—¿Ethan? Así se llama...Luna no perdió el tiempo y rápidamente le tapó la boca a su hija, antes de que soltara ese nombre y quedara al descubierto, de ninguna manera podría permitir que algo así se supiera. Definitivamente fue un error comentarle sobre el nombre de su papá, ahora cerca de ese tipo todo se volvía más peligroso. —¿Por qué se sorprende tanto tu hija? Supongo que jamás había visto a un tipo tan apuesto llamado Ethan. —¿Estás demente? —lo miró mal. Lo cretino no se le quitaba con nada, cada vez se portaba peor —. Ya que te has terminado el café deberías marcharte. —¿Me estás echando de una cafetería que ni siquiera es tuya? Se un poco más amable con las personas. ¿Un déspota e idiota hombre hablando de amabilidad? Sin duda alguna soltaba un chiste, una broma que ni él se creía. —Vale, amable dices —dijo sarcástica —. ¿Podría dejarme con mi hija? —Y vuelves a ser formal. Es innecesario, ¿sabes? Después se quedó mirando a la niña a los ojos, no encontraba ni un liger
"Sol, sé que esa noche me porté como un idiota contigo, realmente lo lamento mucho, jamás fue mi intención herirte, mucho menos ser un desagradecido por llevarme a casa. Si bien las cosas se salieron de control y no nos detuvimos a pensar en lo que hacíamos, no te puedo señalar; ¿esperabas más de mí? También siento mucho confundirte. Si ese no es el caso, seamos amigos otra vez, si es que alguna vez me consideraste así".Y así fue como una nota de disculpas se transformó en lo que más odió la muchacha, ser amigos era ridículo, ella no quería ser su amiga, deseaba lograr algo más con él, pero eso era una cuestión de lo que no se daba cuenta. —¿Amigos? —cuestionó incrédula y arrugó el papel hasta hacer una bola y lanzarla con furia en el cubo de basura —. ¡No quiero ser solo tu amiga! ¡Agh! La pizza, de la que no probó ni un pedazo, terminó en la basura también. No quería nada de su parte, no cuando le daba una etiqueta que la alejaba de lo que quería. El martes por la mañana, el c
—Sol... —la siguió por el pasillo y la morena apresuró el paso. No tenía nada que hablar con él, no quería seguir platicando con ese hombre sobre nada en absoluto, quería dejar las cosas hasta allí y no darle más vueltas. Había sido suficiente. —¿Podrías dejarme tranquila? Yo creo haber sido lo suficientemente clara de no querer volver a saber de ti, deseo que me dejes en paz, ya no sé de qué otra forma dejarte saber que no quiero hablar contigo. ¿Es tan difícil de entender? —La cuestión es que no quiero que estés molesta conmigo, yo no quiero ningún tipo de malentendidos entre nosotros, trabajamos en la misma compañía... todos los días nos volveremos a ver, incluso si no me quieres ver, así que...—Sé lo que quieres decir, puedo con eso. —¿En serio no me vas a dirigir la palabra solo por lo que pasó ese día? creo que es demasiado, te estás tomando las cosas con exageración...—Eso es porque no sabes entender a una mujer, dices que no debería ser relevante para mí... Eso deja sab
—¿Crees que yo tampoco deseo la felicidad para mi nieta? La verdad Hope merece todo lo bonito en esta vida, por eso que no sepa sobre la existencia de su padre o quién es, resulta ser una muestra de amor, sabes perfectamente cómo es ese tipo, los escándalos en dónde se ha metido, ha sido salpicado muchas veces, sí, es una cuestión que debe tomarse en cuenta. ¿No has escuchado sobre su reciente ruptura con la mujer con la que tenía pensado casarse? Es demasiado inestable. —Papá... ¿Que estoy ganando por ocultar a su hija y en qué me beneficia hacerlo? La verdad no estoy obteniendo nada. Es una de las principales razones por las que quiero que finalmente sepa de ella, no te voy a mentir, tengo mucho miedo, temor al rechazo, una posibilidad que se incrementa tomando en cuenta el tipo de hombre que es —se llevó ambas manos a la cara llena de frustración, la contradicción volvía a aplacar su ser. —Vale, no deja de ser tu decisión. Eres la única que tiene derecho a elegir lo que es bueno
Entre el gentío comenzó a caminar, sumergido en sus pensamientos, en cada cosa que lo conectaba inevitablemente a la presidencia de Kingsman. El hombre estuvo vagando por más de media hora y terminó ingresando a uno de esos bares que con frecuencia concurría. Un par de mujeres lo reconocieron enseguida y se acercaron con la intención de conseguir algo de acción esa noche. —¿Quieres quitarte todo ese estrés encima? —comenzó la primera acariciando sus hombros, la otra ya con la intención de sentarse sobre sus piernas y seducirlo también. —No, estoy bien así. Era demasiado raro que las rechazara; eso claramente no sucedía. —¿Eres Ethan de verdad o un impostor? Debe ser una broma, tú no eres así —chilló una, incrédula. —Solo déjenme tranquilo. ¿No puedo beber una copa en paz? Al parecer tengo terminantemente prohibido hacerlo, solo quiero quedarme aquí, váyanse. El barman miró mal a las chicas y se disculpó con el CEO. —¿Vodka? —No, quiero algo más fuerte. Eran poco los instante
—Señor, ¿le ocurre algo? —le preguntó el bartender, aún sorprendido de verle llorar, era increíblemente la primera vez que miraba al señor Kingsman derramando lágrimas. Algo sumamente grave le había pasado para que se pusiera así. —No, debería marcharme. Durante su trayecto rumbo a la salida empezó a sentirse mareado, aún así pudo subir al auto y conducir, pero en medio de ello perdió el control, un auto viniendo en dirección contraria lo cegó con sus potentes luces, solo fue consciente del duro impacto antes de acabar en la inconsciencia. Todo fue devorado por la oscuridad, incluso sus latidos, cada vez más débiles, rozando la muerte. (...) —Oh por Dios —la mujer cayó sobre el sofá profundamente impactada con la noticia que la dejó aturdida, no podía dar crédito, quería pensar que todo era parte de una equivocación. —Lo sentimos mucho, se encuentra en cuidados intensivos luego de ser sometido a una operación de emergencias.—¿Qué? No es posible, no me diga eso, no es verdad —e
Luna tiró la bolsa y se lanzó sobre ese sofá, después de erróneamente haber ido a esa clínica; al final no pudo ver a Ethan, aunque tampoco podía ser posible. Warren masajeó sus hombros. —¿Estás bien? —Eso creo, papá. Me carcome la consciencia, ¿sabes? No haberle contado sobre su hija me hace sentir culpable, demasiado... ahora está en una zona de peligro y si no sale de esa se irá sin saberlo, no puedo dejar de pensar en ese asunto. Él asintió, lo comprendía. —Aún así, cálmate, ¿vale? Todo va a mejorar. —¿Cómo es que no puede empeorar en lugar de eso? Es algo muy fuerte lo que le ha pasado, no puedo saber con certeza si se recuperará, aunque eso es lo que todos quieren y me incluyo —siguió acariciándose la sien. Nunca antes vio a su hija así. —Luna, mantén la calma, ¿te preparo un te? Hope está en su habitación. Deberías ir a verle.Asintió. Al cabo de algunos minutos su padre se fue a la cocina y la muchacha se quedó tumbada en el sofá, alcanzó el remoto y encendió la telev
El hombre se despertó encontrándose desorientado, por un momento no supo dónde estaba. Fue extraño estar allí, en un ¿Hospital? La enfermera que siempre iba a la habitación todas las mañanas se percató e informó al doctor con inmediatez; la señora Elena se encontraba en el exterior como era de costumbre, ella no había dejado de ir ni un solo día a la clínica, permaneciendo en la sala de espera, aunque uno que otro día pudo verle. —¡Mi hijo ha despertado! —dijo al recibir la confirmación de parte del especialista, sintió que el alma le regresó al cuerpo, que su corazón sentía más alivio después de la agresiva tormenta. Emocionada llamó a Joseph, quien ya se encontraba de camino a la clínica, no pudo estar más alegre esa mañana con la noticia de que al fin Ethan abrió los ojos. Eso era cierto de que la vida funcionaba de una manera misteriosa, en el pasado también pasó por lo mismo, lamentablemente con su hijo Jonas no se pudo hacer nada y durante aquella época también señaló a Etha