"Ven mi pequeña ojos de esmeralda, que hermosa chiquita"
—Tú tienes una voz muy bonita. — Dijo la pequeña en los brazos del desconocido.— ¿En serio? Jamás nadie me dijeron eso antes, eres la primera.— ¿La primera?— Mmj, nadie antes que tú.— Pues entonces seré tu novia, si soy la primera en decírtelo, soy tu novia ¿verdad.?— Ajá,Confirmó Lucciano, mientras caminaba con una pequeña niña rubia de hermosos ojos verdes, cargándola en brazos.Esa pequeña y traviesa niña tomó su rostro entre sus pequeñas, manitas lo miró a los ojos y le sonrió, y dio un beso en la punta de la nariz.— Con este beso ya soy tu novia.— ¿¡Soy tu novio!?Respondió riendo.— No puedes traicionarme nunca, ya soy tu novia.Dijo dándole otro beso en la mejilla, para despedirse y entregándola a su padre, se alejaron y jamás supo de su nombre."Luggina Pierre D'Alessio, despertaba nuevamente con ese sueño que no le permitía olvidar al desconocido de la medalla. La suya la había perdido, y entre su ropa encontró la que decía ERES MI VIDA.La sacó del joyero."Soy tu novio""Siempre reía sola, y al recordar a su novio de infancia, guardó el collar en su lugar secreto, escuchó los golpes de la puerta y se tiró nuevamente sobre la cama cubriéndose con el cobertor hasta la cabeza."— ¡Adelante.!Digo, levantando el cobertor muy despacio, veo entrar a mi nana Zuria.Es mi nana bella, mi cómplice, mi confidente, me consiente mucho y solo ella sabe realmente mi pasión por el pole dance. Y mi guarda personal, que además de ser mi mejor amigo, Miguel Ángel Larusso, que de nombre es el dueño de una de mis mejores clubes nocturnos del país.¿Y quién es la verdadera dueña? Pues nada más y nada menos, que ¡Yo! No podía ser diferente, me encanta ese lugar refleja, mi yo oculto, ahí me siento libre atrevida, soy una diferente cada ves que salgo al escenario. Cómo quien dice, en esa tarima está siempre mi verdadera yo.¡Ja! Si se enteran que la bailarina más famosa del lugar soy yo, más de uno cae infartado, especialmente mi madre, por que a los hombres de mi vida, los traigo en la palma de mi mano. Mi abuelo Nato, mi padre Stef, y mi padre Sandro, saben que soy dueña del club.¿Será que saben que bailo en calzones?"Yo diría que se hacen de la vista gorda"¡Puede ser! Si .Vuelvo a tirarme de espalda en mi cama."Mmm quiero dormir mil horas"Gritó en sus pensamientos." No puedes, te gusta escapar ahora aguanta"Me cuestionó mi conciencia." Hay conciencia, sabes que te odio ¿verdad?" Me recrimino en un susurro." ¡Levántate¡ mi niña.Dice mi nana mientras corre las cortinas.— !Nana! — Por favor, cinco nada más.Pido descubriendo me la cara.— !No! Ya a levantarse, o quieres que tu madre se dé cuenta de que estás aún con esa ropa, bueno con esos pedazos de ropa, y para cuando regreses de la universidad ya no tendrás a Miguel Ángel como tú custodio, y en lugar de cortinas encontrarás rejas en las ventanas, y cuando entres a tu habitación, ponga llaves.— ¡Joder! Eso sería la muerte para mí, Nana.Digo y me levanto como impulsada por un resorte, me meto al baño, me ducho, en menos de cinco minutos me estoy vistiendo, me pongo unas botas altas, falda roja de cuadros corta a la cadera, blusa blanca mangas largas, y recojo mi cabello en una cola, mientras Nana se encarga de esconder esos trozos de ropa como dice ella.Bajo corriendo las escaleras.Ya todos están en la mesa esperando por mí.— ¡Buenos días! familia.Digo dando un beso a mi abuelo luego a mi padre y después a mi madre, a mis hermanos les doy beso volado.— ¡Hija! No sé porqué estoy viendo que cada ciertos días de la semana, te levantas muy tarde y cansada.— Madre, no todas las noches preparo clases, mira mis notas, son las mejores, estos trasnoche tiene sus resultados ¿No crees?Digo mirando a mi abuelo suplicando ayuda.— Hija ya estás organizando tu fiesta de tus diecinueve años.— Sí abuelo. Ya tengo la lista para la fiesta que ustedes quieren porque mis amigas y yo ya planeamos una en el yate.Digo toda emocionada y mi madre me mira furiosa poniéndose de pie y caminando en mi dirección.— ¡No! en el yate no.— ¡Má! cálmate.Digo al verla descontrolarse.— No quiero que vayas a esa fiesta. ¿Me estás decretando la guerra con tu desobediencia? ¿quieres que te quite todo los privilegios que tienes?— ¡Mamá! son mis amigas, solo iremos el grupo, no más— ¡Qué te he dicho que no! ¿Que te he dicho de la amistad?Me levanto, tomo mis cosas, cojo una manzana y salgo.— ¡Pues lo siento mamá! si tú, no supiste elegir a tus amistades, no es mi culpa.Les digo alejándome de ahí para ir a clases, corro, llegó al auto dónde Miguel Ángel me espera, me mira con una expresión que parece que es la mía, ¿¡sueño!? abre la puerta del auto para que suba, luego él hace lo mismo.— ¿Que te pasa? — Pregunta mirando por el retrovisor. — ¡Nooo! Espera, ¿Te descubrieron? No, mejor ¿Nos descubrieron? ¿Perdí mi trabajo?— ¡Nooo! ¡Ya cálmate hombre! no es nada de eso, es mi mamá. No quiere que haga la fiesta en el yate,Contesto arreglando mis cosas y colocando me, el cinturón de seguridad.— Menos mal, ¡Que susto! — Ríe y le miro blanqueando los ojos."Se ríe de mí desgracia. Jodido amigo eh."— Miguel Ángel. YO, la entiendo, la amo y voy a la fiesta en el yate. Ahora vamos por qué llegaré tarde y me echarán.En menos de quince minutos ya estábamos en el estacionamiento de la universidad.— Miguel Ángel Larusso, ve organizando la farra en el yate, que no falte nada. ¡Ah! Y por favor, lleva a alguien para ti.Le digo en modo orden. Me mira y me guiña un ojo mientras sonríe.— No puedo, Por que estaré trabajando.— Luego hablamos.Digo tomando mi mochila y mi café salgo corriendo." ¡Ja! Parece que mi vida últimamente es correr."Voy muy metida en mis pensamientos, giro en la esquina del pasillo y pum, choco contra una roca.¡No! Esperen, no es una roca, es un. ¡Mango! Es tan perfecto, ese porte de de un metro noventa, sus músculos se marcan a través de su traje.Dios me pierdo en esos ojos verdes profundo, mi mundo se detiene."No te pierdas en ese mundo, es mucho más grande que tú"Mi conciencia me rescata.— ¿Pero que carajos hiciste?Grito muy enojada al ver que todo el contenido de mi capuchino está sobre mi ropa. Claro no puedo dejar ver que me impresionó su porte, su aroma embriagador.—¡Maldición! ¡Joder! ¡Carajo.!Grito nuevamente tratando de limpiarme.— ¿Estás ciego? — Pregunto o confirmo, casi gritando .— Eres tú, la culpable muchachita ¿Acaso no te han enseñado que los pasillos no son pistas de atletismo?"Esa voz magnética, pero dulce a la vez"Dios.¿Pero que estoy pensando? Me iré al infierno por mirar a un hombre de la edad de mis padres. ¡Ja! ¿Y a quien le importa la edad?Es un debate, entre mi conciencia y razón. Pero la que gana es mi decisión.— ¡Eres un idiota! - Le grito.— ¡Y tú! Una mal educada. — Responde a modo de burla.Lo fulmino con la mirada, que odioso, lo detesto, no lo conozco y ya no lo soporto. Tomo mi teléfono y llamo a Miguel Ángel.— Miguel Ángel, por favor tráeme la gabardina,Le digo mirando al odioso hombre, me giro para ir al encuentro de Miguel Ángel.Guardo mi teléfono y desabrocho mi blusa, me la quito se la entrego, a Mig y me coloco la gabardina. Regreso a prisa al salón de clases." Santo Cristo bendito sea Dios, hoy es mi día, no me fijé cuál fue el pie que puse primero en el suelo."Llego a la puerta toco, entro muy despacio."¿Es un hombre? Claro la profe se fue"Se gira y es nada más y nada menos que.— ¿¡Tú¡?— ¿¡Tú!?Decimos al unisono."¡Sorpresa! ¿Este idiota será mi profesor sustituto?""No, no, no y no" — Ñis pensamientos son en caos. — Seré tu dolor de cabeza.— Y yo el tuyo, no lo dudes, niña." Te O- DI-O."Pero con letras mayúsculas.Nos miramos fijamente y sentía que nuestras miradas disparaban rayos."Tan bello como arrogante, pero para arrogante, YO. Te voy hacer la vida de cuadritos hasta que renuncies Profesor."Voy a mi asiento, y el día continúa, entre clases explicaciones que no entiendo, el sueño me consume. Lo miro, camina de un lado a otro, sin mirarme."¿Pero que se cree? ¿Me va a ignorar todo el tiempo? ¡Ja! Eso no se lo permitiré, No."Luggina Antonella Pierre. Jamás a sido ignorada por nadie. Y la indiferencia del profesor será un detonante para desatar mucho interés en ella, hacia el.Lucciano, no tiene idea de cómo su vida, se volverá de cabezas gracias a las locuras de su estudiante.2:10 am. Melodía del tono celular." Joder " ¿A quien se le ocurre molestar a estas horas.?Suena mi celular, me levanto medio dormido veo la pantalla que refleja a Valentino. Y sin saludar respondo.— Espero tengan una buena razón para que me despierten a estas horas por qué de no ser así, juro que voy hasta allá y los meto a la cárcel.— Por Dios Lucciano, ¡que geniecillo te gastas.!— ¡Valentino! Son las dos de la mañana, acaso tu, no follas, a estas horas.— ¡Carajo! Escucha antes de molestarte.— ¡Dime! ¿De que se trata,? — ¡Hombre! Tu sobrino está a punto de nacer.Me levanto impulsado como por un resorte de la cama, por la sorpresa que me causa. " ¿No se supone que le faltan algunas semanas?"— ¿Qué? ¿Cómo porque? Si hace un mes se fueron y me dijiste que......Mis palabras fueron interrumpidas por un ansioso padre primerizo.— ¡Joder! Lucciano, se adelantó.Camino de un lado a otro, su angustia me contagia.— ¡Carajo! Salgo enseguida para allá.Cuelgo la llamada y vuelvo a
Tomo mis cosas y salgo del salón, camino por los pasillos metida en mis cavilaciones."¡Maldición! Todas las malditas horas de clases, y no pude concentrarme, por estar pensando en como joderle la existencia al profesor."" Pero está muy sexy.""¿Será casado?" ¿Pero qué carajos estoy pensando? Me cuestiono en voz alta.Y es mi conciencia quien me debate nuevamente." En como llamar su atención, en eso piensas realmente" — ¡No! ¡Cállate traidora! ¿Estás a mi favor o en mi contra o conmigo?Este debate mental me provocaba un terrible dolor de cabeza— Al carajo con todo. — Digo y sigo caminando.Miró a lo lejos a sus compañeros de clase, su frustración era tanta que les propuso lo primero que se le ocurrió.— Chicos, tenemos que hacer cambio de personal ahora.— ¿Otra vez? Lugg, ya párale. — Le cuestiona su amiga Francesca. Y la fulmina con la mirada.— Francesca, me sorprendes ¿Acaso te gusta el profesor? La Interrogó achicando sus ojos como analizando a su oponente amiga.— ¡Claro
Llego al estacionamiento donde está esperándome Miguel Ángel, veo al profesor subirse a su auto y marcharse.— Síguelo. — Le doy una orden muy furiosa a Miguel Ángel, este me mira sin creer lo que le pido.— ¿Que piensas hacer pequeña demonia?— Voy a joder le, la vida.— Respira profundo y cálmate. — Pide tomando mi mano.— Estoy furiosa. — Digo sin siquiera mirarlo.— ¿Que te pasa mi peque? — Pregunta sujetando mi mano.— Estoy echando chispas Mig. Siento tanto coraje. — Digo con mucha indignación — ¿Quien se atrevió a decirte que no?— Todos Mig, todos. Llévame a mi refugio, quiero relajarme ¡Ahora!.— Como diga la princesa. — Expresa con una sonrisa y guiñando me un ojo.Conduce rumbo al club que me regaló mi abuela Gaia. El IMPERIAL CLUB a esta hora no hay nadie y si los hay Mig se encarga. Veo los edificios que van pasando mientras avanzamos, metida en mis pensamientos."Grandísimo idiota, profesor, pero te juro que te arrepentirás, te voy a joder la vida."— Pienso— ¿Por qué
Entró a la habitación, soltó su cabello y deslizó su albornoz, y así desnuda se metió entre sus sábanas de seda negra.Estaba muy inquieta saber de la presencia de el profesor en su casa.¿Que hace aquí? Se preguntó mentalmente.Apagó las luces cerró los ojos y por un instante los abrió, de pronto vió esa silueta fornida parado en la puerta de la terraza de su habitación, su cuerpo tembló de miedo al sentirse invadida por ese extraño entrometido.Se acerca a mi y Sigo como una hoja moviéndose al viento, de los nervios.— ¿Que hace aquí? ¿Con que derecho invade mi habitación.?Pregunto sin tener respuestas. Camina lentamente, rodea la cama quita las sábanas que cubren mi desnudo cuerpo. — Niña mala estás desnuda, y eso me gusta. Se sube a sobre mi cuerpo, me prisiona con sus piernas, y sostiene mis manos por encima de mi cabeza.— Serás mía niña malcriada, te castigaré por ser una niña mala.Susurra en mi oído.— ¡Suelta Me! — Trato de sacarme lo de encima pero no puedo.— Shiiiii
Llegaron al estacionamiento de la universidad, Luggina miró a lo lejos al profesor."¡Joder! Ahí viene, como lo voy a mirar, si supiera lo que me hizo en sueños, el infeliz estaría muy contento"— Pero que carajos estoy pensando.Se cuestionó en voz alta.— ¿La princesa ahora habla sola? Deja a ese hombre pasar muñequita. No le tomes importancia.— No puedo Mig. Lo detesto. — Expresó con los dientes apretados.Tomó su mochila, se despidió de su amigo, y caminó por los pasillos que la llevan al salón de clase.En el salón de clases ya están sus amigos y hermano. Caminó a su lugar de sentarse y lo vió entrar.Sus miradas se encontraron, el rostro de Luggina se tornó rojo como una cereza, se miraron por largo rato. El mundo se detuvo en esa mirada. Todo en aquel lugar desapareció. Solo existían ellos dos.— Si supieras lo que me hiciste.Sus pensamientos eran los mismos a la ves. Ella pensando lo que le hizo en sueños, y el lo que ella le hizo en su imaginación. Sintieron sus cuerpos es
Al terminar las fastidiosas clases.Voy directo a la casa de Anna para que me ponga al día con el cronograma de trabajo para mañana, y que ella también reciba los trabajos diarios y los notifique.— ¿Te gusta este juego de roles? ¿Tú siendo un profesor?— No sé cómo no me he suicidado aún. ¿Como los aguantas?. Cuestiona Lucciano, recordando todo el rollo con la estudiante Pierre .— Vocación Lucc, así como te gusta tu trabajo de encubierto, a mi me gusta este.— Es la primera vez que cuestiono mi trabajo. — Risas se escuchan en el lugar.Paso el resto de la tarde en casa de Anna y cuando estoy a punto de retirarme es cuando recibo la invitacion a un famoso club nocturno.— Lucc te invito a un club exclusivamente para hombres como tú.— ¿Hombres como yo? ¿Que quieres decir con¿ Hombre como yo.— Solitarios, mi amigo, solitarios.— No soy un solitario, tengo lo mío no público pero lo tengo. — Respondió sabiendo que en realidad si era un mujeriego incorregible.Ya es hora de que sientes
Luggina llegó nuevamente a casa con una gabardina cubriendo la malla que llevaba puesta en su cuerpo.Como es costumbre de llegar y meterse a la cama como está.Al día siguiente la nana Zuria, como cada mañana la levanta. — Hija,ya es hora, Por favor. Ya levántate se hace tarde te esperan para el desayuno.— Nana, cinco minutos más por favor.— Yo te daría el día entero. Hija no veo la necesidad de hacer esto. Vive tu vida de forma normal. Mírate, trasnochada como una condenada solo ¿para que?.— Nana, se lo que quieres decirme, nací y crecí teniendo lo todo sin esfuerzo. Quiero sentir lo que es lograr algo que te cueste.— ¿Y eso que haces te cuesta?— Si Nana, me cuesta el ensayo, la preparación, nadie sabe que ese lugar es mío, me exigen como una más de ellas.— Hija, temo que lo descubra tu madre, ya sabes cómo se pone ella cuando sales con tus cosas raras.Luggina sintió una presión en su pecho, engañar a su madre era lo que más le dolía.— Madre perdóname. — Pronunció en un sus
Lucciano después de salir de dar la clases en la universidad, recordó que tenía pendiente una visita a su viejo amigo Alessandro.Llegó al imponente edificio de telecomunicaciones, donde estaba Alessandro, pero no se imaginó a quien se encontraría ahí.Los sonidos de unos cristales rotos en el suelo de la oficina, un mal movimiento de mano y el portaretrato de familia fue a dar al suelo.— ¡Sofía! — Llamó a su asistente.— Dígame señor. — Contestó muy nerviosa, entró y vió los vidrios rotos y continuó.— Enseguida recojo eso señor.— Envia a que la arreglen, la quiero hoy mismo..— Enseguida lo hago señor.Sofía era un manojo de nervios, estaba en periodo de prueba, tomó la foto y se dispuso a salir.— Buenas tardes. ¿Señor tiene cita con el señor Berlusconi?— Buenas tardes, no, no tengo cita, pero puede anunciarme con él, pueda que me reciba.Sofía anuncia a Alessandro de la visita de Lucciano.— Señor, el señor Lombardi no tiene cita pero desea hablar con usted . — Le dice y ense