CAPÍTULO CINCUENTA Y SEIS: LO QUE LLEVA LA VENGANZA EN SÍ Lo que poca gente entendía es que la gente que –a veces –está más ocupada de su físico, de los hombres que caza es la que más insegura es. Fue por eso que la mujer no evitó pensar que Yahir podía estar queriendo a esa de lentes y de estilo terrible. Por supuesto que no era así pero para la gente insegura, siempre, cualquier mirada, incluso si es por coincidencia, cualquier palabra, incluso si es solo para pedir información ya podía significar que él estaba perdido por ella. Algo que por supuesto no era así y que por supuesto, Rubí tenía claro en la mente. Yahir y ella habían cruzado miradas pero eso no significaba nada. Si ella lo sabía, ¿cómo era posible que la mujer bonita frente a ella pudiera desconfiar de esa manera? — ¿Te gusta? ¿Te gusta, Yahir Ferrer? —Preguntó ella riendo. —Dame mi diario. —Te hice una pregunta, ¿te gusta Yahir Ferrer?—Dame mi diario. — ¡Por supuesto! —Dijo ella arrancando la hoja y llevándose
CAPÍTULO CINCUENTA Y SIETE: PEQUEÑO ÁNGEL En la mansión de los Ferrer, justo donde todo parecía dormir simplemente, sin importar la hora. Había intentado hablar con Rodrigo pero él simplemente había apagado su teléfono, no le dijo nada, solo, lo último que hicieron fue pelear.Tantas cosas le hacían vuelta en la cabeza, ni siquiera sabía en qué era lo que se debía de concentrar, sus pensamientos lo estaban traicionando porque mientras intentaba pensar en la manera en la que su vida había cambiado, pasando de ser un hombre soltero a ser un hombre casado, inmediatamente el nombre y el rostro y la figura de aquella mujer le venía a la mente, sin más, como si la conociera, como si su mente intentara saber quiñen era ella.Esa mirada, esa familiaridad, todo de ella ya lo había visto pero, ¿dónde?Cansado, deshaciéndose de la corbata, subió a su habitación. Necesitaba tanto hablar con alguien, necesitaba a su primo pero eran siempre sus malditos impulsos los que ganaban y los que l
CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO: QUEDAN 95 DÍAS En el mismo bar de siempre y que más que ser un bar. Era un burdel, se encontraba aquella mujer de cabello despampanante, un vestido extremadamente pegado al cuerpo, dejando ver las piernas, el escote pronunciado. Era una mujer hermosa aún a pesar de la edad.Estela sonrió tan pronto como le dijeron que en una mesa de las del fondo le estaba esperando una antigua amiga. Llevando el ramo de flores secas en sus manos, fue hasta la mujer que estaba completamente cubierta. Cualquiera que la viera no imaginaría que esa mujer trabajó ahí y que bailó para todos los hombres ahí. —No puedo creer que estés aquí, la verdad es que pensé que ya no vendrías jamás —dijo Estela sentándose frente a ella.La mujer enfrente parecía triste, con la misma mirada triste que no se le había ido desde el momento en que tomaron a su hijo de ella.— ¿Cómo estás?—Bien, bien, mucho trabajo, eso es todo.—Me da gusto por ti.— ¿Y a ti cómo te va en la cafetería?—
CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE: CORAZÓN ERRADOEsa misma noche tanto como María Eugenia se encontraba intranquila por alguna razón Rodrigo también sentía el mismo sentimiento.La noche parecía interminable, el tiempo que se les había asignado para llegar se había acabado.-¿Puedes darme la hora- Le pregunto María Eugenia a Rodrigo con una voz algo nerviosa.-Prefiero no saber la hora para ser honesto. Con una mirada preocupada miraba el volante. Tal vez y desde el principio él tuvo que haberse organizado y de esa manera nada de eso hubiera pasado. No se arrepentía de llevarla a su tan amada iglesia pues pudo ver más a la verdadera María Eugenia, de hecho ella ni siquiera había tardado en comprar ropa, ambos habían compartido un momento juntos, él pudo probar el saber del helado y si al final tenía que recibir un duro castigo por parte del abuelo valdría la pena porque el también se divirtió. -Está lloviendo muy fuerte….- Susurro María Eugenia. Rodrigo miró a la ventana del lado izquier
CAPÍTULO SESENTA: UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE VIVIR Rodrigo se sorprendió con esas palabras. Al igual que Yair él también veía el dinero de una manera un poco frívola. Pero aun cuando el dinero puede llegar a ser frívolo hay personas que no lo ven de esa manera porque con tan solo el hecho de ganárselo a base de su esfuerzo hacen que por más pequeña que sea la cantidad lo valoren.-Ya veo…- Susurro Rodrigo. -¿Dijiste algo? - Le preguntó María Eugenia.-No, no dije nada.-¿Estás seguro?-No hagas tanto ruido Billy está durmiendo. Ella miro a Billy que dormía plácidamente en su regazo.-Es verdad que no me había dado cuenta- Susurro María Eugenia. Mientras el coche seguía su trayecto poco a poco se volvía más lento hasta el punto en que los dejo parados. María Eugenia se había quedado dormida junto a Billy recargada en la ventana.-¿Ahora que sucede?- Exclamó Rodrigo intentando encender el coche.Por más que intentaba no arrancaba era como si en el momento en que fuera a dar marcha v
CAPÍTULO SESENTA Y UNO: MIEDO A TI, MIEDO AL PASADOPor supuesto que Rodrigo había actuado como todo un caballero con María Eugenia, es solo que esperaba que todo eso lo hiciera Yahir con ella.—No veo nada de malo que Rodrigo la haya traído caminando, ¿qué quería, abuelo? ¿Qué se quedaran esperando hasta que nosotros nos diéramos cuenta que nos falta un auto? Rodrigo ha hecho bien las cosas así que en este momento pido que le ofrezcas una disculpa a mi primo, salvó a María Eugenia de quien sabe qué, yo no estuve ahí pero estuvo Rodrigo.—Pues debes de estar con ella porque al final, ella es tu esposa. —Dijo el señor Ferrer. María Eugenia y Rodrigo todo lo que podían hacer era mirar como ellos miraban. María Eugenia se sentían tan extraña, ella tampoco sentía que Rodrigo hubiera actuado mal con ella, él había hecho lo que Yahir seguramente hubiera dudado de hacer mil años.—Pídele una disculpa a Rodrigo, dile que lo lamentas porque lo que acaba de hacer, no tiene precio.El señor Fe
CAPÍTULO SESENTA Y DOS: SENTIMIENTOS ENCONTRADOS Sentándose en la silla giratoria, poco a poco volvió a respirar mientras a su mente llegaba un recuerdo, un recuerdo que nunca iba a dejar ir porque era por ese que Rodrigo estaba ahí. Esa tarde las puertas de ese mismo despacho se abrieron sin más. El señor Ferrer no evitó ver a la persona que entraba de esa manera tan agresiva, sin siquiera haber tocado la puerta. — ¿Qué es lo que ahora se te ofrece, Alessandro? —Preguntó su papá sin tomarle importancia a nada más que los documentos que tenía en la mano.— ¡En este momento me vas a explicar qué fue lo que pasó en el burdel!— ¿No te lo dijeron? —Finalmente el señor Ferrer volteó a ver a su hijo. — ¿No te has informado bien?— ¡Quiero que me digas que fue lo que le dijiste a Luz!—Bien, creo que nadie te ha dicho nada, más allá de que no quiero tener que saber de ese hijo tuyo.— ¿Qué es lo que pretendes, papá? ¿Por qué me haces esto? Ese niño que llegó al mundo es mi hijo y lo
CAPÍTULO SESENTA Y TRES: UNA VIDA A LADO DE TU ESPOSA En la recamara de Rodrigo, él ya salía del baño. Habían dado claras indicaciones de bajar a cenar, Rodrigo aun no estaba listo.Con la toalla enredada en la cintura, se miró al espejo. Había sido un día muy cansado, una día lleno de sorpresas, estando con ella, con la mujer que venía de un convento y a la misma que le había destruido la vida tanto como a él. Quizá era por eso que ellos lograrían llevarse bien siempre.Solo esperaba que María Eugenia estuviera bien con Yahir y que él no le reclamara nada. Ya suficiente tenía con tener que vivir esa vida. En menos de veinte minutos, Rodrigo ya estaba listo para la cena. Era extraño pero se sentía cansado, más de lo que debía, se sentía como si su cuerpo fuera a fallarle en cualquier momento, como si solo quisiera acostarse y no saber nada hasta el día siguiente.Frotándose los ojos, Rodrigo tomó fuerzas de donde no sabía que tenía y bajó las escaleras para encontrarse con la