*—Layonel:Ya que planeaba quedarse la noche, fue a su vieja recámara rápidamente y revisó entre las cosas que dejó, como no usaba mucha ropa de diario, cuando tomó sus maletas hace tres días, se llevó todo porque no pensaba en regresar, así que lo único que consiguió fueron unos shorts que se le habían quedado en un cajón. Lo tomó y enfiló hacia el baño del pasillo. Antes de meterse al baño, volvió a verificar a Damien, pero este no parecía haber salido de su recámara. Layonel se duchó rápidamente con la puerta del baño abierta y con los oídos afinados con el fin de escuchar si Damien salía de su cuarto. Luego se colocó su short y, antes de regresar a su viejo cuarto, fue hacia el área de lavado. No quería estar solo en shorts y con el pecho al descubierto, y ponerse la ropa de antes no estaba en sus opciones, así que hurgó entre el cesto de ropa usada de Damien. Había una camiseta y la olisqueó para ver si olía a sudor, pero solo olía a colonia. Era como si Damien se la hubiera col
*—Layonel:Al fin estaba teniendo la oportunidad de hacer algo único con Damien y Layonel iba a aprovechar la oportunidad.Se inclinó hacia sus genitales y tomó el borde de su chándal para luego tirar de este hacia abajo. Damien parecía no tener tampoco ropa interior, porque ni bien empujó sus pantalones, su sexo salto al aire vigorosamente, dejando a Layonel con la garganta seca. ¡Dios mío! Su boca cayó abierta al ver su sexo y el grosor de este. Sabía que Damien tenía un gran paquete allí, lo había sentido antes, se había notado en sus ropas y era obvio por su gran altura, ya que su querido media cerca de dos metros y era bastante corpulento, pero demonios, no se había preparado para recibir algo como esto. Su pene era grueso y las venas se marcaban fuertemente, tenía un color más oscuro que su piel y su cabeza era de un intenso color canela. Layonel se relamió los labios al ver la gota clara en el orificio en su ancha cabeza y deseo retirarla con la lengua, pero dudó. —¿Has hecho
*—Damien:Las aguas estaban calmadas, por ahora.Después de lo que pasó el fin de semana en casa de sus padres y que Damien tuvo un colapso mental, Layonel había regresado a su lado. Al menos algo bueno había salido de ello, porque ese mismo día Damien decidió que no volvería a tratar con su madre. Estaba cansado de lo mismo y que en cada visita que hacía a su hogar de infancia, se sintiera atacado, y claro, se lo hizo saber a su padre al día después, cuando se vieron en la empresa y este aceptó su decisión sin rechistar.Sin embargo, a pesar de que eso pasó, como había dicho antes, algo bueno sí que sucedió. Damien se sintió lleno de alegría al rememorar la noche con Layonel. Había sido reconfortante que este se quedara a su lado durante su momento de tristeza, lo que hizo que su amor por él creciera aún más. Aunque temía que Layonel lo abandonara, ya que su relación era principalmente profesional y Layonel había sugerido que ese sería el final de su conexión, se sorprendió gratamen
*—Damien:Cuando Luc se fue, Damien soltó un pesado suspiro y miró hacia Uriel que se servía otro vaso con Whisky. —¿Qué tal tú? —le preguntó a Uriel para saber sobre su vida y sus últimas andanzas—. ¿Algún tipo que te llame la atención?Uriel soltó una carcajada y movió la cabeza.—Yo no tengo esa suerte —murmuró Uriel haciendo una mueca después y apuró el vaso con whisky. Si seguía tomando, iba a emborracharse. Uriel le dio una mirada—. He sido castigado, Damien —expresó con un tono triste, volviendo a servirse otro vaso. —No digas eso, Uriel —respondió Damien y se puso de pie para sentarse al lado de Uriel en el mismo sofá. Le pasó un brazo por los hombros y lo acercó a él. Notó que Uriel estaba más delgado que la última vez que se vieron—. ¿Qué está pasando? —quiso Damien saber. Ahora comenzaba a preocuparse. Viendo la forma en la que Uriel estaba, solo significaba una cosa—. ¿Acaso viste a Danny? —preguntó el nombre de su viejo amigo y Uriel se enfadó.—¡No me hables de Danny!
*—Damien:De alguna forma, el encuentro afectó a Damien, quien se dejó llevar por el alcohol y cuando recuperó un poco el conocimiento, estaba de regreso en el cuarto privado de Luc sobre el sofá. Damien miró hacia la mesa para ver botellas de alcohol sobre esta. ¿Cuándo se había movido hacia allí? ¿Cuánto había bebido?Trató de sentarse, pero su cabeza le daba vueltas y Damien maldijo mientras cerraba los ojos. Layonel iba a enfadarse cuando viniera a encontrarse con él por haber tomado de más sin necesidad. Damien no sabía qué le pasó, pero una copa lo había llevado a otra y ahora estaba un poco borracho.—¿Un jueves? —escuchó que alguien decía y Damien alzó la cabeza rápidamente para ver a Layonel del otro lado del sofá. Layonel estaba con las piernas cruzadas y sentado cómodamente en este. Se veía como que llevaba tiempo allí.—¿Qué? ¿Cuándo llegaste? —quiso saber Damien colocándose derecho en el asiento y sintiendo el estómago hecho una mierda. —Hace como… —Layonel alzó la muñec
*—Layonel:Creía que todo iba a cambiar, pero ya no sabía si seguía todo igual o peor.Layonel soltó un suspiro y se apoyó en la barra de Rouge. Era sábado por la noche y ese día le tocaba visitar al club rojo. Había hecho sus rondas y había terminado de hacer su trabajo, ahora que la forma de trabajar estaba cambiando, Layonel no tenía mucho que hacer y era obvio que pronto perdería su trabajo, algo que había querido antes, pero ahora que estaba de regreso con Damien, quería estar a su lado hasta los últimos días de este en los clubes.Miró hacia el mojito de limón frente a él, el hielo se derretía en el vaso de este y pronto no haría el efecto que quería, el cual era aliviar la tensión en sus hombros. Estaba comenzando a cansarse de esta situación. ¿Qué diablos quería Damien con él?Desde que volvió a su apartamento, los besos y abrazos iban y venían, a veces se frotaban, pero por más que Layonel quería bajarse los pantalones y, claro, bajarlos a Damien, nunca pasaban de ahí. Al lev
*—Layonel:Estaba dudoso con este chico, y más porque parecía querer algo de él que Layonel no estaba dispuesto a ofrecer.Había algo en su sonrisa persistente, en su forma de acercarse con tanta familiaridad, que lo hacía sentir inquieto. Quizá era la forma en que lo observaba, con una mezcla de curiosidad y deseo apenas disimulado, como si ya hubiera decidido que había algo entre ellos, pero Layonel sabía muy bien que no había espacio para juegos en su vida ahora mismo, especialmente con alguien tan perspicaz que podía ver a través de sus defensas.Además de eso, debería aclararle. La gente lo confundía por su altura y aspecto, pero era un pasivo al igual que este chico. Era mejor que no tuviera expectativas en él.—¿Te quedas un rato? —le sugirió el chico antes de que Layonel le aclarara que no era lo que esperaba—. Si estabas tomando, eso quiere decir que no estás conduciendo esta noche y antes de que digas, que no te importa, te ves como un hombre educado que no le gusta romper l
*—Layonel:El bullicio de la fiesta a su alrededor se sentía distante, como un ruido de fondo que apenas lograba traspasar la niebla en la mente de Layonel. Las luces parpadeantes y las risas estridentes parecían perder fuerza, desvaneciéndose en una especie de vacío que no lograba llenar. Todo lo que podía sentir era una creciente sensación de inquietud que se aferraba a su pecho. Inhaló profundamente, tratando de calmar el ritmo acelerado de su corazón, cuando se dio cuenta de que alguien se acercaba.Se volvió para ver a Regina.—¿Estás bien? —quiso saber la mujer viéndolo preocupada.—Sí, lo estoy —le respondió Layonel, pero estaba mintiendo, la verdad se sentía algo ansioso y acelerado. —Estaba a punto de llamar a la seguridad —comentó Regina acercándose—. Te veías tenso y él se veía peligroso —dijo y Layonel le dio la razón. Corey era peligroso y era mejor que no volvieran a cruzarse caminos. Hoy había tenido temple para aguantarlo, pero si volvía a suceder, iba a golpear su es