Alanna cerró los ojos y comenzó a narrar lo que esperaba que Kurt le hiciera, él tuvo que llevar su mano hasta su pantalón para frotarse un poco y sentir algo de alivio, mientras ella seguía hablando, hasta que lo último que le escuchó decir fue: –Quiero tu lengua dándome placer y tus de
Alanna despertó y se encontró sus brazos enredados con los de Kurt, estaba de espaldas a él, pero pegadita a su cuerpo, sentía su respiración pausada, calmada y tranquila, entregado a un profundo sueño que ella no quería interrumpir.Con mucho cuidado quitó el brazo que rodeaba su cintura y se desli
Ambos se encontraron rato después en la sala de la suite, como puestos de acuerdo vestían elegantemente de azul cobalto, sonrieron al verse y se dispusieron a ir al encuentro de los abogados que ya Kurt había contactado mientras se arreglaba, quería todo cronometrado ya que planeaban regresar esa mi
Erin los esperaba ansiosa con la noticia de que ya había preseleccionado tres casas. Luego de saludarlos, se sentó entusiasmada en las piernas de Kurt para mostrarle en pantalla el interior de las residencias y el diseño que ella misma había hecho en cada una. –Mi princesa, ¿tú diseñaste
Los doctores llegaron hasta ellos, intercambiaron saludos, hablaron tanto del tratamiento de Zak como del de Alanna; el médico de esta última no quitaba la vista de ella, algo que no escapó a la atención de Kurt, quien alzó una ceja y tomó a Alanna por la cintura en una clara señal de posesión.Kurt
–Justo a tiempo comenzamos a confirmar nuestras sospechas, así que descarté esa idea definitivamente. –Muy bien hecho, ahora cuéntame algo, ¿piensas casarte con Alanna? –No empieces mamá. Deja a un lado tu vena casamentera, solo voy a decirte que compraré una casa para que vi
Kurt salió de la habitación y su tío Douglas lo esperaba en el pasillo, se dieron un fuerte abrazo, antes de que el tío le dijera que ya todo estaba listo para trasladar a Lynda a su casa. –Yo voy con ustedes, quiero revisar el espacio para escoger un lugar y acondicionarlo para que mamá
Erin tomó una ducha y se preparó para dormir, le pidió a su padre que le leyera algo, pero antes, buscó el cepillo y se lo entregó a Kurt, quien con mucha torpeza comenzó a peinarla. –Puedes contarme algo mientras me peinas, háblame de ti cuando eras pequeño como yo. –Uy, me