Elena se aclaró la garganta y miró a su hijo por enésima vez todavía en silencio, ella lo rompió.—Supe lo que tienes y quiero que recuerdes que puedes contar conmigo. Ethan... Siento mucho haberme comportado como tu enemiga cuando en realidad solo debí seguir siendo tu madre. La verdad no pensé que mis acciones llegarían tan lejos y nos apartarían...Él ya comenzaba a aburrirse de su discurso, y la miró con una sonrisa obligada en los labios. —Vale... ¿A qué quieres llegar con todo esto? Imagino que ha sido necesario enfermarme para que vengas, ¿cómo podría saber siquiera que estás siendo sincera conmigo? ¿De verdad te preocupas o sientes alegría de verme enfermo? Puedo apostar a que quieres que muera, solo así sentirás que estoy en el lugar correcto. —¡Ethan! —exclamó porque su hijo pensara así —. No digas cosas tan horribles, me haces sentir un monstruo o cualquier otra cosa, menos humano. —¿Ah no? No seas hipócrita. Te pediré que te vayas de mi casa y no vuelvas más. Aléjate lo
Días despues...Warren ingresó a la habitación pensando que encontraría a Sol allí, pero se llevó una desagradable sorpresa al darse cuenta de que la morena se llevó todas sus cosas, revisó el ropero y no había ni una sola percha con algo suyo, se quedó atónito al encontrarse con su ausencia clavada en cada centímetro de la habitación que usaron esos últimos días. El hombre quería creer que no era lo que estaba pensando, pero más evidente no podía ser; era obvio que la mujer se marchó dejándolo, se alejó sin despedirse, tomándolo desprevenido, y no, no podría esconder lo mal que se sentía por su decisión sin previo aviso. Lo primero que hizo fue rebuscar a ver si encontraba alguna nota de despedida, quizás estaba equivocado y resultaba que ella le dejó algo escrito. Pero no fue así, se dio por vencido después de media hora y terminó sentado al borde de la cama intentando no llorar como un idiota. ¿A dónde fue? ¿Por qué marcharse así como si estuviera huyendo de él? Tomó una profund
Warren seguía llorando ni siquiera pudo asistir a la reunión pendiente esa mañana, se tuvo que quedar en casa, la estaba pasando realmente mal. Su hija lo llamó varias veces, pero no le atendió el teléfono para evitar que se diera cuenta de lo terrible que se sentía, de todo lo que estaba experimentando. —¿Crees que deberías llamar a la oficina? Mi padre no tiene una junta a esta hora creo que debe haber dejado su teléfono o está haciendo algo más, aún así continúa siendo extraño que no me responda intentaré más tarde. —Luna, me iré a la cama, necesito descansar —le avisó haciendo una mueca debido a la enfermedad se agotaba con demasía, y constantemente eran cada vez momentos más exhaustos para Ethan. —Vale, ahora mismo me encargaré de hacer el almuerzo. Te prepararé algo delicioso. —No tengo apetito, todo lo que devoro lo termino vomitando —emitió frunciendo los labios, afectado por sentirse tan débil como en ese momento —. ¿Puedes hacer algo simple y poco? —Lo haré. —Gracias.
Ethan estaba nervioso porque al día siguiente se llevaría a cabo la cirugía como si no fuera suficiente estar pasándola mal, miraba esas planas informativas dándose cuenta de que su enfermedad quedaba expuesta, los medios de comunicación ya lo sabían todo. "El CEO Ethan Kingsman tiene cáncer"Y más títulos que lo acribillaron. Esa mañana le dio un ataque de ansiedad y Luna no se encontraba para calmarlo su cuerpo entero comenzó a ser sacudido con el temblor persistente, le dolía el corazón, que a la velocidad de la luz ya latía; creía que moriría, que no podría respirar con normalidad y su pulso estaba disparado por los aires. Joseph quién lo visitó de sorpresa, lo encontró en ese estado y lo ayudó con rapidez, Ethan pasó de ser un adulto que tomaba sus propias decisiones y hacía lo que le viniera en gana, a convertirse en ese pequeño que necesitaba la protección todavía de su padre y ahora mismo entre sus brazos parecía vulnerable y solitario. —Está bien, ya estoy aquí contigo.
Finalmente el momento de la cirugía había llegado y con eso el temor de que las cosas salieran mal; Luna estuvo con su pareja en la habitación dándole fuerzas, lo animaba a resistir... el tiempo que durara la operación sería eterno, pero esperaría con tranquilidad recibir noticias del doctor. —¿Me prometes que vas a estar bien pase lo que pase? —quiso saber mirándola a los ojos y ella desvió la mirada. No quería darle una respuesta, se quedó en silencio sin decir nada. —Ethan, sé que saldrás bien de todo esto, te amo tanto, odio no haberte dicho en otras oportunidades que te amo con mi corazón y todas mis fuerzas. Qué Hope también te ama demasiado y quiere ver a su padre saludable.—¿Se lo dijiste? —Sí, solo mencioné que estás enfermo y que te vas a recuperar. Así que deberías volver con nosotras. Ethan tragó duro.—¿Por qué le has hecho esa promesa? —tenía los ojos inundados de lágrimas, apenas podía hablar de lo entumecida que estaba su alma —. ¿no ves que podría no salir bien?
Cuando abrió los ojos se dio cuenta de que estaba en la habitación de la clínica acostada en esa cama y tenía también una vía intravenosa en su brazo, se quiso mover pero justo en el intento, hizo acto de presencia una enfermera que le sonrió con amabilidad y se acercó para verificar que todo estuviera en orden. —¿Puede decirme cómo se siente? Le contaré que se ha desmayado allá afuera y con permiso de su padre le hicimos unos exámenes pertinentes, insistió bastante porque quiere asegurarse que estés bien —explicó, apenas asintió ligeramente con la cabeza todavía pensando en Ethan. ¡Ya lo recordaba todo! —¿Puedo saber cómo está Ethan Kingsman? Por favor no me ocultes nada, quiero saber si se encuentra bien. Yo... Solo tengo un ligero dolor de cabeza y nada más. La enfermera volvió a esbozar una sonrisa afable y asintió con dulzura. —Vale, pero yo acabo de entrar en turno si me dice su nombre le conseguiré la información que me pide, también vendrá en unos minutos el doctor con lo
Luna aferró su mano y se le quedó mirando con cariño, quería que abriera los ojos por fin, que despertara. Debía darle una noticia importante, él tenía que saberlo, pero le aterraba que el tiempo siguiera su curso, más allá de lo que ella podría soportar, se le rompía el alma de solo imaginar que no podrían estar juntos. —Ethan, Hope y yo te extrañamos. Me dijiste que confiara y no tuviera miedo pero ahora estoy aterrada, quiero que vuelvas con nosotras que por fin recuperes la conciencia, ¿sabes qué? Tendremos otro bebé, no te puedes volver a perder el proceso, tienes que estar conmigo debemos ir a la primera ecografía, y debes hablarle a nuestro pequeño, te escuchará —no pudo seguir hablando, se le atravesó un nudo enorme en la garganta que le impedía el habla y dolía mucho —. Así que despierta de una vez, te lo pido...Se quedó sosteniendo su mano con fuerza acercándola a su rostro y dejando varios besos en su dorso, no sabía por cuánto tiempo estaría en ese estado, pero ya estaba
Luna se despertó esa mañana sin esperar una buena noticia, pero ocurrió que al fin había despertado; ya no estaba en coma. Su vida no se encontraba en peligro, le llenó el alma y se sintió aliviada porque algo así estuviera pasando, era increíble que a pesar de todo ya volvía a pintarse su mundo color rosa. Con la noticia de que Ethan salió del coma, terminaban aquellas cuatro semanas y media en las que se mantuvo en vilo y no pudo pegar un ojo en toda la noche. Al fin podría decirle. Su abdomen de casi cuatro meses, se evidenciaba un poco más y estaría encantada de presentarse delante de Ethan y contarle. Hope, se alegró demasiado al saber que podría ver a su padre, ella puso en marcha su plan de contarle que tendría otro bebé. No había nada más regocijante que decirle algo como eso, de seguro alegraría su vida y se iba a emocionar como ella lo estaba.—Mamá, estoy un poco indecisa no sé qué debería usar quiero ponerme bonita. —Pero linda, tú siempre estás perfecta, no importa lo