la cena, sus clases en la universidad, y en varias de ellas la leyenda era la misma. «No hagas nada de lo que te arrepientas.»Rechinando los dientes, y bastante preocupada subió con una sonrisa profesional y comenzó. Y, para decepción y sorpresa
La familia Martinez de luto… Dos días después de sus confesiones, Arturo murió. La pequeña Alana lloraba desconsoladamente, mientras Irene y Alan miraban el féretro en silencio y con gran pesar. Estefanía, que había llegado tarde, lo miraba también con cierta incomodidad. Mientras Tobías, bastante lejos y algo asqueado, únicamente esperaba que el show terminara. Mientras fumaba miró por un momento las nubes algo grises. —Es increíble lo que un hombre astuto y ambicioso es capaz de lograr si se lo propone. Richard que desde ése día notó el cambio en Tobías, se dió cuenta de que la urgencia de investigar también se había reducido, lejos de instarlo por discreción o rapidez, comenzó a desdeñarlo todo y restarle importancia al grado de deliberadamente arrojar los papeles a un lado. Creyó que el mal hábito de fumar era solo en Estefanía, no obstante, al verlo, se dió cuenta de que probablemente la mala influencia realmente era él. Mientras esperaban en silencio, Tobías de
Afortunadamente ella no lo vió, de lo contrario, si hubiera recibido una muestra de desagrado o desprecio habría sido algo difícil de procesar. —¡Aquí estabas! JejejeEstefanía muy feliz se aferró a su brazo. Richard por reflejo estaba por alejarse, no obstante, al ver sus hermosos ojos y su sonrisa, recordó todo lo sucedido esos días y sin darse cuenta, sonrió. Atónita, Estefanía lo miró como boba. —Definitivamente serás mi esposo. Reaccionando se aclaró la garganta y se dirigió al avión. —Debe comportarse, nos encontramos en un lugar público, no queremos rumores mientras está en una situación complicada. Estefanía hizo un puchero y algo irritada respondió entre dientes.—No estaría metida en eso si ya fueras mi esposo o mínimo mi novio. En un instante la cara de Richard se enrojeció de golpe y casi se atragantaba con su propia saliva. Estefanía sonrió traviesamente y continuó caminando casi arrastrándolo. —¡Señorita Estefanía! Samantha corrió hacia ellos haciendo que Richa