Lucciano recibió a la familia Pierre y Berlusconi que llegaron al mismo tiempo.— ¿Lucciano cómo estás? ¿Que le sucedió a mi hija?.Preguntó Pierina.Todos esperaron respuestas.— Estábamos en la playa y se torció el tobillo, nada grave.Lucciano caminó para subir a la habitación de Luggina, pero nunca se imaginó encontrarla así.Luggina estaba de espaldas solo en bragas, pues estaba lista para meterse al baño, no había reparado en el tiempo transcurrido.De pronto escuchó abrirse la puerta, se gira de una, y cae de bruces.Lucciano corrió y la alcanzó para que no se golpeara— ¡Te tengo! — Luggina estaba encima de él, sin ropa, sintiendo las manos de Lucciano sobre su espalda, su piel ardía y sus ojos estaban conectados en esa mirada magnética.— ¡Suéltame! — Titubeó Luggina tragando grueso.Lucciano subió su mano muy despacio por esa espalda tersa, sin dejar de mirarla, y agarró su nuca y la guió hasta su boca, uniendo sus labios en un profundo beso. Lucciano saboreo cada beso qu
— Yo no tengo novia Lugg, ella es parte de mi pasado, un pasado muy triste del cual algún día te contaré.— Pero yo te escuché cuando tú le decías que la amabas y ella te respondió con un beso.Lucciano la miró y entendió el por qué actuó como lo hizo semanas atrás.— ¿Mi pequeño angel estaba celosa? — Preguntó sonriendo.Luggina lo fulminó con la mirada.— ¡No! Estaba furiosa y fui a liberarte de mi contrato y que tú me liberes de esa cláusula.Lucciano acunó su rostro y dio un beso en ese Trompito de pez que se le formó al momento de apretar su rostro entre sus manos.— No quiero librarme de tu contrato nunca, quiero estar atado a ti por completo.Luggina sintió un nudo formarse en su garganta.— Pero es que. — Lucciano cayó sus palabras con otro apasionado beso.Y la envolvió en sus brazos.— Entre Dayanara y yo, no hay ni habrá nada nunca. ¿Sabes por qué? Por que deseo estar atado siempre a ti.— Voy a creer en tu palabra, profesor. Y yo también deseo estar atada a ti siempre. Per
Ya en el río Tíber, listos a recorrer su extensión, todos en sus trajes de baños disfrutaban de la piscina en el yate.— Luggina miró a Lucciano en una de las tumbonas junto a Miguel Ángel conversando muy animadamente.— Bianca, ¿Como sigues con tu padre?Bianca miró a Miguel Ángel, suspiró profundo y respondió mordiendo se el labio.— Lugg, mi padre ya sabe donde vivo, y está furioso, y lo peor es que Felipe dice no importarle.— Ese tipo no me agrada.— Ni a mi, nunca me agradó, mi padre tiene esa loca idea de querer casarme con él— Tienes que decirle a Miguel Ángel, el sabrá que hacer.— No quiero que se arriesgue enfrentándose a Felipe Calderón.— Y será peor cuando se entere por otro, y que tú no le hayas dicho nada.— Luggina tengo miedo, tengo miedo de que Felipe le haga algo a Miguel Ángel.— Por eso se lo tienes que decir para que esté prevenido y no lo coja de sorpresa.Miguel Ángel miró a Bianca y se acercó a ella.Luggina caminó hacia Lucciano tenía, puesto un camisón.Lu
Llegaron y ya los estaban esperando en el aeropuerto, subieron a su Audi A3 Sportback y fueron a la residencia que tenía Lucciano. — Bienvenido señor. — Saludó Digna, el ama de llaves. — ¡Hola Digna! La señorita es mi prometida, Luggina Pierre.— Un gusto señorita Pierre.— Hola, Digna.Digna la miró con un disimulado desagrado, para ella Dayanara nunca dejó de ser la señora de esa casa.— ¿Los señores van a comer?— No Digna, mi mujer y yo saldremos a cenar.— Con el permiso de los señores me retiro.Lucciano tomó la mano de Luggina y subieron las escaleras.— Esta será tu habitación.— Bien, iré a arreglarme, y nos vamos.Dio un beso y entró.Caminó por la habitación miró la cama sonrió y se tiró de espaldas. — Esto es un sueño. Lucciano y yo juntos de verdad sin contrato de por medio. Lo amo, lo amo.Sentía su corazón estallar de la felicidad. Entró al baño a ducharse, se tomó todo el tiempo que deseó.Mientras Lucciano hizo una llamada de urgente a la casa de modas, para hacerl
Después de esa noche inolvidable Lucciano y Luggina volvieron a la mansión Lombardi.Luggina durmió durante el trayecto a casa. Al llegar Lucciano bajó y la llevó en brazos a la habitación principal.El entró y la dejó muy despacio en la cama." Hermosa, única, perfecta."" Y es tuya, solamente tuya."Se decía así mismo.Fue al baño se duchó y vistió.Bajó para ordenar el desayuno y llevarlo a la habitación junto con un lirio blanco.Dejó la bandeja en la mesa de noche junto con una nota." Surgió una emergencia. Regreso en cuanto pueda, estás en tu casa vida mía, eres mi amor."Luggina despertó, leyó la nota y sonrió, se miró por debajo de las sábanas y estaba en ropa interior.Desayunó y luego se bañó arregló y bajó.— Digna déjeme sola en la cocina, que yo prepararé la comida hoy.— No creo que sea posible señorita. El señor me dio órdenes de.Luggina la interrumpió.— ¿La señora le está dando una orden y usted no la acatará?— Usted será señora, pero no de esta casa. Luggina la f
Lucciano llevó a Luggina al mirador.Le tenía otra sorpresa de esas que a ella le gustaban.— ¿A dónde vamos? Preguntó con curiosidad.— Es otra sorpresa que te tengo mi pequeña bruja. — Respondió mientras deslizaba su mano por las piernas de Luggina hasta llegar a esa entrepierna húmeda, y sin bragas. Acarició su entrada e introdujo un dedo muy despacio.Luggina abrió sus piernas para dar más acceso a esa mano traviesa, y un gemido salió de ella.— Lucciano. — Susurró Luggina.Lucciano mordió su labio inferior y marcó una sensual sonrisa de medio lado.— Tu alumna es una atrevida.¿Verdad?Le dijo Luggina con voz melosa.— Pero me encanta que mi alumna sea así de atrevida.Lucciano siguió acariciando ese lugar hasta que llegaron al mirador y ahí estaba ese inmenso globo aerostático .Luggina corrió de la mano de Lucciano para estar pronto en las alturas.— ¿Es en serio? Jamás me dejaron subir a uno de estos globos de niña, ahora lo haré contigo por primera vez.— Pues vamos.Subieron
Los días pasaban entre ir y venir, dar paseos y visitar la familia. Compartir con sus amigos.Bianca había desaparecido por completo no contestaba llamadas y Miguel Ángel ya no hablaba de ella.Pronto sería la graduación y Luggina decidió buscarla.Subió a su auto y fue a casa de los padres de Bianca.Llegó y el guardia la recibió.— Señorita Pierre. Buenas tardes. —¡Hola Mario! deseo hablar con Bianca ¿Puedo pasar?— ¡Claro que si¡ Señorita usted no necesita permiso.Luggina pasó y al momento de tocar el timbre, las puertas se abrieron.— ¡Señor Roswell! ¿Como le va? Por favor, necesito hablar con Bianca.— Bianca no se encuentra, salió de viaje de luna de miel con su esposo.— ¿¡Con su esposo!?Luggina estaba tan sorprendida por la noticia del casamiento de Bianca.— ¿Es una broma verdad? No creo que Bianca se case con ese imbécil.— Más respeto señorita Pierre.— ¿Respeto? Usted exige respeto cuando es usted quién no respeta a su Hija.— Solo veo por su futuro.— ¡No! Usted solo
El día de familia llegó. Todos estaban en el jardín. — Mamá Alexa ¿Donde está mi papá?Preguntó Luggina por Alessandro.— En la oficina mi niña, está con tus Abuelos.A Luggina le brillaron los ojos de felicidad al saber que sus abuelos estaban ahí.— ¿Cuando llegaron? No me avisaron, para recibirlos.— Hace una hora, querían darte una sorpresa.— Pues me la dieron, voy a verlos.Luggina corrió al interior de la sala caminó a prisa y se detuvo en seco al escuchar a su abuelo decir algo que llamó su atención.— Alessandro, tienes que destruir toda esa información, antes de que mi nieta tome posesión de todo. Ella no puede saber nada de esa investigación.— Lo sé, padre pero hoy no será, ya mañana me pongo en eso por qué mi hija ya tomará su cargo el lunes. — Entonces hazlo esta noche, mi nieta no puede saber lo que sucedió.Luggina se retiró muy de prisa antes de ser descubierta, subió a su habitación y fue directo al baño, y devolvió hasta lo que no tenía.Cepilló sus dientes retocó