El domingo caminaron por la playa, entre juegos y caricias no se regresaron ese día, querían apreciar el amanecer desde la orilla de la playa.En la madrugada salieron de la casa tomados de la mano y volvieron a la playa, sentados en una gran roca aparecieron las primeras luces visibles antes la salida del sol por el horizonte de mar.Regresaron a la mansión cansada, Lindsey al pisar la casa subió directo a la habitación y se arrojó a la cama.—No voy a la empresa, Freed que se encargara de ella, mi esposa me dejó agotado —susurró con ironía lanzándose en la cama junto a ella.—Ahora yo soy la culpable de mi insaciable esposo, mejor déjame dormir —se acomodó en su pecho, mientras cerraba los ojos.Luego de varias horas de descanso se despertaron hambrientos, salieron de la habitación directo a la cocina en busca de comida, estaban en el comedor cuando escucharon a una mujer hablar, se levantaron de la mesa y caminaron hacia la puerta de la entrada.—Buenas tardes, Kyle lamento venir a
Lindsey se encontraba en su habitación llorando a mares, recordó la última vez que lo hizo de esa manera. «Fue cuando conoció la maldad en manos de su padre aun siendo niña». No podía creer que el hombre que le hizo olvidar su pasado y le enseñaba amar fuera el mismo que destruyera ese amor en un día, «como pudo engañarme con Catrina y con hijo incluido» estaba molesta consigo misma por estar enamorada hasta los huesos por él, quería parar de llorar y ser fuerte, pero sus lágrimas salían solas como cascadas en un río sin fondo, la tristeza se apoderó de su corazón y se preguntaba.«¿Ahora qué hago? ¿Para dónde agarro? Poco duró mi matrimonio feliz, ¡eres patética Lin! Ahora van a pasar al club de las mujeres engañadas, divorciadas y solas».Mientras Kyle continuaba en su despacho con las manos en la cabeza meditando «vi la decepción en sus ojos, No puedo perderla. ¡Ay dios! ¿Ahora que le digo a Lin?, ¡Catrina! ¿Por qué destruiste mi vida?, si resulta cierto que está embarazada como h
Kyle estaba callado, no tenía ninguna expresión, no sabía la tormenta que se avecina con su esposa y su abuelo.Catrina salió del baño, se recostó en la camilla, la doctora le colocó gel en la barriga y activó el sonido del aparato.—Lo que escuchan es el sonido del corazón —señalando la pantalla le explicó—. Este punto que ven acá es el bebé, confirmado con los exámenes, tiene cuatro semanas y dos días de gestación.—Viste mi amor, allí está nuestro bebé, qué hermoso es saber que pronto estará con nosotros.Kyle vio la pantalla y el corazón se le aceleró, no podía creer que pronto sería papá, debería ser la mejor noticia de su vida, pero en estos momentos es la peor que su mente puede procesar, por dentro se decía «perdóname bebe por no sentir emoción por tu llegada».La doctora agarró un rollo de papel suave y se lo pasó por la barriga a Catrina, para indicarle.—Puede cambiarse señora, mientras le anotó las indicaciones y las vitaminas que tiene que tomar.Catrina se sentó frente a
Kyle empapado, observó cada movimiento que ella hizo, lo estaba ignorando, se posicionó detrás de ella y vociferó. —¡Amor!, por favor háblame, grítame, dime algo, no soporto que me sigas ignorando. Lindsey se colocó frente a él y con tranquilidad manifestó. —Mañana me voy de tu casa, un abogado te va a traer los papeles del divorcio para que los firmes. Kyle se pasó las manos por la cabeza, desesperado empezó a caminar de un lado a otro, su mayor temor se estaba haciendo realidad, exclamó perturbado. —¡No mi amor! No nos podemos divorciar, por favor no, no te voy a dar el divorcio, tú eres mía. —En la mesa están las pruebas de tu infidelidad, me imagino que tu amante me las mandó de regalo a mi trabajo, solo con esas fotos un juez nos otorga el divorcio, no te preocupes, no quiero nada de ti, solo me llevaré mis cosas. Kyle se acercó a la mesa y tomó las fotos, temblando ojeó una por una, en las fotos aparecía con Catrina desde que estaba en el evento hasta que entró a su habita
Meses antes Lindsey había averiguado donde estaba viviendo su abuela materna, ella estaba próxima a visitarla, pero el viaje se adelantó.Al llegar Aeropuerto de Peretola, tomó un taxi a las afueras de Florencia, el taxista la dejó en la dirección que ella le indicó, una anciana de unos 75 años la estaba esperando en la entrada de la villa.—¡Abuela! ¿Eres tú? —ella reconoció a la señora de cabellera blanca.—Mi nieta adorada, ¿No les vas a dar un abrazo a esta pobre anciana?Lindsey corrió a los brazos de su abuela, estaba emocionada de verla después de muchos años, pudo sentir las caricias de ella en su cabello y ese perfume a Jazmín llenó sus fosas nasales recordandole a su madre.—¡Abu! ¿Pensé que te habías olvidado de mí?—Claro que no mi niña, te he extrañado tanto como a tu mamá. Cómo añoraba muchas veces acariciar tu cabello.—Te extrañé mucho abu, no sabes lo bien que me reconforta estar entre tus brazos como cuando era niña —susurró mientras derramaba unas lágrimas sobre el
Catrina está petrificada, es la primera vez que él la maltrataba, sollozando, le gritó.—¿Cómo le puedes creer a tu abuelo? Si nuestro niño tiene apenas un día de nacido, esas pruebas de ADN tardan semanas para entregar los resultados, tu abuelo nunca me quiso en su familia y va a buscar la manera de desprestigiarme.Con los ojos entrecerrados, el anciano miraba la escena.—¡Catrina! Con dinero se puede agilizar las cosas, Kyle si deseas puedes mandar hacer nuevamente la prueba de ADN aquí o en cualquier laboratorio, mi querido nieto antes de hacer esta prueba, yo hice una serie de investigaciones, te sorprendería al saber quién es el padre de ese niño.Kyle, enfurecido, echó un vistazo a su abuelo.—¿Suelta de una vez lo que tengas que decir?—El padre de ese niño es tu primo Maximiliano, esa semana en París se hospedó en el mismo hotel que tú, después que esta arpía salió de tu habitación, se dirigió al bar de ese mismo hotel y se encontró al mujeriego de Maximiliano, el tiempo que
Lindsey en poco tiempo se había convertido en una reconocida diseñadora de la ciudad, era solicitada por las novias de la región para que diseñara sus vestidos de novias y los de las damas de honor. Dos meses después, Lindsey se encontraba en su taller dándole los últimos retoques a un vestido de novia que iba a ser enviado a una de las casas de moda más reconocidas en Florencia. —¿Viste la hora que es y nos has almorzado? —con los brazos cruzados refunfuñó su asistente. —Isa ya termines de dar los últimos retoques al vestido que se debe enviar hoy mismo a la señora Magnolia —sonriendo se levantó con dificultad, ya que su pronunciado vientre a duras penas la dejaba trabajar—. Te estaba esperando para que me acompañaras a comer, se me antojo un rico espagueti a la carbonara, con una deliciosa malteada de chocolate. Isa, dando pasos cortos, se acercó a su jefa y le ofreció el brazo, regañandola le expresó. —¡Lin! Tienes que alimentarte bien, no puedes pasarte de la hora de comer. H
Lindsey estaba observando dormir a los trillizos en la cuna, ya habían pasado tres meses desde su nacimiento. —Lin, vamos a la sala de descanso, es hora de que tú y yo tengamos una conversación sobre Lina. Lindsey se intranquiliza, meses atrás había querido hablar con su abuela sobre su madre, pero con lo del embarazo ese tema había quedado en el olvido, tomó la mano de la anciana y se dirigieron a la sala de descanso, se sentaron juntas frente a frente. —Mi niña lo que te voy a contar, tómalo con calma, una parte me lo contó tu madre y otras son investigaciones que hice en su momento. —Está bien, yo también estaba por preguntarte sobre mi madre y ¿por qué mi padre me odia tanto? —Quiero que sepas que tu madre no murió por una enfermedad, a ella la mataron y la empresa textil Rose S.A., y la mansión que era de tu madre te pertenece. Lindsey al escuchar que a su madre la mataron se congeló de inmediato, sin comprender del todo lo que acababa de oír, una palabra solo pudo salir de