Estas semanas sin ella habían sido un verdadero calvario, una completa odisea que no tenía fin. No comprendía que había pasado, es como si en un parpadeo todo se volviera un tsunami a punto de acabar con el mundo, aunque en cierta forma acabó con el mío. Cuando recibí esa llamada ese mediodía mi corazón dejó de latir hasta que luego de unos segundos y la voz de mi asistente me devolvieron a la realidad.

Daniela no había dado tiempo a decirle absolutamente nada simplemente terminó conmigo y con lo hermoso que teníamos sin darme tiempo a explicarle todo lo que había ocurrido. ¿Por qué? ¿Por qué de un momento a otro todo se puso de cabezas? Si no hubiera estado Laura en ese preciso momento no se cómo hubiera reaccionado, pero gracias al cielo estuvo ahí porque con una mirada llena de lástima hizo que bebiera un poco de agua y me recostara un poco en mi oficina con la intención de que digiriera todo lo que había ocurrido.

Recuerdo estar tan perturbado luego de varios minutos cuando la cab