Joseph y su esposa se fueron a la cama. Elena se quedó leyendo un libro, mientras que su esposo revisaba el móvil. —Extraño demasiado a Jonas. Él sabría cómo llevar las riendas del negocio sin tener escándalos a su alrededor. Todavía creo que es injusta su muerte, no lo merecía. —Nadie lo merece. —Joseph, sé que también piensas lo mismo que yo, sabes perfectamente que Jonas de los dos, es el mejor. —Era... Jonas no está más con nosotros. Ethan es bastante peculiar, en ningún momento ha hecho mal su trabajo en la compañía, pero es un fiasco en su vida personal y eso quiera o no influye en el ámbito laboral. —No es digno de ocupar tu lugar.Joseph dejó el teléfono sobre la mesita y la enfrentó. —¿Solo porque Jonas fue digno debió quedarse con la presidencia? No pongo en tela de juicio de que pudo haber sido un buen jefe, pero también habría sido salpicado con toda la verdad que tarde o temprano saldría a la luz —agregó dejándola estática, siempre que se tocaba aquel tema, se incom
—¿Me queda bien este color o el rosa? —quiso saber la opinión de su amiga Sol, con quién mantenía una videollamada. —Te seré sincera, los dos vestidos te sientan de maravilla, eso hace que el color no interese, ¿tendrás una cita? —¿Te has vuelto loca? No, si fuera así ya te lo habría dicho, no se trata de una cita. Es solo una salida con Hope y Calvin. —¿Calvin no está por allí? —meneó las cejas y tontamente suspiró repetidas veces —. Es decir...—No, no está por aquí, y ya deja de ser tan coqueta. ¿Todavía seguirás ocultando que te gusta? Es un buen hombre y tienes mi aprobación para tener una relación con él. ¿Qué es lo que estás esperando? —Nada —desvió la mirada —. Se supone que las cosas entre nosotros tienen que darse naturalmente, no quiero forzar nada. —Solo pierdes el tiempo —torció los labios —. Usaré el rosa. —Buena elección... Oye, ¿qué se ha sentido volver a ver a tu exesposo? Hasta la expresión le cambió de solo escuchar eso. —Nada, ¿se supone que deba sentir alg
No podía creer que se lo encontraba otra vez, la vida se empeñaba en ponerlo vez tras vez en su camino, y no era bueno. —Cariño, deberíamos irnos —habló Calvin siguiendo con el juego. Ethan expiró, allí es donde se daba cuenta de que ellos sí estaban saliendo. Puede que hasta ya habían formalizado la relación, porque estaba esa niña que no lo dejaba de ver, a quién el hombre le sostenía la mano. —Amor, solo espérame un momento —emitió para que se alejara con la pequeña. Solo entonces, cuando se encontraron a solas Luna se aproximó a su exmarido, y nunca bajó la cabeza, tampoco mostró algún vestigio de inseguridad, ella se manejaba sin problema. —Es una coincidencia —pronunció subiendo los hombros, con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. —¿Quién te crees para dirigirme la palabra? Hace mucho tiempo que lo que sea que tuvimos se acabó, te pediré que te mantengas alejado de mí y de mi familia.—Te casaste y tuviste una hija, debería aplaudirte, al final te olvidaste
—¡Lo odio! ¡Maldita sea! —gritó con toda la ira del mundo mientras tomaba esa ducha, recargó la cabeza de los azulejos, tratando de calmarse un poco, pero no lo consiguió, a esa alturas el nivel de enojo creció voraz —. ¿¡Por qué cuando todo estaba bien tuviste que aparecer en mi vida!?Seguido de la rabia, el llanto comenzó. Nunca antes tomó una ducha tan tarde, pero allí estaba cuando casi el reloj marcaba las tres de la madrugada, debajo de la cascada. Creyendo estúpidamente qué un baño arreglaría el asunto de su insomnio. Ese hombre no había cambiado, los años solo lo volvieron un ser peor, un cínico y atrevido por quién no debió sentir ni la más tontas de las emociones. —¿Mamá? —tocó la puerta. Era su hija. Pero ella no la escuchó, solamente cuando salió el baño envuelta en una toalla se dio cuenta de que estaba ahí, despierta a esa hora. —¿Puedo saber cómo no duermes? Digo...—He tenido un mal sueño que me dio mucho miedo, ahora no puedo dormir —admitió haciendo un puchero
—Ella es Caroline, mi prometida. Espero que a partir de ahora dejen de buscarme una mujer con la que deba casarme, ya no es necesario, ella es la que elegí y lo único que quiero es que respeten mi decisión, ya soy un adulto.Su madre era la que más impactada se encontraba, ya que la mujer que su hijo les estaba presentando, ni siquiera se veía como la adecuada, ella no era lo que ellos querían para él. —¿La misma chica del escándalo? No comprendo cómo es que ella puede ser la chica con la que te has comprometido, es tan corriente —expresó su madre inconforme con la idea de que esa fuera la mejor opción, estaba bastante sorprendida. Caroline suspiró y miró el anillo de compromiso que hace algunas horas atrás el millonario le había entregado para darle más credibilidad a todo el asunto. No importa si debía esforzarse más, pues la cantidad de dinero que se le dio para que fingiera ser la prometida de Ethan, porque al final sus progenitores eran complicados, lo valía. La chica puso l
Días después...—¡Es una locura! —Mariola debes guardar la calma, ¿acaso no era solamente el dinero lo que querías conseguir de ese hombre? sabes que es un tipo que no toma en serio a ninguna mujer, no entiendo cómo es que has creído que contigo sería diferente. ¿No puedes entenderlo? —No te metas, se supone que te lo estoy contando para que me ayudes, no para que me hagas sentir peor —declaró suspirando —. Deberías irte si no me serás de ayuda. Ciertamente la italiana tenía como objetivo conseguir mucho dinero, pero también quería algo más, como volver a estar con él. Sacarse la lotería al conquistarlo, pero esos tabloides le quitaban la esperanza. Tal vez haberle dicho que perdió el bebé fue estúpido, debió aprovecharse de la situación y seguir adelante. Solo fue por lo seguro: el dinero. No tenía idea de cómo pudo haber resultado si lo hiciera de otra manera. (...) Luna negó con la cabeza al ver las noticias. ¿Cómo es que Ethan tenía una prometida? Si eso era cierto, entonce
Enfundado en un traje azul que le sentaba de maravilla, cabello prolijo y exudando seguridad a la distancia, llegaba el CEO portando una sonrisa vanidosa y soberbia, su caminar firme, sus ojos apuntando a su dirección. ¡¿Cómo demonios podría no flaquear ante el espécimen de hombre que caminaba a su dirección? Tal vez por eso lo odiaba tanto. Porque a pesar de todo el infierno que le tocó vivir al lado de ese sujeto, seguía sintiendo cosas por ese sujeto a quien solo le tenía que dedicar odio, no algún otro sentimiento bonito. Ethan estaba allí junto a su padre, ambos en poco tiempo estarían reunidos para discutir sobre ese nuevo proyecto en conjunto. La chica que olvidó algo en su oficina intentó ir a por ello en ese momento, de ninguna manera pretendía huir de su exmarido. Warren saludó a ambos y llamó a su hija, a nada de partir. Luna apretó los párpados con fuerza antes de girar sobre sus talones y acercarse a regañadientes. Pero quitó la mala cara. No podía sacarse de la ment
Se lo sacó de encima, una vez recuperó el raciocinio y supo que ese idiota se estaba aprovechando de ella. Lo había empujado fuertemente por el pecho, odiando que tuviera el atrevimiento de besarla. —¡¿Qué mierda crees que estás haciendo?! —rugió envalentonada, incluso su tez se volvió carmesí debido a la ira que la dominaba. Se pasó una mano por la boca, intentando limpiarse. El hombre como un estúpido solo deslizó una sonrisa como si nada, algo que a ella le molestó mucho. Él era un completo cretino. —¿Lo vas a seguir negando? Nada ha cambiado, salvo esta falsa forma de ser, pero yo sigo viendo a la inocente Luna. ¿Piensas en mí cuando tu noviecito o esposo te besa? —lanzó con una lobuna sonrisa. Boquiabierta, arrugando el ceño y dispuesta a darle otra bofetada, se encontró nuevamente encarcelada por ese tipo. Acorrolada contra la pared del elevador. En la cajuela seguían, todavía no llegaban al piso. Lo peor de todo es que era su elevador privado y terminarían en su despacho.