INICIAMOS JAJAJA POR FAVOR APOYEN BASTANTE MIS AMORES
—¡Tengo miedo!— La niña empieza a jugar con sus manos. —Yo te cuido, no temas—, la toma de la mano tal como se lo indicó el doctor. Lia sufre de una enfermedad: trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Para Archie fue sumamente extraño el comportamiento de Lia, por eso la llevó a la clínica Villarreal y le diagnosticaron esa enfermedad, que posiblemente se ha desarrollado por el encierro y rechazo de los padres. Ellos han creado traumas en la niña, y por esa razón a ella le cuesta prestar atención, controlar los impulsos y mantener la calma. Por esa razón, la ayuda de un profesional ha sido fundamental, además de los medicamentos y ese amor que le da la señora Mercedes. —¿No estás molesto?— le pregunta con ternura. Archie sonríe. Ella lo hace sentir bien, y en este poco tiempo ha aprendido mucho de Lia. —No lo soy, princesa, te lo juro—, suelta de la mano para acariciarle el rostro. —¿Quieres un helado?— Ella asiente con la cabeza, y Archie deja de acariciarla. Por lo
—No me importa— le responde con frialdad y Alonso se asombra aún más. —¡Espera…! Creo que es escuchado mal. —Para nada — sonríe —. No me importa y tema cerrado, ahora a trabajar—. Le guiña el ojo y él parpadea varias veces. —Donde yo fuera hombre, bueno hombre soy— se ríe—. Me refiero que si las mujeres me gustaran, ya estaría a tus pies, querida. Al final, los hombres les gusta que los traten mal y los ignoren. Hay, si los tiene uno comiendo de la mano—. Se encoge de hombros —. Bien—. Eleva sus manos y mueve sus dedos —. Mi momento ha llegado, vamos a hacer una imagen que diga soy una DAMAPUTIS. —Alonso… —No, no, déjame a mí. Quiero que todos los hombres babeen por ti—. Alonso se emociona tanto que empieza a llamar a sus colegas haciendo pedidos excesivos y ella no tuvo opción que dejarlo mientras se dispone a estudiar francés. . —¿Y bien?— Archie está en su despacho aún, ha estado trabajando sin parar, pero su escolta ha llegado para darle información. —Señor, le teng
Esteban no le presta atención a Alonso, ya que le parece que es demasiado extrovertido. Se dispone a comer, disfruta de las pastas chinas, cuando escucha a Alonso decir con emoción . —¡Madre mía…!—¿Ahora que?— esteban le pregunta sin alzar su mirada para no darle importancia —mira, mira lo que tienes enfrenteEsteban con arrogancia lo hace y el tenedor cae inmediatamente sobre su cubo de pastas al ver a Kiara acomodando las tiras de la lencería color negra. —cuidado y se te sale la baba— murmura Alonso lleno de maldad—¿Y bien… como me queda?— pregunta al mirarlos y ver que la están mirando, obviamente ella esta algo avergonzada, pero lo que sí es cierto es que debe tener confianza en sí misma —creo que me queda algo ajustado— acomoda la parte de sus pechos y Nguyen no ha podido pronunciar palabra. Sus labios esta entreabiertos —¡Te queda perfecto!— Alonso está emocionado —¿Cierto abogado?— con su codo le golpea el brazo Nguyen está sorprendido, no sabía que Kiara escondiera tant
—Te dije que la empleada organizaba todo mañana—. Esteban le ayuda a recoger lo último que falta. Son más de las 11 de la noche y Kiara siente que no puede dar ni un paso más. —No puedo irme a dormir sabiendo que estaba ese desorden. Lo importante es que ya tengo lo que supuestamente una chica necesita—. Suelta un largo suspiro y se desploma en el sillón. —Debo admitir que Alonso es un profesional, pero insoportable—. También se desploma sobre el sillón. —Gracias, Esteban, gracias por tu paciencia y todo lo que has hecho por mí. Eres como mi hermano mayor, quien me cuida y me protege—. —Claro…—. Murmura y hace silencio, quedando pensativo. —¿Dije algo malo?—. Kiara lo mira con intriga y, a la vez, preocupada porque siente que fue muy lejos al decir que es como un hermano. No sabe si él también la ve así o si todo sigue siendo parte de su trabajo. —No… me parece bien que me veas de esa forma. Bien, mañana es un día importante. Tengo un caso por cerrar y, si lo hago, los Nguyen seg
—Kiara…— está sorprendido, la encontró por fin y ahora no sabe ni qué hacer, lo tiene sin palabras. —Señorita Watson—, Jason la saluda, estaba preocupado por ella. —Esteban— se acerca a él y se coloca a su lado derecho, quedando frente a Villarreal. —¿Te encuentras bien?— le pregunta sin dejar de mirar a Archie con rivalidad. —Descuida, no tienes de qué preocuparte, preciosa—. Él siempre llama a Kiara por su nombre, pero esta ocasión lo amerita. —¡Vete, Villarreal! ¡No tienes absolutamente nada que hacer aquí!— Archie la mira perplejamente, no puede creer que ella sea Kiara. —¿Acaso estás sordo? ¡Largo de aquí!— Señala la salida. —¡Ahorra tu pérdida de tiempo en buscarme! ¡Porque no me interesa hablar con usted, no me interesa, señor Villarreal! —Kiara—. Intenta acercarse, pero Nguyen no se lo permite. —Tienes que hablar—. Se concentra en ella aunque quiere partirle la cara al abogado. —Hablemos a solas, solo dame cinco minutos. —¡No! No me interesa hablar con usted, así qu
Clinica Villarreal. —¡Por fin llegas!— exclama el señor Watson, que ya odia con toda su alma a Archie luego de haberle hecho perder la empresa. —¡Cállate, recuerden que si estoy aquí es por mi hijo, ustedes no me importan!— Archie no los soporta, los detesta y por eso es tan arrogante con la familia Watson, y mucho más luego de la confesión de Kiara. —¿Cómo puedes ser tan cruel?— Samantha le pregunta con altivez. —¡Somos familia! Ese niño nos une y aunque no esté de acuerdo, nos unirá siempre. —¡Familia de la señorita Cloe Watson!— El doctor se acerca y, al ver a Archie Villarreal, se dirige a él. —Señor Villarreal—, le saluda con mucho respeto. —¿Cómo está mi hijo?— Su pregunta es directa y Samantha rodea los ojos porque ni siquiera pregunta por Cloe. —Señor…— Suspira. —Le estamos haciendo estudios. Al parecer, la señorita bebió algo que es para abortar. —¿¡Qué mierdas me estás diciendo!?— Villarreal, en un dos por tres, se le subió la sangre a la cabeza. —¡Estás demen
—¿Has visto las noticias? —pregunta Esteban, mientras observa cómo la empleada les sirve el desayuno. —Sí —responde Kiara sin tanta importancia. Hoy tiene clases de diseño y está volviendo a repasar el tema visto en la clase anterior para que, cuando su profesor le pregunte, ella pueda responder de manera correcta. Con una mano sostiene su tableta último modelo y con la otra tiene elevada la taza de café a la altura de su boca. —¿Y qué te parece ese atentado? —Nguyen necesita saber la opinión de Watson. —¿Por qué tu interés? —Deja la tableta a un lado. La sirvienta sirve el desayuno y se retira. —Sé que es un tema delicado para ti, pero siendo honesto, deseo saber lo que piensas —se dispone a desayunar. —Esteban, de cloe, cualquier cosa se puede esperar, pero… sé que ella y su familia no son tontos, no perderían a ese bebé por nada del mundo, así que es difícil saber la verdad. Y por otro lado… cuando viví en la mansión con Villarreal, hicieron un atentado donde fui la perjud
—¿Qué tanto te importa Kiara Watson?— pregunta su madre con mucha seriedad y Archie mira a su padre negando con la cabeza. —Hijo, es imposible ocultarle algo a tu madre, sabes lo astuta que es— le explica Maskyn —no te lo comente porque no era el momento, hijo. —¿Y cuando era el momento, padre? Ella está con Nguyen, ¡Kiara me odia! Si las hubieras visto. Su mirada me confunde y yo… ¡joder estoy muy estresado! Me voy a casa, tengo que organizarme para irme a trabajar. —Deberías descansar— le aconseja Maskyn. —No lo necesito, lo que más deseo es tener la mente ocupada, me marcho— dijo con desánimo. —¡Archie, te hice una pregunta! —Sabes que de mí no lo escucharás, pero si tanto me conoces, te das cuenta de que por dentro estoy hecho mierda— al decir eso con un enorme dolor en su corazón, se marcha sin mirar atrás. —Hijo…— Johana se preocupa e intenta detenerlo, pero su esposo le dice: —Déjalo, mi amor, él necesita estar solo, yo sí lo entiendo. Ojalá que no me odie. Lo hi