*—Layonel:El bullicio de la fiesta a su alrededor se sentía distante, como un ruido de fondo que apenas lograba traspasar la niebla en la mente de Layonel. Las luces parpadeantes y las risas estridentes parecían perder fuerza, desvaneciéndose en una especie de vacío que no lograba llenar. Todo lo que podía sentir era una creciente sensación de inquietud que se aferraba a su pecho. Inhaló profundamente, tratando de calmar el ritmo acelerado de su corazón, cuando se dio cuenta de que alguien se acercaba.Se volvió para ver a Regina.—¿Estás bien? —quiso saber la mujer viéndolo preocupada.—Sí, lo estoy —le respondió Layonel, pero estaba mintiendo, la verdad se sentía algo ansioso y acelerado. —Estaba a punto de llamar a la seguridad —comentó Regina acercándose—. Te veías tenso y él se veía peligroso —dijo y Layonel le dio la razón. Corey era peligroso y era mejor que no volvieran a cruzarse caminos. Hoy había tenido temple para aguantarlo, pero si volvía a suceder, iba a golpear su es
*—Damien:La situación era cada vez peor.Un suspiro salió de Damien mientras alzaba la cabeza para que el agua que salía de la regadera cayera en su rostro, para que refrescara su mente y le ayudará a encontrar la salida de este estúpido embrollo. Estaba cansado y no había dormido una mierda gracias a que Layonel decidió que era mejor dejarlo e irse a dormir a casa de otro hombre. ¡Ha! Su chico sabía cómo ponerle la sangre hirviendo con solo una simple acción. Entendía el porqué de sus decisiones, Damien también quería golpearse a sí mismo y mandarse a la mierda por ser tan idiota. Layonel solo quería saber una cosa y era descubrir lo que pasó con Corey, pero Damien odiaba ese tema y tampoco quería que Layonel supiera de él. Aunque viendo cómo actuó anoche, era probable que ya supiera quién era el muy maldito. Abrió los ojos y los fijó en la pared de azulejos de las duchas del gimnasio. Anoche habían tenido otra pelea por lo mismo de siempre: Damien negándose a compartir informa
*—Damien:Decidido a buscar su destino, subió a su vehículo y lo primero que hizo fue tratar de llamar a Layonel, pero la llamada no conectó y se preguntó por qué no la tomaba. ¿Seguirá enfadado por la discusión de anoche? Era probable que fuera esto y fue por ello que decidió llamar a la persona que debía de estar a su lado ahora.—¡Hey! —le saludó Cameron.—¿Está Layonel ahí? —quiso saber Damien siendo maleducado porque ni siquiera saludó a Cameron, pero estaba algo desesperado.Escuchó una risita de Cameron.—No, no está aquí —le hizo saber Cameron con un tono divertido—. Salió temprano, dijo que iba a hacer ejercicio —continuó el hombro—. ¿Probaste llamarlo a su número?—No toma mi llamada —respondió Damien para luego comenzar a ponerse el cinturón mientras pensaba en dónde podía estar Layonel—. ¿Tal vez está rondando cerca de tu casa? —le pregunto.—Es posible —respondió Cameron—. Hay muchos lugares por aquí para hacer ejercicio, pero déjame verificar si fue que dejó su teléfono
*—Damien:Ante la decisión de Damien de querer hablar, Layonel asintió y luego se movió en la cama para acostarse, esta vez boca arriba. Damien sonrió y se tendió a su lado, colocándolo sobre el costado para poder mirar hacia él. Paso la mirada por su cuerpo. El pecho desnudo de Layonel subía y bajaba. Sus ojos se movieron hacia sus pectorales, en donde sus pezones, que eran de un tono rosado oscuro, estaban endurecidos. Damien se relamió los labios al pensar en tener estos en su boca y su vista continuó bajando por el cuerpo de su chico. Su torso estaba libre de vello, pero bajo su ombligo había una ligera línea oscura que desaparecía bajo la pretina de sus pantalones deportivos en donde su sexo, por debajo de estos, se adivinaba. Layonel estaba endurecido. Había visto muchas veces la raja de Layonel, pero nunca su parte delantera. ¿Sería así de rosado que su ano? Quizás luego podría satisfacer su curiosidad. Su ceño se frunció. No era el momento para pensar en esas cosas, antes de
*—Damien:Damien se inclinó y buscó sus labios, besándolo con pasión mientras empujaba a Layonel sobre el colchón. Layonel le correspondió el beso suavemente, sus labios esta vez se movían con lentitud sobre los suyos, como si estuviera disfrutando del momento más que todo y decidió seguirle el juego.Sin embargo, comenzó a besarlo con suavidad y Layonel tiro de este hacia su cuerpo, pero cuando Damien se cierne sobre él, sus brazos rodearon su cuello y sus piernas su cintura. En ese momento, el beso se tornó fogoso. Damien envolvió sus brazos alrededor de la cintura del chico mientras se besaban con pasión. Layonel profundizó el beso, deslizando su lengua en su interior y acoplándose junto a la suya. Parecía algo desesperado, puesto que lo besaba ardientemente y sentía como una de sus manos tiraba de su cabeza hacia abajo, como si temiera que se apartara de él.Damien trató de no quedarse atrás. Comenzó a mover las manos por su cuerpo, sintiendo su piel baja estas. Así como había no
*—Damien:Se apartó para quitarse la ropa ante la mirada confundida de Layonel. Cuando estuvo desnudo, miró hacia Layonel para ver como este se lo comía con los ojos. Bueno, no era el único que podía disfrutar de tal manjar. Damien volvió a mirar a Layonel con lujuria, empapándose de todo en él. Su piel era tan lechosa que sus pezones, que estaban hinchados por los besos de antes, resaltaban en esta. No tan solo eso, su cabello negro resaltaba y más la ligera moña en la base de su pene. Damien sintió su sexo saltar y se dijo que no podía esperar más.—¿Te das la vuelta? —le preguntó y vio cómo su chico parpadeaba lleno de confusión, quizás sin tener una idea de lo que Damien quería hacer, pero pronto lo descubriría.Pensó que Layonel preguntaría o rechistaría, pero tomó su pedido muy bien y se giró en la cama, colocándose boca abajo. Damien se mordió el labio inferior mientras veía la parte trasera de su chico. Había más lunares en su piel y su vista bajó hacia su redondeado trasero
*—Layonel:Habían pasado tres días desde que Damien se embarcó en su viaje fuera del país, y lo que más enfadaba a Layonel era que, justo cuando todo estaba claro y sus sentimientos eran correspondidos, el destino parecía jugarles una mala pasada, enviando a Damien lejos como si los pusiera a prueba. ¿Qué más pruebas quería el destino para que pudieran ser felices? Layonel solo quería estar con su amado, pero ahora tenía que esperar a que Damien volviera. No sabía cómo iba a aguantar; solo habían pasado tres días desde que se fue y, ahora que eran novios, Layonel sentía que una parte de él faltaba.Layonel soltó un suspiro y tomó su vaso de cuba libre, dándole un largo sorbo. Después de saborear el ron con jugo de limón, volvió a suspirar, quizás por enésima vez esa noche.—Llevas toda la noche suspirando —se quejó Uriel.—Déjalo ser, Uriel —comentó Clayton, dándole un ligero golpe en el brazo—. Cuando estás alejado de tu amado, esas cosas pasan. Si estuvieras saliendo seriamente con
*—Layonel:Era increíble que tuviera que encontrarse con Corey allí.Layonel miró nerviosamente a su alrededor. Corey no debería estar en ese lugar; Damien le tenía prohibido visitar los clubes y bares que frecuentaba. Sin embargo, allí estaba, como si nada.—¿Qué haces aquí? —preguntó Layonel, intentando mantener la calma.—Solo vine a beber —respondió Corey con un encogimiento de hombros, observándolos a ambos con una expresión entre desafiante y divertida.—No deberías estar aquí —dijo Layonel, tratando de sonar firme.—Es un bar libre, ¿no? —replicó Corey con un tono despreocupado, pero sus ojos verdes destellaban con una intención oculta.—Corey... —empezó a decir Layonel, su voz cargada de advertencia. Iba a llamar a seguridad y poner a Corey en su sitio. Damien había sido claro de que el hombre estaba vetado de sus negocios, pero de alguna forma, aquí estaba Corey. —Así que ustedes son amigos —interrumpió Corey, dirigiendo una mirada de arriba abajo a Layonel y pasando luego h