-Vámonos, hija, tu mami debe estar buscándonos! - le dijo Linda a su nieta, quien se encontraba triste.Al igual que Dayan, Linda también tomó a la niña de la mano y casi arrastras se la llevó, no le prestó mucha atención, ya que iba mirando la bolsa de medicamentos que llevaba, para sus complicaciones de salud.Al llegar a casa, abuela y nieta discutían, puesto que la niña estaba llorando. Valentina estaba preparando la comida muy entretenida en la cocina cuando escuchó a las dos.- Mamá, ¿qué sucede?- ¡Linda, está que lloriquea por todo, no sé qué tiene!. Al ver a la niña de inmediato, Valentina supo de quién se trataba.- ¡Susan! ¿Porque estás aquí? Mamá ¿dónde está, Linda? La madre de Valentina miraba a su hija de forma extraña, le preguntaba sobre la pequeña y la niña se encontraba ahí, justo al frente de ella. Al darse cuenta de que su madre no sabía nada de las dos niñas, intentó tranquilizarse. - Susan, ¿viste a Linda, la dueña de este unicornio?, la niña asintió con la cabez
El Dr. Augusto se estaba sintiendo terrible, no le gustaba ver sufrir a Valentina, menos que llorará por su culpa. Tenía que saber toda la verdad, lo que no entendía era porque el examen de ADN, hecho por Dayan, demostraba parentesco con las niñas. Había dejado a Valentina muy mal, por las palabras que le dijo, ahora ella estaba pensando que él no le creía y que le quitaría las niñas. La culpa que sentía en este momento, lo estaba torturando, si ella supiera que mientras lloraba, él deseaba abrazarla y limpiar sus lágrimas, la amaba por sobre todas las cosas y ella parecía no darse cuenta. Además, las palabras que dijo de - ¡Lo odio, Dr., lo odio! ¡Qué fuerte sonaron!No perdería tiempo, tenía que saber toda la verdad acerca de las niñas y para esto fue hasta la clínica, ahí tenían que decirle la verdad acerca de la inseminación y con el permiso de quien se había hecho ese tratamiento a Valentina. Lo que, si le enojaba, era que ella no confiaba lo suficiente en él, ya que desde un pr
La llegada de Valentina al apartamento, estar con su madre y sus dos hijas, la llenaron de mucha felicidad. Llevaba años queriendo estar así, pero la felicidad no estaba del todo completa, faltaba su padre, ya le habían dado información de dónde podía estar, y tenía que, después de buscar una casa, para poder instalarse, dedicarle tiempo a la búsqueda de su padre. Necesitaba que su felicidad porfía fuera completa.Martha conocía este apartamento donde se estaba quedando Valentina y su familia, y le preguntó la razón por la cual vivía aquí. Ella, aunque no del todo sincera, le dijo que había una persona que no la quería del todo, y le estaba causando mucho daño a ella y a su familia.La llegada de Valentina al apartamento, estar con su madre y sus dos hijas, la llenaron de mucha felicidad. Llevaba años queriendo estar así, pero la felicidad no estaba del todo completa, faltaba su padre, ya le habían dado información de dónde podía estar y, tenía que, después de buscar una casa, para po
La tristeza de Esmeralda también afectaba a Augusto, verla tan sola, tan desvalida, se mantenía ocupada cuidando del jardín, a sus mascotas, en ayudar a limpiar la casa, le decía a su hijo que quería estar al lado de su pequeña nieta, pero Augusto no sabía cómo reaccionaría al saber que no era solo una, sino dos. Ya no le daría más vueltas a este asunto y decidió llevar a su madre hasta la casa de Valentina, allí le diría la verdad.Linda, fue a abrir la puerta al escuchar el timbre, se encontró al Dr. Augusto acompañado de una mujer muy elegante, ella los invitó a seguir. En ese momento, una de las niñas corrió a acompañar a su abuela, pero al ver a los recién llegados, se detuvo. Esmeralda, al ver a su nieta, corrió a abrazarla, pero la niña se escondió detrás de Linda.- ¿Qué sucede contigo, mi amor? ¡Soy tu abuela, Esmeralda! - Augusto se dio cuenta de que la niña, no era Susan, y decidió atraerla para que abrazara a la que también era su abuela.- ¡Mi amor, ven, ella es tu abuela
Augusto llevó a su madre hasta la casa, Esmeralda durante el recorrido no hizo otra cosa que llorar,- ¡Le hicimos mucho daño a Valentina, me entristece pensar cuánto sufrió ella y mis niñas!- ¡Madre, ya eso quedó en el pasado, las tres están felices, te prometo cuidarlas y protegerlas, el resto de vida que me quede! Y… ¿Cómo sabes que amo a Valentina? - ¡Por qué te la quedas mirando como idiota!- ¿Soy tan obvio?- ¡Si, demasiado! Esmeralda al llegar a casa, comenzó a llorar nuevamente, se sentía sola y vacía, en esta casa ya no había alegría, ni risas, era como estar solo en el mundo, así no se puede vivir.Augusto se fue directo a la ducha, pensar en Valentina, de día y de noche, era más que una tortura. Necesitaba sacar esa carga que llevaba encima, con solo verla, deseaba tenerla, hacerla suya de una y mil maneras. Tomó un largo baño, en su mente estaba ella y la disfrutó como quiso, como lo hicieron la primera vez que se entregaron el uno al otro, pero, esto solo le hacía daño,
Dayan, no podía creer lo que había visto, a Augusto se le notaba el amor por esa joven, y para rematar, ella era la madre de las niñas, García se había equivocado en todo y, el destino los había juntado como por arte de magia, todo lo estaba perdiendo y la única culpable era ella, por confiada y jugar con los sentimientos de un buen hombre como Augusto.- ¡No acepto un no, como respuesta, Dra. ¡Esta noche usted y yo saldremos y nos divertiremos! - Dijo Augusto con una amplia sonrisa.- Pero, las niñas, ¿quién cuidará de ellas?- ¡Por eso no se preocupe, aquí está mi mamá, su mamá y la abuela Martha! Además, ya está instalado el sistema de seguridad y puede ver todo desde el móvil, todo estará bien. Ella, ya más confiada, se dedicó a buscar un vestido de acuerdo a la ocasión, quería impresionar al Dr. y sobre todo verse hermosa.Por fin escogió uno que le quedó a la perfección, ajustado y que realzaba su figura, color rojo pasión, y tacones plateados, recogió su cabello en una coleta y
Valentina estaba tomando una ducha tibia, al terminar buscó algo que pudiera ayudar a tapar su desnudez, solo encontró una bata, Augusto se levantó y se colocó sus ropas, saldría a comprar algo de comer, necesitaban reponer las fuerzas que habían perdido en tan deliciosa faena de la entrega total.- No tardo, voy por algo de comer, necesita que le traiga algo, a la mujer que me ha hecho el hombre más feliz de la tierra. - dijo Augusto besándola apasionadamente.- ¡No tengo nada para ponerme, usted rompió mi vestido!- La quiero sin ropa, la quiero así, permítame observarla y disfrutarla toda.Augusto salió del apartamento, prometió no tardar y estar nuevamente con ella. Valentina, en verdad deseaba cubrir su cuerpo, no le gustaba estar así, se sentía vulnerable estando sin ropa.Mientras él regresaba decidió recoger y organizar todo, hizo una llamada a su madre, y quedó mucho más tranquila al saber que todo estaba bien.Se estaba quedando dormida, cuando escuchó ruidos en la puerta, p
La llegada de Carolina y Sebastián, a la ciudad, alegraron a Augusto, este sería el perfecto distractor para olvidarse un poco de lo que Valentina no quería decirle. Los recibió en su casa, ellos notaron la ausencia de Susan y de Esmeralda.- Han pasado muchas cosas, desde la última vez que estuvieron en la ciudad. - dijo Augusto, mientras cenaba con sus hijos.- ¡Esta casa se siente vacía sin las risas de Susan y los regaños de la abuela!- Dijo Carolina. - ¡Susan y mi madre, están en casa de Valentina!- ¿Por qué en casa de Valentina? - preguntó Sebastián.- ¡Porque... Valentina es la madre de Susan! -Para Sebastián y Carolina, esto pareció ser un mal chiste de su padre.- ¿Pero y… Dayan? -Continuaba preguntando Sebastián.- ¡Dayan, me engañó, primero dijo que se inseminaría, luego que ya estaba embarazada y resulta que García, alquiló un vientre y resultó que esa mujer a la que inseminaron, fue a Valentina!- ¿Por qué Valentina haría