Amelia.
No podía con mis nervios ¿Qué se supone que estaba haciendo? Esto está muy mal.
Mientras más nos vamos acercando a la casa de Aaron más siento que mi estómago se contrae por los nervios, mis manos sudan y no puedo mantenerlas quietas en ningún lado ¿Quién dijo que esto era una buena idea?
— Tranquila, ya estamos cerca.
— Eso es lo que me da más ansiedad — Admito con una sonrisa tensa.
— No mentiré, se que al principio será un poco tenso pero deben conversar, los dos lo necesitan y se que luego de que finalmente aclaren las cosas volverán a estar bien y todo en su lugar, por lo menos esto.
Las palabras de Daniela un poco me ayudaron, pero no podía evitar sentirme nerviosa, me había marchado sin muchas explicaciones y comprendería que Aaron ni siquiera quisiera recibir
Aaron. — Amelia… — digo acariciando su rostro y mirando esos ojos que me tiene loco desde la primera vez que la vi — No sabes cuantas veces desee tenerte frente a mi otra vez y rogarte que regreses a quedarte a mi lado. Pero no te seguí porque sabía que la responsabilidad de un hijo era enorme y si tú no querías eso no tenía por qué obligarte a eso, sin embargo saber que te fuiste realmente por razones muy nobles me devuelve la esperanza de una vida contigo. Dime si no lo estoy malinterpretando. Pude ver que el rostro de Amelia se tornó lleno de confusión, sorpresa y muchas otras emociones juntas que por un momento creí que me había precipitado bastante. Quizás de verdad malinterpreté todo el asunto, probablemente haya venido a disculparse pero no tenía la intención de retomar nuestra relación por, justamente, la carga que significa tener un hijo enfermo. ¿Cómo pude ser tan iluso? — ¿De verdad creíste que me fuí por tu hijo?
Amelia. Cuando regresamos donde se encontraban todos ya Daniela los había puesto al corriente, al vernos tomados de la mano todos muy emocionados nos felicitaron porque se habían imaginado que las cosas entre los dos estaba mejor.Admito que sentía un poco de desconfianza porque creía que quizás alguno tuviera sus dudas con respecto a porqué me marché, pero no sabría decir quién exactamente porque todos se mostraban muy eufóricos porque nuevamente Aaron no se encontraba solo.Lo que me sorprendió mucho fue cuando Archie se nos acercó y cuando me vió supo exactamente quién era, recordó el día que fue a la casa por primera vez y recordó haberme visto ahí por lo que me preguntó porqué había tardado en volver.Bastante sorprendida porque el niño era aún muy pequeño pe
Amelia. — No te preocupes amor, te prometo que estaremos bien. De todas formas no tienes porqué preocuparte, tu hermana nos acompañará así que descuida no estaré sola.— Odio no poder estar ahí, sabes que si pudiera estaría en estos momentos con ustedes.Sonaba tan triste que no sabía cómo calmar su aflicción, aunque lo comprendía ya que siempre se encontraba presente para cada cita médica de Archie, él como padre no quería defraudarlo pensando que quizás no era su prioridad. Sin embargo este viaje fue tan imprevisto que no pudo no acudir, un gran negocio dependía de su presencia que a pesar de su reticencia tuvo que asistir.— Lo sé, pero te necesitaban. Además no te preocupes por Archie, comprendió muy bien que papi viajó porque tiene problemas de trabajo.—
Aaron. Dejar a mis dos personas favoritas solas no había sido lo ideal, pero esta complicación había forzado mi viaje. Tener un hijo con esa enfermedad y tener un negocio como el que tengo no es fácil e involucra mucha responsabilidad, lo bueno es que la ayuda de Amelia criando a Archie y su gran amor por nosotros facilitaba aún más las cosas, aunque la necesidad de estar cerca de ellos cuando me encontraba lejos no podía evitarlo.— Muy bien, con esto concluimos la reunión y creo que todas las partes ya están contentas con lo resuelto ¿No es así?— Así es Ryan, podemos finalizar esta reunión y brindar con una taza de café por haber llegado a un acuerdo finalmente, mientras tanto le diré a mi secretaria que me alcance los documentos para firmar y ya estaríamos.Marqué a Sophie que se encontraba fuera
Amelia. Había transcurrido una semana desde el enfrentamiento con Clementine, tuve que quedarme en reposo ya que gracias a la caída había tenido algunas contusiones pero por suerte, nada grave. De todas formas los médicos querían estar seguros y una semana en reposo aunque los pude hacer en la casa y no internada en el hospital.Lo malo de esta semana había sido que no podía moverme para nada, Aaron no me lo permitía y mis cuñados estaban muy al pendiente de mí. Los dos hermanos mellizos de Aaron estuvieron ayudando en la casa cuidando de Archie y de mi mientras me recuperaba. Sin embargo me había aburrido tanto sin tener mucho para hacer, moría de ganas de volver a retomar mi rutina.Para tranquilidad de todos, ese día se había logrado obtener de las autoridades un documento policial que expresamente le obligaba a Clementine a mantener ci
Aaron. Estas semanas luego del encuentro entre Amelia y Clementine había sido bastante complicado. Intenté junto con mis hermanos mantener a Amelia al margen de todo lo que estaba ocurriendo, simplemente le había dicho que el juez nos había otorgado una orden de restricción logrando así mantener lo más lejos posible a Clementine. Pero lo cierto es que las cosas no habían terminado ahí.Aunque ella no podía acercarse a ningún miembro de mi familia su abogado si lo podía hacer y al parecer estaba más que dispuesta en hacerme la vida a cuadritos. Había presentado una demanda alegando que yo la había alejado de su hijo porque había descubierto que era mío y no de quien es su esposo.Por supuesto que también tuvimos que presentar una contrademanda porque claramente las cosas no se dieron de esa forma, pero las cosas
Amelia. No podía creer lo que Aaron me había dicho apenas llegó a casa, me había quedado estupefacta y a su vez muy nerviosa esperando que la presencia de David Rintoul no altere al pequeño Archie. Luego del encuentro con su madre mi pequeño ha quedado muy afectado, nos ha costado muchas noches de pesadillas para calmarlo y tan solo esperaba que el hombre a quien conoció como padre no le hiciera más daño.— No me gusta la idea de que ese hombre venga a la casa. — Madison se encontraba bastante inquieta, caminaba sin parar dando vueltas por la sala mientras esperábamos que ese hombre llegara — ¿Y si quiere buscar la forma de complicarnos más la vida? No podemos confiar en él.— Ya sé que no podemos confiar en él, pero quiero saber qué es lo que tiene que decir. Quizás tengamos suerte y pueda darn
Amelia. — Buenas noches señor Rintoul, ¿Podemos ofrecerle una taza de café? — respondo señalando el juego de tazas que esperaba en la mesita de té. — O prefiere decirnos de una buena vez a qué vino.— ¡Vaya! — dijo David con una sonrisa socarrona en el rostro mientras miraba a Aaron — Veo que esta vez has elegido a una mujer con mucho carácter.— Amelia tiene razón, David si has venido aquí a decirnos algo, dilo de una buena vez.Madison estaba furiosa y más aún con el comentario estúpido de David, podía ver en ella el rencor acumulado de hace años. Este hombre le había causado mucho daño en su momento a su hermano que estaba claro que ella no