—¿Entonces…? —Por ahora, será mejor que mantengas el perfil bajo, te dejaré quedarte en un lugar muy especial para mí, ¿Estás de acuerdo? Larissa sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas nuevamente, más no obstante, lo último que quería era volverse irritante para él. Se limpió furiosamente las lágrimas y asintió. —Si, está bien. «De cualquier manera mi padre ni siquiera me notará»**********Y después de varios días, Irene hizo una rueda de prensa, para desmentir chismes y demás, justo estaba subiendo las escaleras al palco, cuando alguien se acercó a entregarle un sobre. No tenía intención de verlo en ese momento, pero una foto que sobresalía llamó su atención. Eran fotos de Estefanía haciendo prácticamente todo, desde un café, la cena, sus clases en la universidad, y en varias de ellas la leyenda era la misma. «No hagas nada de lo que te arrepientas.»Rechinando los dientes, y bastante preocupada subió con una sonrisa profesional y comenzó. Y, para decepción y sorpresa
La familia Martinez de luto… Dos días después de sus confesiones, Arturo murió. La pequeña Alana lloraba desconsoladamente, mientras Irene y Alan miraban el féretro en silencio y con gran pesar. Estefanía, que había llegado tarde, lo miraba también con cierta incomodidad. Mientras Tobías, bastante lejos y algo asqueado, únicamente esperaba que el show terminara. Mientras fumaba miró por un momento las nubes algo grises. —Es increíble lo que un hombre astuto y ambicioso es capaz de lograr si se lo propone. Richard que desde ése día notó el cambio en Tobías, se dió cuenta de que la urgencia de investigar también se había reducido, lejos de instarlo por discreción o rapidez, comenzó a desdeñarlo todo y restarle importancia al grado de deliberadamente arrojar los papeles a un lado. Creyó que el mal hábito de fumar era solo en Estefanía, no obstante, al verlo, se dió cuenta de que probablemente la mala influencia realmente era él. Mientras esperaban en silencio, Tobías de
Afortunadamente ella no lo vió, de lo contrario, si hubiera recibido una muestra de desagrado o desprecio habría sido algo difícil de procesar. —¡Aquí estabas! JejejeEstefanía muy feliz se aferró a su brazo. Richard por reflejo estaba por alejarse, no obstante, al ver sus hermosos ojos y su sonrisa, recordó todo lo sucedido esos días y sin darse cuenta, sonrió. Atónita, Estefanía lo miró como boba. —Definitivamente serás mi esposo. Reaccionando se aclaró la garganta y se dirigió al avión. —Debe comportarse, nos encontramos en un lugar público, no queremos rumores mientras está en una situación complicada. Estefanía hizo un puchero y algo irritada respondió entre dientes.—No estaría metida en eso si ya fueras mi esposo o mínimo mi novio. En un instante la cara de Richard se enrojeció de golpe y casi se atragantaba con su propia saliva. Estefanía sonrió traviesamente y continuó caminando casi arrastrándolo. —¡Señorita Estefanía! Samantha corrió hacia ellos haciendo que Richa
Negó furiosamente con la cabeza y desechó todos esos pensamientos. —Averigua quién es ese hombre, y busca todo lo que puedas acerca de él. Le dijo a su asistente que había ido a recibirla. «Nadie puede meterse en el camino de mi hijo… sin importar de quién se trate»Richard que subía al auto, sintió como si un frío extraño recorriera su espalda. Por un momento miró a los alrededores, y al percatarse de que no había nada extraño, se marcharon del aeropuerto. Estefanía después de ese día se estuvo comportando extraño, trataba a los demás con seriedad y profesionalismo nunca fue agresiva pero hasta cierto punto fue algo hostil con las personas que intentaban acercarse demasiado, no confiaba en nadie ni se dejaba llevar por las palabras de los demás como antes. Parecía haberse transformado completamente desde la publicación de la noticia de Arturo, ella mantuvo un perfil bajo, dejó de salir con más personas en la universidad, después de haber regresado, únicamente iba desde su casa a
—Sé que Conrad es inteligente, en este caso, creo que deberíamos mantener por lo menos una relación "cortés". Ya sé que mi familia nunca te agradó, y aún después de todos estos años aunque solo haya sido para mantener tu dignidad, es algo que agradezco. Este es un momento decisivo para todos nosotros, además, ¿No quieres deshacerte de la sanguijuela de mi padre? Con una ligera sonrisa burlona, Leonard cruzó los brazos y la miró con cierta sátira. —¿Primero me agradeces por ayudarles y ahora quieres deshacerte de ellos? Definitivamente eres extraña. Samantha frunció levemente el ceño y torció la boca. —La primera parte fue cierta, cuando mi madre seguía con vida. Y la segunda también. No voy a permitir que la sanguijuela de mi "hermano" tenga todo en charola de plata a costa de mi vida y menos para que la zorra de su madre viva en la opulencia solo por abrir las piernas y contribuir en gran parte con la muerte de mi madre. La asistente aturdida por la información involuntaria,
La expresión de Estefanía, era bastante mala, por lo general se mantenía al margen de lo que no le concernía, por lo que nunca le interesó si estaba de buenas o de malas. Cosa que también le hizo percatarse de lo cretino que era con ella en algunas ocasiones. Suspiró por lo bajo y se prometió cambiar esos detalles en el futuro. ****************** —¡Señora! Samantha en cuanto vio el post, palideció y se tambaleó. Se sujetó la cabeza mientras, jadeaba incrédula. «Sabía que no estaba loca… ése es…» Estaba casi eufórica, pero más aterrada, debido a que ése hombre, era el vivo retrato de su padre en sus mejores tiempos. Se sujetó fuertemente a su escritorio, y rechinando los dientes, sintió como su espalda sudaba frío. Algo en su interior se retocía de dolor, pero al mismo tiempo, se sentía tranquila y en paz. Ése hombre tan guapo, fuerte y serio era uno de sus hijos, uno de sus preciosos hijos… Justo cuando estaba inmersa en su momento de sentimentalismo, de nueva cuenta el
Fue tan profundo y magnífico, que ambos se rehusaban a detenerse, ella sentía que si en algún momento se separaba de él, despertaría de ese maravilloso y ardiente sueño. Todo en su mente parecía invadido por fuegos artificiales, tan hermosos y cautivadores, que sentía como sus lágrimas caerían en cualquier momento. Su entrepierna comenzó a cosquillear, y su cerebro estaba tan inmerso en grabar ese momento para siempre, que le importaba un carajo que estuvieran cerca de la escuela y además, ya todos supieran que él era su guardaespaldas. Después de un tiempo, él la tomó firmemente del mentón y con su pulgar masajeo sus ya enrojecidos labios, y, como si fueran un delicioso manjar, no les quitó la vista de encima como si quisiera devorarlos por completo. —Richard… Estefanía que no podía creerlo, se abalanzó sobre él, y lo besó nuevamente con ansias locas. Sin embargo, él tomó su rostro con ambas manos y la separó de sí un poco. —Escuchame claramente. Jamás me traiciones. Su voz
Después de tener los nervios de punta todo el trayecto, Richard tragó mientras sentía como Estefanía tragaba su longitud hasta el fondo y lo sacaba. Estaba tan duro que ya estaba soportando un dolor constante, pero se resistió fervientemente a liberarse. Estefanía que sentía que ya le dolía la quijada, hizo un puchero. Quería vengarse de él haciendo que se liberara rápido, no obstante no solo no lo consiguió, sino que cuando él le hizo levantar su rostro, le dedicó la mirada y sonrisa triunfal, más dominante y deseosa que jamás hubiera visto. Le puso el saco que había arrojado a un lado y le dió un profundo y dominante beso mientras sujetaba y masajeaba sus pezones.Los gemidos de Estefanía se escucharon involuntariamente y pareció derretirse ante sus movimientos. Completamente embelesada, lo miró con una expresión ansiosa después de separarse un poco. —Te quiero dentro de mi. Él gimió al verla y escucharla, seguro que sabía cómo volverlo loco. Bajó su vestido con rapidez y mie