Capítulo 22
Eduardo era tan atento y amoroso conmigo que me hacía olvidar sus actividades ilícitas y a la gente que lo rodeaba. Por momentos me sentía tan feliz de tener cerca a alguien tan gentil que decía amarme. Llegué a cuestionarme si me estaba enamorando de él.

Ese enamoramiento se quebrantaba de inmediato ante cualquier detalle que me recordarse su rol de jefe de una mafia. Empezaba a sentirme paranoica. Creía que él, su gente o sus enemigos podían matarme en cualquier momento. Y acto seguido entraba en pánico. No podía respirar, tenía taquicardia y temía por mi vida.

Mientras estuve internada, Eduardo, estuvo al lado mío casi todo el tiempo. Solo se ausentaba cuando iba a su departamento a ducharse o salía a comer algo. Por lo general, en ese periodo de tiempo era Jane que se quedaba acompañándome. Los dos se portaron muy bien conmigo.

A mi amiga no le hablé de los negocios turbios de Eduardo, pese a ello, igual no le simpatizaba para nada. Decía que su sexto sentido le advertía que no era
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo