CAPÍTULO SESENTA Y OCHO: NUEVO CICLO Cuando finalmente llegó el auto en la casa, justo donde todos se detenían, Yahir salió corriendo para adentrarse en la casa y de ahí, subir las escaleras de manera inmediata.Una vez más solo risas llegaron a los oídos de Yahir, entonces de esa manera fue capaz de darse cuenta que María Eugenia no se sentía tan mal como el abuelo le había dicho. Ella simplemente estaba disfrutando de la vida que no tuvo en el convento, ella simplemente estaba disfrutando de toda aquella vida que mantuvo oculta en el interior.Poco a poco, queriendo oír atentamente lo que ellos decían o lo que le hacían decir a María Eugenia pero entre todo eso, solo supo entender que María Eugenia no estaba hablando. En ese momento fue cuando Yahir dio un paso más adelante solo para querer ver lo que estaba pasando ahí.Y fue en ese momento en que los bellos ojos de Yahir dieron con la imagen más hermosa, incluso si no lo era para su corazón porque frente a él estaba Rodrigo, p
CAPÍTULO SESENTA Y NUEVE: LAS NUEVAS ETAPAS DE LA VIDADesde que María Eugenia entró a trabajar en la empresa del señor Ferrer habían pasado 2 semanas ya. Mismas en la que sus días no eran del todo malos trabajando con Yahir.-Ahh..-suspiró- estoy aburrida- acostándose sobre la mesa miraba el cielo que podía ver gracias a la ventana que tenía en frente.Con una mirada triste miraba las nubes pasar, como si de alguna manera dejará de existir el mundo y no existiera nada más que el cielo para ella. Sumergida en sus pensamientos el celular de su escritorio sonó haciendo que se sobresaltara.-¡Ah!- Gritó- ¿Bueno?- Respondió algo nerviosa el teléfono.-¿Puede comunicarse con el señor Ferrer?-¿Tiene alguna cita previa con el?- Siguió preguntando María Eugenia.-Solo localizame con el nieto del señor Ferrer- Con una voz molesta le habló la mujer al otro de la llamada.-¿No quería ver al señor Ferrer?-¿Que clase de secretaría eres para interrogarme?-¡oh, lo siento!Antes que dijera más co
CAPÍTULO SETENTA: MIRADAS INNECESARIAS Esa misma tarde en la cual su abuelo le había ordenado que fuera a la empresa con Maria Eugenia Yahir se encontraba ya en la empresa. -Que aburrido es esto…- Mirando unos papeles que estaban en su escritorio resoplaba aburrido-Mientras él leía con aburrimiento los papeles que tenía enfrente tocaron la puerta de su oficina.-Adelante. - Habló Yahir.-Oh, ya estás aquí- Le habló Rodrigo cerrando la puerta detrás de él mientras le daba un sorbo a su café. -¿Que tienes ahí?- Le preguntó Yahir al ver un folder de papeles. -No es nada importante, solo algunos asuntos y contratos que tienes que revisar. Por favor hazlo lo más rápido posible los necesito.- Sin voltear a verlo miraba detenidamente las hojas que tenia en su mano izquierda. -Solo firmarlos y ya como lo haces a diario.Cuando Yahir le iba a preguntar qué es lo que pasaba con él y del por que ya no eran tan cercanos el sonido de una notificación se escucho.-Oh, esto es increíble.- Mira
CAPÍTULO SETENTA Y UNO: MUERTE Y DELIRIO Los dos se miraban fijamente, la tensión en el ambiente era tanta que incluso los trabajadores la podían sentir a través de las puertas de las cuales todos se encontraban escuchando.-Oye ¿Quién es ella?- Pregunto una mujer-¿Que? ¿No la conoces? Es una de las modelos más famosas de la moda.- Le respondió un hombro susurrando.-¿Que no conocen al jefe? Solo sale con modelos.-Oye deja de decir eso en voz alta- Le regaño un hombre que le enseñaba con la mirada en donde estaba Maria Eugenia. -¿Que están haciendo?- Preguntó Rodrigo con un tono autoritario al ver lo que estaban haciendo. -¡Jefe!- Al escuchar su voz se incorporó rápidamente.-Yo solo buscaba esto por aqui..- Mintió una de las secretarías mostrándole un bolígrafo. -Justo ahora ya íbamos a hacer nuestros deberes jefe- Le respondía mientras caminaba a su escritorio. -No me importa quien este allá dentro, tampoco me importa si ya han terminado su trabajo siempre y cuando no afect
CAPÍTULO SESENTA Y DOS: DESTINOS DIFERENTESY con aquellas reconfortantes palabras las lagrimas de Maria Eugenia desaparecieron. Su corazón se sentía menos pasado, como si una carga le hubieran quitado de encima.-¿Tienes hambre?- La pregunto Rodrigo sin voltear a verla.-A veces en la iglesia me tocaba cocinar para distintas causas, aunque ahora ya no tengo esa oportunidad se que en un futuro volveré a hacerlo. Y cuando lo logre por favor ven a visitarnos.- Le miro con una sonrisa. -¿Por que es tan importante que te visite? Puedes olvidarme y listo.-Tenemos que ser agradecidos a quienes nos ayudan ¿Sabes? Por eso que me traigas a la iglesia es algo que te agradezco infinitamente. Ambos se encontraban sentados en una de las bancas de la iglesia mirando hacia enfrente, el ambiente era tan tranquilo que podían reír sin necesidad de preocuparse si alguien los escuchaba o no.-Jamás he sentido lo que es sentirse libre.Maria Eugenia lo volteó a ver algo intrigada ¿Cual era exactamente
CAPÍTULO SESENTA Y TRES: SENTIDO COMÚNEl tiempo parecía haber terminado, tenían que volver pues ya era noche. Rodrigo miró al cielo, pudo estar tranquilo al ver que esa noche no había señales de lluvia. De lo contrario seguramente ambos se enfermarian como la ultima vez.-¿Estas segura de querer ir caminando?- Le volvio a preguntar Rodrigo a Maria Eugenia. -¡Si! Aunque tengo un poco de hambre- Sacó de su pequeña bolsa su monedero.-¿Que haces?- Le pregunto Rodrigo al verla sacar su dinero.-Cuento mi dinero para ver si podemos comer algo.- Le respondió concentrada contando sus monedas.-No es necesario, yo pagare.-Siempre compras tú ¿No? Por favor dejame comprar algo.Sin necesidad de pelear Rodrigo aceptó la oferta de Maria Eugenia.-¿Y adonde iremos?- Le pregunto Rodrigo mirando los dos caminos que dividían la calle-Comamos en un puesto de comida cerca de aqui.-Bien.Ambos caminaban mientras Maria Eugenia hablaba sin parar de todo su pasado. Rodrigo de vez en cuando la volteab
CAPÍTULO SETENTA Y CUATRO: SECRETOS Después de algunos acontecimientos los 3 se dirigian a casa. El silencio era un poco incomodo pues nadie habia dicho una palabra desde lo que paso. -Aun ¿Quieres ir a casa caminando Maria Eugenia?- Le pregunto Rodrigo rompiendo el silencio a Maria Eugenia. Ella lo miro ilusionada, ya no tenia que preocuparse ya que el abuelo podia estar tranquilo sabiendo que estaba con Yahir.-No te preocupes por eso Rodrigo. Nos iremos en la camioneta- Le respondió Yahir.Rodrigo lo miro de reojo aun un poco molesto por lo sucedido.-Si en lugar de estar en tus absurdas citas con modelos pusieras más atención a Maria Eugenia entenderías.- Le respondió Rodrigo. Yahir se sentía un poco incómodo ante el tono de voz de Rodrigo. Seguía molesto por lo que había pasado, y hasta cierto punto tenia razón en estarlo pues no le pudo decir nada y solo lo comprometío en algo que el no estaba de acuerdo. -Está bien, podemos irnos en coche. El señor Ferrer está esperándonos
CAPÍTULO SETENTA Y CINCO: TERRIBLE DOLOR Ver esa escena ante sus ojos, ver a Rodrigo en esa situación hizo que su corazón doliera. ¿Como el hombre que la había ayudado en todo lo trataban así? ¿Por que cuando estaba con ella jamas se quejo? ¿Por qué el abuelo era tan duro con él? ¿Acaso no somos humanos y cometemos errores? ¿Por qué tratar a una buena persona de esa manera? Acaso ¿No era muy cruel eso?No podía decir nada solo estaba muy sorprendida por lo que veía pero su corazón le indicaba que hiciera algo. Pero…¿Una monja que puede hacer? No, no podía ponerse a pensar en cosas negativas tenía que ayudarlo de alguna manera.-¡Rodrigo!- Grito Maria Eugenia.Rodrigo volteo hacia donde había escuchado la voz de Maria Eugenia.-Maria Eugenia están de vuelta- Le habló con amabilidad el señor Ferrer. Maria Eugenia hizo caso omiso al llamado de el señor Ferrer para solo ponerse a recoger los papeles del suelo sin decir una sola palabra. -¿Qué es lo que haces?- Le preguntó Rodrigo mirán