—Hare que te arrepientas el resto de tu vida. Eres como una plaga Danphe, eres cruel, ambiciosa, soberbia, una perr@ con el corazón de hielo, si es que corazón tienes. No permitiré que te salgas con la tuya, no seré como esos hombres a los que arruinaste anteriormente, yo si pienso recuperar todo lo que me estás quitando maldit@ bruja arrastrada — Danphe, cruzó sus piernas con elegancia para luego sonreír con esa malicia que corre por sus venas.

—¿Tanto drama por un… casino? — Mordió su labio e hizo gestos de burla — No puedes decir que todo fue malo en la relación, Conall, te ofrecí muy buen sexo ¿O crees que es fácil estar en la cama con un puerco como tú? ¿Alguien quien posee de un diminuto… amiguito y que aparte no sepa ni darle uso? — se burló con escándalo.

—Bruja despreciable, y sabes que no es un simple casino, no tienes idea de todo lo que me costó lograr levantar este imperio, para que luego vinieras tú, con tu mirada dulce y rostro angelical de niña buena a quitármelo, te vas a arrepentir, lloraras sangre el día que te toque perder a ti todo. Este lugar es mi vida— Danphe en serio su rostro y se levantó de su asiento para dirigirse hacia él con ese caminar sigiloso y sensual.

—¿Perder todo? Yo perdí todo hace muchos años, sé lo que duele, Conall, te entiendo cariño — tocó su mejilla y él quitó su rostro para no tener que seguir en contacto con ella, No logró reconocer a aquella mujer con la que se había casado.

—¡No me toques, bruja! — gritó, y ella río con escándalo, sin importar cuan molesto era su risa para él.

—¡Ay, ya!, acéptalo, el casino ahora es mío legalmente, todo lo que tenga que ver con este lugar, ahora es de mi propiedad, incluyendo el hotel ¡Que bien se sienta la victoria! — exclamó mirando desde la ventana y aspirando aire — Tú te lo buscaste ¿O se te olvida las cantidades de veces que me fuiste infiel? — miró a sus ojos con su ceja enarcada.

—¡Sabes muy bien que tú me tendiste una trampa, pagaste a esas mujeres para que me sedujeran, pagaste a un fotógrafo para qué me captará en la escena, siempre planeaste todo desde el momento en que me conociste para sacar provecho de mi dinero y de todo lo que yo poseía, pero no conforme con eso investigaste mi vida y mis más oscuros secretos para utilizarlos en mi contra, eres repulsiva! — gritó — Sé que pronto pagarás lo que has hecho, y cuando así sea disfrutaré mucho verte arrastrarte por el suelo suplicado por un plato de comida, yo estaré ahí solo para escupirte y burlarme de ti, perr@— ella colocó su mano derecha en su pecho y mostró un falso gesto de ofensa.

—¿Cómo puedes desearme tanto mal? — se burló luego con escándalo — Quizás cuando eso pase, tú aún sigas arrastrándote por el suelo al no tener ni medio en el bolsillo. Es posible que si ocurre, entonces te haré compañía — juntó sus manos y fingió una emoción falsa.

—Yo te amaba — Danphe mostró su molestia ante las palabras de Conall, las consideraba una mentira.

—Nunca me amaste, Conall, ningún hombre lo hace. Todos son iguales, terminan cayendo en los encantos de cualquier mujer que se le cruce en el camino — dijo un poco nostálgica.

—Pues en realidad si te amaba — lo sujetó de su corbata y susurró cerca de sus labios.

—¿En serio? ¿Si me amabas porque me fuiste infiel tantas veces? — por un momento Conall sintió miedo al fijarse en su mirada, era oscura y mal intencionada— Todos son iguales, todos dicen amarme y terminan revolcándose con otras, pero luego yo soy la mala cuando los dejo sin medio en el bolsillo, deberías agradecerme, solo te quite el casino, el hotel y mansión, ah, y el negocio del cual sacabas más provecho, al menos te deje el auto para que duermas en él, y un poco de dinero en efectivo para que comas un par de noche — movió sus hombros de manera despreocupada — Te puedo ofrecer trabajo si gustas — comentó con burla.

—¡Maldit@ bruja! ¿Qué clase de monstruo eres? ¿Hasta dónde sería capaz de llegar tu ambición, Danphe? ¡¿Hasta dónde?! — ella negó.

—No lo sé, Conall, no lo sé — abrió la puerta de su oficina — Ya lárgate de mí… casino ¿O te prefieres que te mandé a sacar como la basura que eres? — esa sonrisa malévola perturbó la mente de Conall, no tenía idea de con que clase de monstruo se había casado.

—Disfrútalo mientras puedas, Danphe, espero estar presente el día en que te topes con un hombre que sea peor de lo que tú eres, no siempre podrás salirte con la tuya — él salió, y ella antes de cerrar la puerta lo miró.

—Yo misma te llamaré para que no te pierdas detalles, cariño. Adiós — cerró la puerta y caminó por la oficina mirando con admiración, abrió una botella y sirvió un poco de vino en la copa, lo movió y luego lo olió, alzó la copa e hizo un brindis en honor a su victoria, nuevamente lo había hecho, nuevamente Danphe, había arruinado a otro hombre y lo había sumergido en la miseria como lo llegó hacer con muchos otros más, pero aun cuando había logrado lo que quería, seguía estando vacía y con ansias de más.