Luego de la frase de Kurt, la mujer se quedó viéndolo, esbozó una sonrisa y luego se dirigió a uno de los hombres, habló muy bajito con él, para, seguidamente, salir de esa área dejándolo vigilado.Zak observó a través de las cámaras que la mujer caminó hasta la sala donde estaban los niños, habló c
Luego de calmar a Alanna quien se notaba bastante angustiada a través de la línea telefónica, ella lo puso en altavoz y él dio todos los datos de su ubicación, pasada una media hora tal como llegó, Kurt Hogdman salió de allí en helicóptero, donde estaba Carlos Luis a bordo quien fue a su encuentro a
Kurt, Alanna y Erin fueron directo a la habitación de Zak, el niño al verlos abrió los brazos, la primera en correr hacia ellos fue su hermanita, se estrecharon con cariño y mucho alivio. –Qué bueno que estás bien hermana. –Sí, me contaron que fuiste de mucha ayuda y te lo ag
A la mañana siguiente, Kurt despertó y al sentir el ligero peso del rostro de Alanna en su pecho sonrió, nunca antes se permitió permanecer con una mujer más tiempo del necesario para saciar sus instintos, pero el hecho de haber desarrollado sentimientos por Alanna le hacía reconocer la agradable se
Al ingresar al edificio que, generalmente está vacío los fines de semana, Diego Armando se fue a la sala de control de seguridad mientras Kurt y Carlos Luis tomaban el ascensor que los llevaría al piso de presidencia, salieron del aparato y Carlos Luis se desvió hacia el área donde estaba la fabulos
En la sala de control cerraron la llamada a la oficina de Kurt y Carlos Luis le preguntó a Douglas. –¿Es posible que Randall venga? –Voy a llamarlo, pero tardará unas horas, está en Las Vegas.Carlos Luis suspiró abatido, nuevamente en ascuas por una situación de la cual no t
En la oficina de Kurt, Violeta estaba perdiendo la paciencia, pero él también, así que él fue quien se alteró, de solo pensar en que Alanna y sus hijos estaban esperándolo para la cena especial de esa noche, la tolerancia la tiraba por la ventana. –¿Sabes qué Violeta?, no puedes retenerm
Alanna ya había sido conducida por Diego Armando hasta la mansión Gregg y, a petición del propio Conrad, tomó asiento en el recibidor donde le ofrecieron una copa de champaña. –Debí suponer que usted sería cómplice de lo que sea que estén planeando mis hijos con Kurt. Erin me hizo vestir