*—Damien:Cuando Luc se fue, Damien soltó un pesado suspiro y miró hacia Uriel que se servía otro vaso con Whisky. —¿Qué tal tú? —le preguntó a Uriel para saber sobre su vida y sus últimas andanzas—. ¿Algún tipo que te llame la atención?Uriel soltó una carcajada y movió la cabeza.—Yo no tengo esa suerte —murmuró Uriel haciendo una mueca después y apuró el vaso con whisky. Si seguía tomando, iba a emborracharse. Uriel le dio una mirada—. He sido castigado, Damien —expresó con un tono triste, volviendo a servirse otro vaso. —No digas eso, Uriel —respondió Damien y se puso de pie para sentarse al lado de Uriel en el mismo sofá. Le pasó un brazo por los hombros y lo acercó a él. Notó que Uriel estaba más delgado que la última vez que se vieron—. ¿Qué está pasando? —quiso Damien saber. Ahora comenzaba a preocuparse. Viendo la forma en la que Uriel estaba, solo significaba una cosa—. ¿Acaso viste a Danny? —preguntó el nombre de su viejo amigo y Uriel se enfadó.—¡No me hables de Danny!
*—Damien:De alguna forma, el encuentro afectó a Damien, quien se dejó llevar por el alcohol y cuando recuperó un poco el conocimiento, estaba de regreso en el cuarto privado de Luc sobre el sofá. Damien miró hacia la mesa para ver botellas de alcohol sobre esta. ¿Cuándo se había movido hacia allí? ¿Cuánto había bebido?Trató de sentarse, pero su cabeza le daba vueltas y Damien maldijo mientras cerraba los ojos. Layonel iba a enfadarse cuando viniera a encontrarse con él por haber tomado de más sin necesidad. Damien no sabía qué le pasó, pero una copa lo había llevado a otra y ahora estaba un poco borracho.—¿Un jueves? —escuchó que alguien decía y Damien alzó la cabeza rápidamente para ver a Layonel del otro lado del sofá. Layonel estaba con las piernas cruzadas y sentado cómodamente en este. Se veía como que llevaba tiempo allí.—¿Qué? ¿Cuándo llegaste? —quiso saber Damien colocándose derecho en el asiento y sintiendo el estómago hecho una mierda. —Hace como… —Layonel alzó la muñec
*—Layonel:Creía que todo iba a cambiar, pero ya no sabía si seguía todo igual o peor.Layonel soltó un suspiro y se apoyó en la barra de Rouge. Era sábado por la noche y ese día le tocaba visitar al club rojo. Había hecho sus rondas y había terminado de hacer su trabajo, ahora que la forma de trabajar estaba cambiando, Layonel no tenía mucho que hacer y era obvio que pronto perdería su trabajo, algo que había querido antes, pero ahora que estaba de regreso con Damien, quería estar a su lado hasta los últimos días de este en los clubes.Miró hacia el mojito de limón frente a él, el hielo se derretía en el vaso de este y pronto no haría el efecto que quería, el cual era aliviar la tensión en sus hombros. Estaba comenzando a cansarse de esta situación. ¿Qué diablos quería Damien con él?Desde que volvió a su apartamento, los besos y abrazos iban y venían, a veces se frotaban, pero por más que Layonel quería bajarse los pantalones y, claro, bajarlos a Damien, nunca pasaban de ahí. Al lev
*—Layonel:Estaba dudoso con este chico, y más porque parecía querer algo de él que Layonel no estaba dispuesto a ofrecer.Había algo en su sonrisa persistente, en su forma de acercarse con tanta familiaridad, que lo hacía sentir inquieto. Quizá era la forma en que lo observaba, con una mezcla de curiosidad y deseo apenas disimulado, como si ya hubiera decidido que había algo entre ellos, pero Layonel sabía muy bien que no había espacio para juegos en su vida ahora mismo, especialmente con alguien tan perspicaz que podía ver a través de sus defensas.Además de eso, debería aclararle. La gente lo confundía por su altura y aspecto, pero era un pasivo al igual que este chico. Era mejor que no tuviera expectativas en él.—¿Te quedas un rato? —le sugirió el chico antes de que Layonel le aclarara que no era lo que esperaba—. Si estabas tomando, eso quiere decir que no estás conduciendo esta noche y antes de que digas, que no te importa, te ves como un hombre educado que no le gusta romper l
*—Layonel:El bullicio de la fiesta a su alrededor se sentía distante, como un ruido de fondo que apenas lograba traspasar la niebla en la mente de Layonel. Las luces parpadeantes y las risas estridentes parecían perder fuerza, desvaneciéndose en una especie de vacío que no lograba llenar. Todo lo que podía sentir era una creciente sensación de inquietud que se aferraba a su pecho. Inhaló profundamente, tratando de calmar el ritmo acelerado de su corazón, cuando se dio cuenta de que alguien se acercaba.Se volvió para ver a Regina.—¿Estás bien? —quiso saber la mujer viéndolo preocupada.—Sí, lo estoy —le respondió Layonel, pero estaba mintiendo, la verdad se sentía algo ansioso y acelerado. —Estaba a punto de llamar a la seguridad —comentó Regina acercándose—. Te veías tenso y él se veía peligroso —dijo y Layonel le dio la razón. Corey era peligroso y era mejor que no volvieran a cruzarse caminos. Hoy había tenido temple para aguantarlo, pero si volvía a suceder, iba a golpear su es
*—Damien:La situación era cada vez peor.Un suspiro salió de Damien mientras alzaba la cabeza para que el agua que salía de la regadera cayera en su rostro, para que refrescara su mente y le ayudará a encontrar la salida de este estúpido embrollo. Estaba cansado y no había dormido una mierda gracias a que Layonel decidió que era mejor dejarlo e irse a dormir a casa de otro hombre. ¡Ha! Su chico sabía cómo ponerle la sangre hirviendo con solo una simple acción. Entendía el porqué de sus decisiones, Damien también quería golpearse a sí mismo y mandarse a la mierda por ser tan idiota. Layonel solo quería saber una cosa y era descubrir lo que pasó con Corey, pero Damien odiaba ese tema y tampoco quería que Layonel supiera de él. Aunque viendo cómo actuó anoche, era probable que ya supiera quién era el muy maldito. Abrió los ojos y los fijó en la pared de azulejos de las duchas del gimnasio. Anoche habían tenido otra pelea por lo mismo de siempre: Damien negándose a compartir informa
*—Damien:Decidido a buscar su destino, subió a su vehículo y lo primero que hizo fue tratar de llamar a Layonel, pero la llamada no conectó y se preguntó por qué no la tomaba. ¿Seguirá enfadado por la discusión de anoche? Era probable que fuera esto y fue por ello que decidió llamar a la persona que debía de estar a su lado ahora.—¡Hey! —le saludó Cameron.—¿Está Layonel ahí? —quiso saber Damien siendo maleducado porque ni siquiera saludó a Cameron, pero estaba algo desesperado.Escuchó una risita de Cameron.—No, no está aquí —le hizo saber Cameron con un tono divertido—. Salió temprano, dijo que iba a hacer ejercicio —continuó el hombro—. ¿Probaste llamarlo a su número?—No toma mi llamada —respondió Damien para luego comenzar a ponerse el cinturón mientras pensaba en dónde podía estar Layonel—. ¿Tal vez está rondando cerca de tu casa? —le pregunto.—Es posible —respondió Cameron—. Hay muchos lugares por aquí para hacer ejercicio, pero déjame verificar si fue que dejó su teléfono
*—Damien:Ante la decisión de Damien de querer hablar, Layonel asintió y luego se movió en la cama para acostarse, esta vez boca arriba. Damien sonrió y se tendió a su lado, colocándolo sobre el costado para poder mirar hacia él. Paso la mirada por su cuerpo. El pecho desnudo de Layonel subía y bajaba. Sus ojos se movieron hacia sus pectorales, en donde sus pezones, que eran de un tono rosado oscuro, estaban endurecidos. Damien se relamió los labios al pensar en tener estos en su boca y su vista continuó bajando por el cuerpo de su chico. Su torso estaba libre de vello, pero bajo su ombligo había una ligera línea oscura que desaparecía bajo la pretina de sus pantalones deportivos en donde su sexo, por debajo de estos, se adivinaba. Layonel estaba endurecido. Había visto muchas veces la raja de Layonel, pero nunca su parte delantera. ¿Sería así de rosado que su ano? Quizás luego podría satisfacer su curiosidad. Su ceño se frunció. No era el momento para pensar en esas cosas, antes de